Odón Elorza (San Sebastián, 1955) recibe con agrado el desembarco de Miquel Iceta en el Ministerio de Política Territorial. Comparten la visión federal del Estado y eso, unido a la candidatura de Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat, cree que puede inaugurar un nuevo periodo de diálogo con Cataluña y de auténtica "cogobernanza" con las Comunidades Autónomas. Precisamente, le parece un planteamiento "absolutamente respetable" pedir la ampliación del toque de queda, como han formulado distintos territorios para frenar el coronavirus, y critica la opacidad de los contratos de la UE con las grandes farmacéuticas que nos tienen que proveer de vacunas.
Firme convencido de la transparencia, vaticina un horizonte en el que el Rey asuma hacer públicos los bienes y patrimonios propios y del conjunto de la Familia Real, así como que "en algún momento se tomará la decisión de quitar el título a Juan Carlos" de Rey emérito.
Pregunta. -Sánchez ha abordado un reajuste mínimo de su gabinete,
¿debiera haber sido más amplio?
Respuesta. –Hizo lo que correspondía, esto es, los cambios mínimos exigidos por la renuncia del ministro Illa y nada más. No era momento ni hay una coyuntura ni justificación para desarrollar cambios más amplios, no es
el momento.
P. -¿Qué es lo que puede aportar Miquel Iceta a un Ministerio como el
de Política Territorial?
R. –Es una persona muy idónea porque tiene una visión periférica del
Estado, siempre ha apostado por una España de las autonomías desde una visión claramente federal, algo que en este momento viene muy bien. El desarrollo y perfeccionamiento de todo lo que son los instrumentos de gobernanza de un estado autonómico requieren de avances y de desarrollos que, en cierto modo, se están ensayando con ocasión de la pandemia con la puesta en funcionamiento del Consejo Interterritorial, de la
Conferencia de Presidentes y de instancias adecuadas para generar
relaciones de cooperación y lealtad .
P. –En su toma de posesión Iceta reiteró su compromiso con la
Constitución, quizá para rebatir a quienes le acusan de venir a beneficiar las posiciones independentistas.
R. –Iceta no es una persona a la que tenga la derecha y la derecha extrema bien valorado. Va a jugar un papel importante desde su nueva responsabilidad, de hombre con visión de Estado para intentar acercar el diálogo y soluciones a la relación de Cataluña con el resto de España. Es un político privilegiado por el conocimiento, madurez y rigor que demuestra.
Parte de los votos de En Comú Podem y del PSC están en disputa"
P. –La oposición y los socios de Gobierno criticaron a marcha de Illa
¿Se ha ido en mitad de la tormenta?
R. –No hablaría de un abandono en mitad de tormenta o de dejación de
responsabilidades porque, siendo verdad que queda un camino todavía arduo, duro y complejo para superar la pandemia y el proceso de la vacunación con éxito y eficacia, lo cierto es que las estrategias están delimitadas en el decreto del estado de alarma. Lo que prima es la batalla electoral que hay en Cataluña y por eso todos los grupos políticos están tirando contra el cartel electoral que parece más atractivo y con más posibilidades de éxito, incluido nuestro socio en Cataluña porque tienen un competidor todavía más fuerte que antes. Parte de los votos de En Comú Podem y del PSC están en disputa.
P. –Illa plantea, si gana, un bipartito con los Comunes. ¿Le gusta esa fórmula o prefiere un nuevo tripartito que incluya a ERC?
R. –En esta coyuntura política tan crispada lo más razonable, lo que tiene más sentido es, sin duda, ganar esas elecciones y luego sumar con Comunes. Ese es un planteamiento además coherente con la formación de Gobierno de coalición en España, que le aportaría más estabilidad. Otra cosa es si conseguiremos o no sumar. Pero como planteamiento estratégico de partida es el correcto, no hay otro mejor y, desde luego, la oferta de Ciudadanos no tiene ni pies ni cabeza.
La oferta de Arrimadas no tiene ni pies ni cabeza, es una clara maniobra de salvación in extremis"
P. -¿Por qué?
R. –No tiene ninguna lógica política. Es una clara maniobra de salvación in extremis de Inés Arrimadas pensar que pueda haber un gobierno liderado por Ciudadanos y apoyado por el PSC. Es un escenario que no se va a dar, es mera especulación, un planteamiento de voluntad y de deseo que no tiene ningún recorrido. Además, hay una enorme distancia entre Ciudadanos y el PSC respecto a rebajar elementos de confrontación en Cataluña, de concepción de país, de una España plural y de avance hacia el federalismo y de diálogo con la parte independentista de Cataluña. Ciudadanos no está por esa labor.
P. -¿Era indispensable convocar elecciones el 14-F?
R. –De partida, lo que observo en Cataluña es desgobierno. No hay gobierno desde hace meses, el parlamento tampoco se puede decir que funcione, la legislatura está muerta, no se pusieron de acuerdo en nombrar a otro presidente de la Generalitat cuando cayó Torra... En definitiva, tocaba hacer las elecciones el 14-F. Los partidos independentistas podrían haber negociado otra fecha que no fuera alejar a mayo los comicios con la suspensión de un procedimiento de convocatoria ya en marcha. Me parecía que lo estaban haciendo todo muy mal y a esa posición injustificada se habían sumado tanto el PP como Ciudadanos por el vértigo electoral, el mismo que han mostrado los partidos independentistas ante la presencia de Illa. Está en manos de la Justicia y si hay elecciones ese día será porque existen las condiciones básicas de organización y una situación sanitaria que lo permita.
