Pedro Sánchez se rinde ante la tozudez de la aritmética electoral que da la mayoría en el Parlament a los partidos independentistas. Aunque su candidato a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, ha insistido en su voluntad de presentarse a la sesión de investidura previa conversación con todos los grupos, incluido ERC, parece poco menos que imposible que Pere Aragonès le haga presidente. Sánchez ha asumido dicho escenario, porque si bien respalda la decisión de su candidato de intentarlo, también Aragonès irá a investidura. Y en caso de contar éste con más apoyos, el PSC lideraría en Cataluña la oposición "de modo inteligente", según fuentes asistentes a la reunión semipresencial de la ejecutiva federal del PSOE.
Con una satisfacción indisimulada por los resultados de este domingo, que han convertido a Illa en el candidato más votado, empatado a escaños con Aragonès, el objetivo a partir de este momento es esperar acontecimientos y ver qué hacen el resto de las fuerzas políticas con representación en la cámara autonómica, según fuentes oficiales. Y, después, darse tiempo para seguir creciendo, mirando sobre todo "hacia la abstención", ese voto que no han conseguido movilizar más allá del temor ciudadano por la pandemia, comentan, en este caso, los medios consultados por El Independiente.
Pero Sánchez pretende convertir también su acción de gobierno en un acicate para crecer en Cataluña. La idea es "recoger los frutos de lo que hagamos desde el Gobierno de España", según los mismos medios consultados.
Los resultados de este domingo refuerzan al líder del PSOE y jefe del Ejecutivo. Después del trastazo en Galicia, donde los socialistas quedaron por detrás del BNG, y de las vascas, donde a pesar de formar parte del gobierno de coalición con el PNV, también quedaron en tercera posición, ahora acredita un triunfo casi histórico de su partido en Cataluña. No es la primera vez que ganan en votos, pero sí en la que empatan en escaños con el segundo partido en liza.
Tampoco alcanza los 36 escaños que consiguió Inés Arrimadas en 2017, cuyo partido, que tan solo aspiraba a seguir siendo el referente del centro-derecha, ha perdido nada menos que treinta escaños y quedado por detrás de Vox.
Desde Moncloa van a atender ahora a las negociaciones para formar gobierno y al papel que quiera y pueda jugar En Comú Podem, a quien Aragonés quiere incluir en una fórmula de Ejecutivo independentista. Este escenario podría incrementar la presión interna de los morados para hacer concesiones al nuevo ejecutivo autonómico.
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