Son apenas una gota en un mar de olvido. Entre los cerca de 34.000 hombres enterrados en sus criptas y columbarios, por el momento apenas 54 familias han obtenido autorización para su exhumación. Recuperar muchos de los restos enterrados en el Valle de los Caídos es una vieja aspiración para miles de familias en nuestro país pero que el tiempo y el abandono administrativo no deja de demorar. Casi la mitad de ellas, 22 familias, son vascas. Figuran entre las que han obtenido el certificado que les da derecho a recuperar los restos de su ser querido tantas décadas después. A ninguna de ellas les pidieron autorización para el traslado de los restos. Entre ellas, familias de ‘gudaris’ o de combatientes muertos en el bando franquista y obligados a luchar por los sublevados.
El Instituto de la Memoria, Gogora, citó ayer a sus descendientes en su sede para dar un nuevo paso hacia ese lento ‘reencuentro’: la obtención de una muestra de ADN. En este proceso, el perfil genético es un elemento clave para, en su caso, confirmar la identidad de los restos y asignarlos correctamente a cada familia. En ocasiones se trata de un hijo, un nieto o un sobrino que en nombre de la familia ha reclamado que su abuelo, su tío, su hermano, pueda descansar para siempre lejos del Valle, en el cementerio de su localidad, en el panteón familiar.
Quizá en algunos casos las muestras del ADN no sea suficiente. Si finalmente la inhumación es declarada inviable por el mal estado en el que se encuentran los restos, en algunos casos por muertes ocurridas hace casi 80 años, y cuya conservación en el Valle de Cuelgamuros ha ido muy perjudicial.
Inicialmente se planteó la posibilidad de que los procesos de exhumación de los restos se llevaran a cabo en enero, sin que por el momento esté cerrado un nuevo plazo. Desde la Administración se han dado pasos para instalar un laboratorio de identificación de ADN dentro del propio Valle de los Caídos y se ha previsto ya un equipo de forenses y equipos técnicos que deberán proceder a ejecutar las exhumaciones de los restos.
1.231 vascos enterrados
El paso dado ahora por la Administración vasca le sitúa en una posición prioritaria para recuperar restos de combatientes de origen vasco enterrados en el Valle de los Caídos. El Instituto Gogora ha colaborado con las familias que lo han demandado para llevar adelante los largos proceso de reclamación ante Patrimonio Nacional. Los expedientes han requerido acreditar el vínculo familiar, identificar al familiar sepultado, el lugar en el que se encuentra, así como demostrar que se dispone de un lugar adecuado al que trasladar los restos demandados. Procesos arduos y largos que en algunos casos han llevado a desistir. Algunas de las familias que han obtenido la autorización conocieron el lugar en el que se encontraba su ser querido a raíz de la identificación de los vascos enterrados en el Valle de los Caídos que llevó a cabo Gogora.
Hace años que en Euskadi se han ido dando pasos para avanzar en la identificación de los desaparecidos durante la guerra civil, así como para conocer qué víctimas de la guerra fueron enterrados en el Valle de los Caídos. Un informe elaborado del Instituto Gogora de 2019, elaborado a petición del Parlamento Vasco, determinó que al menos 1.231 vascos se encuentran sepultados allí. De ellos, el detallado estudio logró acreditar la identidad de al menos 917 personas. La investigación también concluyó que existen restos de otras 314 personas que no han podido ser identificadas. Se trata de combatientes trasladados desde el País Vasco o desde fuera de Euskadi –desde Lleida fueron trasladados 27 vascos, desde Tarragona, 39, desde Zaragoza, 24…-. La gran mayoría (617) son de Álava, en menor medida de Guipúzcoa (231) y de Bizkaia (203).
Se ha llegado a documentar incluso en cuántos casos se llevó a cabo el traslado de los restos con autorización de las familias y en cuántos en contra de su voluntad. Entre los cerca de 1.300 casos, tan sólo constan autorizaciones familiares para trasladar los restos al Valle de los Caídos en 28 casos. La gran mayoría se hicieron por decisión del Ejército (119 casos) o del Gobierno Civil del momento (97 casos). De la mayoría se ha registrado no sólo la identidad sino también la procedencia de los restos, el lugar de nacimiento, la fecha del traslado o el bando en el que lucharon.
Tras el reconocimiento del derecho a la inhumación a una veintena de familias vascas, -tres más están pendientes de que se resuelva su solicitud- el laboratorio Biomics de la Universidad del País Vasco procedió ayer a la obtención de las muestras para almacenarlas como elementos que permitan la identificación de los restos cuando sean inhumados. La recogida se hizo a una treintena de personas. Previamente, Biomics y Gogora han llevado a cabo una labor de estudio y análisis de las familias que han obtenido la autorización para ver qué muestras de entre las disponibles son las más indicadas.
Vía paterna, más opciones
El proceso de identificación de los restos y su cruce con el ADN de las familias solicitantes requiere priorizar a unos descendientes sobre otros. Así, además de la mayor cercanía genealógica, las muestras prioritarias son las de los varones frente a las mujeres. La vía paterna, a través del ‘cromosoma Y’, permite más opciones de éxito en un proceso de identificación, llegando incluso hasta un sobrinieto. En cambio, el ADN mitocondrial de las mujeres limita el campo de identificación de los restos.
Biomics cuenta desde hace años con un banco de ADN de familiares de desaparecidos durante la Guerra Civil y que cruza cada vez que se localizan e identifican restos de exhumaciones en fosas comunes localizadas. Desde el Instituto Gogora han llevado a cabo varias campañas para instar a las familias a dejar registro de su perfil genético para permitir más opciones de identificación de los restos que se puedan encontrar en las excavaciones que llevan a cabo en los últimos años.
A nivel nacional, el Gobierno de Pedro Sánchez se ha fijado como objetivo dar pasos firmes para afrontar un proceso de exhumación de fosas en España. Se calcula que son 114.000 las personas enterradas en las cerca de 2.000 fosas que se cree que aún existen a lo largo del país. En este plan la actuación referida a la principal de las fosas, el Valle de los Caídos, también está en marcha. A ello responde las autorizaciones ya concedidas a 54 familias. En el Valle de los Caídos se encuentran enterradas 33.847 personas, casi un tercio de ellas sin identificar.
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