La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha condicionado a la evolución de la pandemia la posibilidad de que las autonomías prohíban o permitan las celebraciones de la Semana Santa (del 28 de marzo al 4 de abril), aunque ha expresado su esperanza en el proceso de vacunación.

Las medidas que se apliquen, en uno u otro sentido, "vendrán de la mano" de los contagios, aunque el proceso de vacunación hace afrontar la situación "con esperanza y cierto optimismo", ha afirmado este lunes la ministra durante una visita a Valladolid.

Las restricciones las adoptan en estos momentos las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas y serán sus grupos de trabajo los que determinen "la idoneidad" del mantenimiento de las procesiones y otros actos en el caso de que se aminore la incidencia de la covid, ha precisado en rueda de prensa.

"Todo va a depender de la evolución de la pandemia; es la que marca el paso de la movilidad y la reactivación de los sectores que, como consecuencia de las restricciones, están viendo limitada su actividad", ha explicado.

La ministra ha informado de que el Gobierno está en contacto con las comunidades autónomas, cada semana, a través del Consejo Interterritorial de Salud, y, en su caso personal, con reuniones de trabajo con los consejeros de área.

Ha expresado su deseo de que se acelere el proceso de vacunación tras adquirir las dosis de AstraZeneca, aunque ha advertido que "quedan meses duros" y que se tienen que cumplir las previsiones de entrega.

Uno de los objetivos es trabajar con el resto de países de la UE para contar con un pasaporte de vacunación común, y con la OCDE para garantizar "viajes seguros", tras repetir que "no habrá movilidad si no hay contención del virus".

Maroto ha señalado que la preocupación actual es "a corto plazo" y pasa por "combatir la pandemia y reforzar la red de seguridad de los trabajadores y empresas".