"Dignidad", "represión", "libertad". ERC ha olvidado en la recta final de la campaña su apuesta por la gestión y se ha entregado de lleno a una campaña regida por las emociones, con el agravio y la promesa de la independencia en el frontispicio. El empate técnico con JxCat y PSC, que los sondeos de los últimos días solo deshacen por la mínima a favor de sus rivales, ha llevado a los republicanos a dar un giro de 180 grados a un discurso que desde el inicio de la campaña ha monopolizado Oriol Junqueras.
La firma de un acuerdo con el resto de los partidos independentistas para comprometerse a no pactar la formación de gobierno con los socialistas es solo el último eslabón de esa cadena. A medida que Esquerra ha visto como desaparecía su ventaja respecto a JxCat y el PSC ha endurecido su discurso contra los socialistas, para taponar la fuga de votos independentistas provocada por la "amenaza" de un nuevo gobierno tripartito en la Generalitat.
La estrategia habría funcionado, si atendemos al último sondeo publicado por el escocés The National -patrocinado por el digital independentista El Nacional- que el miércoles devolvía a ERC al podio junto a Junts y PSC con 32 escaños cada uno. El Periódico de Andorra mantiene la ventaja de los socialistas a un solo escaño de Esquerra, que habría vuelto a superar a JxCat.
Pero las encuestas nunca han sido capaces de calibrar el respaldo final en las urnas del partido de Carles Puigdemont, no deja de repetir Laura Borràs estos días. Y el entorno de su partido señala a encuestas internas que ya les dan como ganadores.
Pedigrí independentista
Con el pacto anti-PSC Esquerra ha vuelto a caer en la "trampa" tendida por Junts, que lleva tres años exigiendo a los republicanos que demuestren constantemente su compromiso con el proyecto independentista. Los republicanos se han movido estos años entre el deseo de hacer efectivo el nuevo poder obtenido en el Congreso de los Diputados, donde son socio preferente del Gobierno, y la presión de sus socios en la Generalitat.
Ahora, los republicanos renuncian aparentemente a la posibilidad de pactar un gobierno de izquierdas junto a los Comunes el PSC. Aunque sigue abierta la posibilidad de pactar apoyos externos con los socialistas, con los que ERC mantiene acuerdos en el Congreso.
"Nosotros estamos aquí para dároslo todo, incluso la libertad" no deja de repetir Junqueras desde que se incorporó a la campaña gracias a la concesión del tercer grado penitenciario. El alto precio personal que el 1-O ha tenido para los líderes de Esquerra, especialmente Junqueras y Raül Romeva, es una constante en la campaña como un año atrás lo fue en las de JxCat que tenían a Carles Puigdemont como protagonista.
Puigdemont, en segundo plano
Paradójicamente, mientras Esquerra vuelve al 2017 para movilizar a sus bases desde las entreñas -antes con la ilusión de la independencia, ahora con el peso del agravio- JxCat se aleja de esa línea. No por que Laura Borràs no remita al 1-O en cada una de sus intervenciones, con la promesa de "volver a activar" la declaración de independencia si el independentismo supera el 50%. Sino por el escaso protagonismo de Puigdemont.
El ex presidente fugado ha intervenido cada día en actos de campaña desde Waterloo. Pero su presencia desde una pantalla no se traduce en protagonismo, ya no es Puigdemont quien marca el debate electoral, como sucedió en las elecciones generales y europeas de 2019.
Tampoco los "presos" de JxCat están teniendo el peso en la campaña de JxCat que Esquerra ha otorgado a Junqueras, junto a Romeva, Dolors Bassa y Carme Forcadell. Participaron en primer fin de semana en los mítines centrales, junto a Borràs. Pero desde entonces se han tenido que conformar con "hacer territorio" junto a los candidatos de las circunscripciones de Lleida, Girona y Tarragona.
Corrupción y vacunas
En ERC, por contra, Junqueras ocupa toda la escena. También a la hora de arremeter contra los socialistas. Lo hizo en Badalona y Hospitalet, señalando la imputación de la presidenta del PSC, Núria Marin, para concluir que "el virus de Hospitalet es la corrupción".
Y lo ha repetido esta semana acusando veladamente a Salvador Illa de haberse vacunado saltándose los protocolos. Junqueras respondía así a la negativa de Illa a someterse a un test de coronavirus antes de participar en el debate de TV3. Un argumento al que después se sumarían Cs y PP. Entre ambos argumentos, constantes apelaciones a Vox y su papel crucial, según ERC, en una eventual investidura de Salvador Illa.
Volveremos a prisión
"No nos dejéis solos" reclamó Junqueras este jueves a los asistentes al mitin celebrado en Vilanova. "Nosotros ahora dormimos cada noche en prisión y salimos a recorrer las calles, para estar literalmente al lado de la gente y hacemos todo lo que podemos para no dejaros solos. No os hemos dejado nunca solos, por eso es tan importante que no nos dejéis solos" argumentaba para reclamar el voto para ERC.
Y si este argumento -recurrente- no es suficiente, exhibe la amenaza de Vox, aderezada con referencias al PP. "Hay un candidato" señala refiriéndose a Illa, que "pretende ser president con los votos de los que quieren destruir nuestro sistema educativo, de los que odian nuestra lengua y cultura, con los votos de aquellos que aseguraban que trabajarían para destruir nuestro sistema de salud".
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