La CUP ha anunciado un primer acuerdo con ERC sobre los Mossos d'Esquadra que pasaría por una moratoria en el uso de balas de foam, que la Brigada Móvil (Brimo) no participe en los desahucios y retirar a la Generalitat como acusación en todas las causas por altercados y desordenes contra independentistas. Así lo ha anunciado la número uno de la CUP en el nuevo Parlament, Dolors Sabater, en declaraciones a TV3.
"Nos hemos comprometido a pactar líneas de trabajo en estos ámbitos. Con el firme compromiso de estudiar su viabilidad, cuales son aplicables, cuales no y cómo las aplicamos". La portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha intentado poner en sordina los anuncios de Sabater, pero no ha desmentido que esos sean los ejes de la negociación con los antisistema.
Paralelamente, el presidente en funciones, Pere Aragonés (ERC), el conseller de Interior, Miquel Sàmper (JxCat) y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (CatEC) se han reunido este lunes para escenificar la "unidad institucional" ante los episodios de violencia vividos en la capital catalana. El encuentro, convocado por Sàmper, buscaba evitar la imagen de soledad del conseller de Interior en defensa de los cuerpos policiales, pero solo ha arrojado una escueta valoración de la correcta colaboración entre Mossos y policía local de Barcelona.
Sàmper señala a la CUP
Poco después, el propio Sàmper ha señalado a las juventudes de la CUP como instigadoras de los incidentes violentos, junto a representantes del ala más violenta del anarquismo italiano, que ya participaron en los "batalla de Urquinaona" durante los disturbios posteriores a la sentencia del procés, en octubre de 2019.
Sàmper ha explicado, que entre los 14 detenidos el pasado sábado hay seis extranjeros, cinco italianos y un francés. Entre ellos, la mujer de nacionalidad italiana detenida la misma noche del sábado como responsable de incendiar la furgoneta de la Guardia Urbana.
Esquerra había defendido hasta ahora que su objetivo es llevar al Parlament el debate sobre el nuevo modelo de seguridad. Pero la CUP no entregará un cheque en blanco a los republicanos en este terreno, en plena explosión de manifestaciones violentas en Cataluña. Y ERC, que hoy ha reconocido su "urgencia" por cerrar ya el nuevo Govern, parece dispuesta ahora a aceptar algunas de las condiciones de la CUP.
Buena sintonía con la CUP
Vilalta ha hablado este lunes de "buenas sensaciones" en la negociación con la CUP, formación con la que "las conversaciones empiezan a dar frutos". Y es en este contexto en el que la portavoz republicana ha asegurado que "compartimos los objetivos", fijados con la CUP. "Compartimos que son temas importantes para forjar el modelo de orden público, son líneas de trabajo que se tienen que concretar en los próximos días".
Los republicanos reconocen que será difícil excluir a la Brimo de los desahucios, como reclaman los antisistema, cuando los mossos actúan como policía judicial. Pero defienden que hay opciones de cerrar alguna de las exigencias de la CUP. "Hemos pactado abordar estas cuatro líneas de trabajo": Moratoria al uso de balas de foam, retirar a la Generalitat de las causas judiciales, cumplimiento de los protocolos policiales y retirar a la Brimo de los desahucios, insisten.
La reforma del modelo de seguridad, añade Vilalta, tienen dos fases. ERC y la CUP estudian ahora "qué compromisos se puedan aplicar" y cuales de ellos deberán trasladarse a la vez comisión parlamentaria en la que los republicanos quieren centrar el debate sobre la policía autonómica. "Mientras, veremos qué podemos ir adoptando porque generan consenso o son compromisos que no se han cumplido".
Los Mossos, en la negociación
El papel de los Mossos se ha convertido en eje de las negociaciones entre Esquerra y la CUP, también con Junts, para la formación del nuevo gobierno catalán. ERC ha optado por dar prioridad a las negociaciones con los antisistema, y estos exigen una modificación a fondo del papel de las brigadas de orden público, Brimo y Arro.
Vilalta ha asegurado este lunes, sin embargo, que los cuatro puntos de trabajo pactados con la CUP no forman parte de las negociaciones con JxCat. El partido de Carles Puigdemont ha matizado en las últimas horas sus posiciones, y el conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha descartado directamente que se pueda excluir a la Brimo de los desahucios, por ejemplo.
Todo ello en unos días marcados por los violentos disturbios que se han reproducido en Barcelona y otras ciudades catalanas tras la detención del rapero Pablo Hasél. El pasado sábado, durante los incidentes en Barcelona un grupo de violentos incendió una furgoneta de la Guardia Urbana con el conductor todavía en su interior, que pudo salir ileso del vehículo.
La CUP no condena la violencia
El ataque a la Guardia Urbana ha sido condenado por todos los grupos, incluidos los independentistas JxCat y ERC, pero no por la CUP. La propia Sabater se negó a condenar la violencia horas después en RAC1, argumentando que es "una hipocresía" condenar la violencia de los manifestantes si no se da salida a sus reivindicaciones.
Paralelamente, Arran, la organización juvenil de la CUP, reivindicaba los disturbios con una imagen de la furgoneta incendiada y otra de una entidad bancaria, también incendiada y vandalizada.
En este contexto, Vilalta ha hecho auténticos juegos malabares para expresar una cierta condena a la violencia sin mencionar el ataque directo a la Guardia Urbana, y poniendo en el mismo plano "los abusos en el ejercicio del derecho a la manifestación y en la actuación de los mossos".
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