La aspiración es antigua, suma décadas. La planteó un Gobierno de UPN, la anunció otro de Geroa Bai y le puso fecha el actual Ejecutivo socialista. Pero los retrasos han demorado la cesión de la competencia de Tráfico en exclusiva –ahora la comparte con la Guardia Civil- a la Policía Foral de Navarra. La última previsión habla de poder firmar el traspaso entre Gobiernos, en el mejor de los casos, a finales de este año o comienzos de 2022. Pero ni siquiera a partir de entonces la Policía navarra ejercerá de modo exclusivo el control del tráfico en la Comunidad foral, deberá seguir contando con la Guardia Civil. Pese a que pueda ser el titular de la competencia, aún deberán pasar varios años hasta que el Cuerpo autonómico ejerza exclusivamente el control del Tráfico y pueda prescindir del apoyo de la Benemérita. Las previsiones más optimistas sitúan ese escenario no antes de 2024.

Cuando en noviembre de 2019 el PNV y el PSOE alcanzaron un acuerdo para apoyar la investidura de Pedro Sánchez, en el documento de contraprestaciones la formación nacionalista incluyó la cesión de la competencia de Tráfico a Navarra. Lo hacía incluso fijando un plazo máximo de seis meses, o lo que es lo mismo, mayo-junio del año pasado. Meses más tarde, la hoy presidenta del Ejecutivo Foral, María Chivite, incluía en su programa de Gobierno el objetivo de reconversión de la Policía Foral en un Cuerpo integral y que incluiría entre sus competencias la gestión del Tráfico. Por ahora, ninguno de los dos compromisos se ha cumplido.

Oficialmente, entre las razones que se esgrimen figura la incidencia de la pandemia y la necesidad de reajustar las necesidades económicas. La última previsión la apuntó el pasado día 18 el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti, quien aseguró que la Policía Foral no asumiría la competencia antes de final de este año. Para fin de marzo se anuncia un primer borrador de la competencia a partir del cual se comenzaría a negociar.

Entre tanto, se han dado pasos necesarios y se ha comenzado a poner en marcha las negociaciones para tenerlo todo preparado. Por el momento el Gobierno de Navarra ha mantenido varias reuniones con representantes de la Guardia Civil. Lo han hecho tanto el vicepresidente del Gobierno y consejero de Interior, Javier Remírez, como con la directora de Interior, Amparo López. Encuentros que también se han celebrado con la delegación del Gobierno en Navarra.

Negociación de la 'pasarela'

Las condiciones laborales que se están poniendo sobre la mesa permitirían equiparar en términos globales las condiciones de las que ya disfrutan los guardias civiles. Fuentes de la Secretaría Provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles en Navarra señalan que el Gobierno foral “está dispuesto a acogernos a todos”: “Nos ven como personal muy especializado que tiene mucho que aportar y que sería positivo su paso a la Policía Foral. No nos ponen ninguna pega”, señalan desde la AUGC. Las negociaciones en marcha intentan ajustar no sólo aspectos salariales y antigüedad sino también jubilaciones futuras. Por ahora, la equiparación de las condiciones parece viable.

En noviembre pasado el Gobierno de Chivite presentó el Plan Estratégico de la Policía Foral 2020/2023 que contempla la ampliación hasta los 1.200 efectivos el número de agentes del Cuerpo. Actualmente apenas cuenta con 1.077 miembros. De entre todos ellos, se plantea que la futura Unidad de Tráfico esté compuesta por 140 agentes, a los que se sumarían los guardias civiles que accedan a integrarse. Se establece ya un plan de adecuación de recursos, infraestructuras, medios y plantilla e incluso una estimación del coste que tendría, 9,5 millones de euros. Sí se habla de una ejecución del mismo “realista y efectiva”.  

Actualmente la unidad de Trafico de la Benemérita está compuesta por algo menos de 200 miembros. Si bien aún es prematuro estimar cuántos estarían dispuestos a pasarse a la Policía foral, algunas fuentes sitúan la horquilla en entre un 25% y 35% de los efectivos.

La unidad de Tráfico de la Policía Foral no cuenta con muchos efectivos y goza de un nivel de formación y especialización inferior al de la Guardia Civil, lo que supone una dificultad para poder ejercer de modo integral la competencia en cuanto ésta sea transferida: “Esto no es una cosa que se pueda hacer de la noche a la mañana”.

No abandonar Navarra

Una vez completada la absorción de guardias civiles dispuestos a cambiar de Cuerpo deberá proceder a convocar más plazas vía concurso oposición. Tras ello, los candidatos seleccionados deberán pasar los correspondientes periodos de adiestramiento y formación. Todo ello, sumado a la capacidad presupuestaria anual, ralentizará la asunción plena de la competencia: “Esto no es una cuestión de meses sino de varios años”, señalan desde la Asociacion Unificada de Guardias Civiles.

De este modo, asumida la competencia ambos cuerpos continuarán trabajando de modo conjunto, como hasta ahora, repartiéndose la red de carreteras y la coordinación del servicio. Se dará la circunstancia de que los guardias civiles que se pasen a la Policía Foral compaginarán, durante un tiempo, sus tareas con sus antiguos compañeros que hayan optado por permanecer en la Guardia Civil.       

Hasta ahora la incertidumbre es el sentir más extendido. A los sucesivos retrasos en la firma de la transferencia se suma la información aún por confirmar sobre las opciones que se ofrecerá a los guardias civiles. Desde la AUGC recuerdan que el ministro del Interior se comprometió a que “nadie se iría de Navarra, que todo el que quisiera se podría integrar en otra unidad. El delegado del Gobierno nos los confirmó. Pero todas estas cosas hasta que no nos las pongan por escrito y firmado…”. Recientemente un malentendido provocó que se difundiera que el Grupo de Emergencias y Rescate de Montaña de Navarra (GREIM) iba a disolverse. La realidad es que tan sólo se someterá a una reestructuración para trasladar su actual sede en El Roncal a Pamplona, sin que se ceda la competencia.

En los contactos mantenidos y que continuarán los próximos meses también se quiere dejar cerrado el compromiso de Interior de asegurar a los agentes que no deseen pasarse a la Policía foral puedan continuar en Navarra. De este modo, habrá que pactar el modo en el que los miembros de la Unidad de Tráfico se integrarán en otra unidad una vez que la policía autonómica navarra sea la titular exclusiva de la competencia. Además, habrá que definir cómo se facilitará la opción de poder integrarse en una unidad de Tráfico de otra Comunidad para quien lo desee.