La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha aceptado la vicepresidencia tercera para no chocar con la responsable de Economía, Nadia Calviño, tal y como Pedro Sánchez le había propuesto a Pablo Iglesias. Pero el todavía vicepresidente segundo se había opuesto a rebajar el grado de representación de Unidas Podemos, no así Díaz. Porque ha sido ella la que ha hecho llegar a Moncloa que acepta la tercera vicepresidencia, a cambio de retener Trabajo, para que Calviño sea tercera en el escalafón tras Sánchez y Carmen Calvo.
Ya durante la tarde en el entorno de la ministra de Trabajo trasladaban el mensaje de que Yolanda Díaz "no quiere generarle problemas al presidente del Gobierno" y lo importante "no son los cargos", en alusión a la pelea soterrada por la prelación con respecto a Nadia Calviño, que en todo caso iba a seguir presidiendo la comisión delegada de Asuntos Económicos. Demostrando que su tono y estilo no es igual que el de Iglesias, sí dejaban claro las mismas fuentes que su "principal apuesta" es el Ministerio de Trabajo, donde ha firmado ya varios acuerdos en la mesa de diálogo social y tiene pendiente la gran batalla por la reforma laboral y las pensiones, en las que colisiona con Calviño y José Luis Escrivá.
Lo cierto es que la propia Díaz se apresuró a aceptar la vicepresidencia segunda tras elegirla Pablo Iglesias como sucesora. "En este último año he puesto todo mi esfuerzo en la protección del empleo y de las personas trabajadoras. A esta labor, siempre de la mano del #DiálogoSocial, se une ahora el reto de la Vicepresidencia. Será un honor seguir trabajando en este Gobierno y con @sanchezcastejon", escribió. Pero el enfrentamiento a cuenta de cuál debe ser ahora su posición en el organigrama gubernamental, le ha hecho aceptar un escaló menos en el organigrama gubernamental.
Pedro Sánchez le había planteado a Pablo Iglesias las dificultades que le creaba que Yolanda Díaz fuera vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo frente a la vicepresidenta tercera y responsable del área económica del Gobierno, Nadia Calviño. El jefe del Ejecutivo planteó un problema de "prelación con la excusa de que la vicepresidenta económica no esté en cuestión en las reuniones en que coincide con Díaz", como puede ser la comisión delegada de asuntos económicos.
Pablo Iglesias se negó. Esos eran los "detalles" pendientes de rematar de los que hablaba Moncloa en un comunicado, puesto que este miércoles no se había llegado a ninguna conclusión. Quizá lo más llamativo es que Díaz ha aceptado al margen de la posición de Iglesias, ejerciendo ya de mujer fuerte de Unidas Podemos en el Gobierno.
Sánchez e Iglesias mantuvieron un breve encuentro en la mañana de este martes tras la reunión del Consejo de Ministros para hablar de su salida del Ejecutivo y constatar que «hay acuerdo en los cambios que deben acometerse» a falta de «rematar algunos detalles en base al acuerdo de coalición», según un comunicado que Moncloa ha dado a conocer a primera hora de la tarde.
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