P. –Muchos territorios han pedido poder ampliar los toques de queda o
hacer confinamientos domiciliarios. ¿Cree que se les debería dar
cobertura legal para proceder en ese sentido?
R. –Hay muchos cambios de opinión y contradicciones. Con la presidenta Ayuso pierdes la cuenta de lo que dice o deja de decir. El Gobierno ya ha dicho que con las medidas que contiene el estado de alarma podría ser suficiente, sobre todo actuando sobre el horario de la hostelería y de establecimientos comerciales. El Gobierno confía en que estemos alcanzado el pico de contagio, maneja datos y sabe lo que está haciendo, pero personalmente entiendo que la ampliación del horario del toque de queda es un planteamiento absolutamente respetable.
La ampliación del horario del toque de queda es un planteamiento absolutamente respetable"
P. -¿Con el relevo en la titularidad en Sanidad cree que se deberían abordar otros cambios? ¿Fernando Simón sigue siendo el mejor portavoz?
R. –No lo sé. No sabría decirlo. No tengo una respuesta. Yo creo que sí tiene algún signo de desgaste porque el trabajo excepcional que ha desarrollado durante casi un año saliendo a la palestra casi diariamente requiere un esfuerzo, un grado de concentración, un nivel de comunicación muy certero y eso significa que está sometido a una tensión tremenda. No sabría decir si este es el momento bueno para el cambio porque igual demasiados cambios a la vez no son convenientes, pero la ministra tendrá que hacer su valoración y darle un poco de tiempo.
P. -La mesa del Congreso ha dado el visto bueno a una comisión que
investigue la presencia de la ultraderecha en el Ejército, ¿cree que es
un problema real?
R. -Me parece interesante revisar todo el sistema de ascensos y profundizar en la formación en las academias sobre lo que son las claves de la democracia y de un Ejército sometido a la Constitución. Tengo una preocupación evidente sobre cómo respiran algunos sectores de las Fuerzas Armadas bajo el estímulo y estrategia de la extrema derecha, de los ultras de Vox, que es generar desestabilización, comprometer el papel del Rey y crear todavía más crispación entre la opinión pública. Esa gente no juega limpio. Los firmantes de las cartas y su entorno son personas que mantienen todavía cierta nostalgia del franquismo y es evidente que están en la estela de la estrategia de Vox.
Me preocupa cómo respiran algunos sectores de las Fuerzas Armadas bajo el estímulo de Vox"
P. -Usted es partidario de que se le retire al Rey emérito el título. ¿Es
un sentir mayoritario entre los compañeros de su partido?
R. -Quien tendría que retirar el título de Rey emérito a Don Juan Carlos por comportamientos inmorales o el hecho mismo de defraudar a Hacienda, es su hijo, Felipe VI. No corresponde esa medida, si es que se toma, que yo creo que en algún momento se tomará, al Gobierno. Los méritos que pudiera haber reunido Don Juan Carlos los ha ido perdiendo por el camino y a las informaciones y a los hechos me remito.
P. -Además de retirar o no el título a Juan Carlos I, ¿qué margen de
maniobra tiene la Casa Real para avanzar en transparencia?
R. -De entrada tiene el apoyo y la comprensión del Gobierno, especialmente de su presidente, que le ha dicho, con prudencia, cuál es su disposición respecto a que se pueda avanzar en decisiones que vayan a favor de una mayor transparencia. Pero en una situación como la actual, con la sociedad crispada y los partidos muy enfrentados, no es una cuestión prioritaria. El Rey en su día dio un paso muy importante, yo diría que casi desnudando a su padre, con aquella nota oficial de la Zarzuela del 15 de marzo, en el que se decían cosas muy importantes.
P. -¿Debería hacer el Rey una declaración de bienes y de patrimonio?
R. –Esa es una de las cuestiones que entran dentro de ese camino posible por recorrer, que el Rey, en un momento determinado, asuma hacer transparentes sus bienes y patrimonio y los del conjunto de los miembros de la Familia Real. Eso es la transparencia y es así para el presidente del Gobierno y un montón de cargos públicos.
Es posible que el Rey asuma hacer transparentes sus bienes y patrimonio los los del conjunto de la Familia Real"
P. -¿Es partidario de ampliar el tiempo de cálculo para la pensión?
R. -En principio no, pero por una cuestión, de entrada, formal. En los largos debates del Pacto de Toledo no se planteó esta propuesta. Es verdad que hay recomendaciones abiertas que habrá que concretar, pero plantear esa cuestión fuera de ese informe, me resultó extraño. Hay que acompañarlo de datos muy rigurosos.
P. -Es responsable de transparencia en la ejecutiva socialista. ¿Aprueba este gobierno en transparencia?
R. -La transparencia está avanzando, sin duda, pero en España nos
falta cultura de transparencia. Poner en marcha esa cultura en el
Gobierno, en el conjunto de las administraciones, lleva su tiempo, no es
sencillo, pero se está avanzando. Queda bastante por hacer, sin duda.
Por ejemplo, ahora tenemos una enorme opacidad en una cuestión en
la que nos va la vida, esto es, los contratos de la Comisión europea con
las cinco farmacéuticas. Es una asignatura pendiente aquí y, como se
ve, en Europa.
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