Hace tres años, JxCat ganó las elecciones autonómicas en Lleida y Girona, victorias que le permitieron imponerse a ERC en la particular batalla en el bloque independentista, pese a que los republicanos les superaron en votos en Barcelona y Tarragona. Esas dos demarcaciones, especialmente Lleida, son claves porque los votos valen allí cuatro veces más que en Barcelona. Así, una diferencia de 13.000 votos respecto a Esquerra se convirtió en dos diputados más para JxCat.
Esta vez, sin embargo, Junts presenta una candidatura muy frágil en Lleida, que se ha convertido en el punto flaco de la estrategia electoral de los de Carles Puigdemont. Ramon Tremosa, conseller de Empresa y ex eurodiputado, solo presenta como hoja de servicios una segunda residencia en el Pallars.
Tremosa, el eslabón más débil
En frente, el líder parlamentario del PDeCat, Marc Solsona, alcalde de Mollerusa y uno de los pesos pesados de la ex Convergencia en la provincia. Y Marta Vilalta, portavoz de ERC y natural de Torregrosa (Pla d'Urgell), que semanas atrás no podía ocultar su satisfacción ante la designación del candidato de JxCat.
Lleida será, presumiblemente, la provincia en al que el PDeCat consiga restar más apoyos a JxCat, lo que deja el terreno expedito para la victoria de ERC. Y puede facilitar un segundo lugar para el PSC, que asegura "haber hecho los deberes" para mejorar los resultados, aunque en las últimas generales los socialistas se quedaron lejos de JxCat. Tanto el 10N, como en las municipales de 2019 ERC se impuso ya en esta demarcación.
Girona, bastión de Puigdemont
Por contra, la circunscripción de Girona se mantiene como un bastión puigdemontista, en el que la fortaleza de JxCat va mucho más allá de la capital. De hecho, en 2017 Junts casi duplicó los apoyos obtenidos por ERC, que fue la segunda fuerza. Puigdemont se llevó 7 de los 17 escaños en liza en la provincia, mientras ERC empataba a 4 con Cs y el PSC se quedaba con un único representante, igual que la CUP.
Esta vez, JxCat confía "como mínimo repetir" ese resultado, con una candidatura liderada por Gemma Geis que confía en arrasar no solo en la capital del Onyar. El partido cuenta en esta circunscripción con pesos pesados como la polémica alcaldesa de Vic, Anna Erra, o el alcalde de Ripoll, Jordi Munell.
En las comarcas de la Garrotxa o el Ripollés, cuna del catalanismo de raíz carlista que tan bien se ha adaptado al independentismo, JxCat confía en imponer su discurso al posibilismo de ERC. Aunque los republicanos se preocuparán de exhibir a su secretaria general, Marta Rovira, natural de Vic, para movilizar a sus fieles en la zona.
Una zona que Laura Borràs ha recorrido en los días previos al inicio de la campaña, explican desde su candidatura. Emulando a Jordi Pujol, apuntan con ironía desde Junts, Borràs "va a pisar mucho terreno" para atar esos apoyos, convencidos en su partido de que como candidata "gana en la distancia corta".
PSC y Comuns no se rinden
En JxCat no olvidan que este supuesto dominio no se impuso en las últimas generales, en las que ERC ganó en Girona por 3.000 votos. Los socialistas, sin embargo, se quedaron en la mitad de votos seguidos a distancia por los comunes y la CUP, cuyos votos no tuvieron premio.
Esta vez, el partido de Ada Colau apuesta fuerte por recuperar su diputado en Girona con la candidatura de Rosa Lluch. La hija del ex ministro socialista Ernest Lluch está teniendo un protagonismo inédito en la campaña de los morados, protagonizando actos junto a Colau, la número uno por Barcelona, Jessica Albiach y Pablo Iglesias. Un protagonismo del que no disfrutan los candidatos de Lleida y Tarragona y que da muestra del empeño de CatEC en esta demarcación.
Bastión, también, de Vox
Paradójicamente, Girona es también una de las circunscripciones en las que Vox podría obtener el ansiado sorpasso al PP en Cataluña. Ya lo consiguió en las generales del 10N, cuando el partido de Santiago Abascal se impuso por la mínima al PP en Girona. De ahí que las últimas visitas tanto de Abascal como de Rocío Monasterio se hayan producido en esta provincia.
Tarragona es la otra gran esperanza verde, aunque en esta demarcación el candidato del PP, Alejandro Fernández, tiene especial tirón, puesto que fue regidor del Ayuntamiento de Tarragona y miembro del gobierno municipal durante años. En esta provincia consiguió el PP su cuarto diputado hace tres años, cuando entró por la mínima en el Parlament, perdiendo su representación en Lleida y Girona.
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