Hace días que la inquietud se ha instalado en la sanidad vasca. La pronunciada caída de casos y la evidente mejoría que se detectó a comienzos de mes no ha durado mucho. La satisfacción se ha diluido en sólo dos semanas. El repunte de la pandemia, que enfila sin titubeos hacia una cuarta ola, ha precipitado la adopción de nuevas restricciones en Euskadi y que hoy anunciará el lehendakari: fijar la ‘zona roja’ a partir de los 400 casos por cada 100.000 habitantes, imponer el cierre perimetral en los municipios que la superen, limitar a seis horas y media el consumo en el interior de los locales de hostelería y establecer en un máximo de 4 personas los grupos en la práctica deportiva en espacios cerrados.
Pero, ¿por qué la incidencia de esta fase de la pandemia está siendo tan pronunciada en el País Vasco? En olas anteriores la situación en Euskadi no ha sido especialmente significativa en comparación al resto del país. Sin embargo, en esta ocasión encabeza, junto a Madrid, la incidencia acumulada hasta prácticamente duplicar la media nacional. Si ayer el Ministerio de Sanidad cuantificó en 134 casos por cada 100.000 habitantes la incidencia media en España, la consejería de Salud vasca la fijó en Euskadi en 243 casos.
Hay dos factores que hacen singular la situación en el desarrollo de la pandemia en el País Vasco. La primera de ellas es el bajo porcentaje de vacunación que arrastra, que le sitúa a la cola junto a Castilla y León. La apuesta por llevar adelante un plan de inoculaciones que incluye la reserva estratégica del 50% de las dosis para asegurar el suministro de las segundas dosis está limitando en mayor medida la vacunación de la población. De todas las vacunas recibidas sólo se administran el 72%.
Ocultar contactos
En Euskadi, tres meses después de iniciarse la vacunación, sólo un 3,5% de la población está plenamente vacunada (78.500 personas). Ni siquiera los profesionales de la sanidad pública y la privada han visto completar el proceso de inoculación. También la vacunación de la población de más edad, como el colectivo de entre 80 a 89 años, avanza con retraso. Apenas la mitad de ellas ha sido vacunada.
Otro factor que se ha comenzado a detectar en la población es la relajación y cansancio en el cumplimiento de las medidas de protección. Esta situación ha incrementando las llamadas a la responsabilidad de los gestores sanitarios. En las últimas semanas se ha observado una mayor dificultad para llevar adelante los rastreos al aumentar el número de personas contagiadas que ocultan contactos estrechos mantenidos y que también podrían estar contagiados.
Han sido varios los llamamientos a la población para que no oculte esta información a los rastreadores ya que supone una amenaza seria para el seguimiento en la evolución de la pandemia. El Gobierno vasco ha tenido que recordar que los 700 rastreadores no tienen capacidad de sancionar y que lo prioritario es contener los posibles focos.
Vuelven los cribados masivos
Un tercer factor que ha influido de modo importante es la relajación en la aplicación de las medidas de protección. Hacía semanas que desde los servicios de vigilancia epidemiológica no se hacía necesario llevar a cabo cribados masivos. El cumplimiento más severo de las normas, así como las medidas de perimetraje y limitación de la movilidad habían permitido reducir de modo drástico la aparición de focos de contagio. Sin embargo, desde que el 9 de marzo se retomó la libertad de movimiento en todo el País Vasco la aparición de focos se han multiplicado. Esta situación ha hecho que se recuperen los llamamientos a los cribados masivos en distintos puntos de la geografía vasca, los últimos casos en las localidades de Nanclares de Oca en Alava y en el barrio de Basurto en Bilbao.
El martes 9 de marzo se levantó el perimetraje municipal que se había mantenido desde el 25 de enero. En ese mes y medio se logró frenar la curva y retornar a una situación de control de la pandemia. En las dos semanas y media transcurridas la caída de la tasa de contagio pronto volvió a subir. Del 4% en el que se encontraba entonces ayer había alcanzado ya un 5,3%. En esos apenas 18 días la incidencia acumulada ha aumentado de 201 a 243 casos por 100.000 y más de medio millar de nuevos contagios en un sólo día, muy lejos del objetivo de 60 casos que se ha marcado el Ejecutivo.
La mayor inquietud en las autoridades vascas estaba en ver cómo evolucionaba la pandemia en estos días posteriores al puente de San José. En función de los resultados se fijarían las medidas para la próxima Semana Santa. Finalmente, el lehendakari ha convocado para esta tarde a su consejo asesor para adoptar nuevas restricciones. El comité técnico, reunido ayer, ya le ha trasladado la necesidad de reforzar de nuevo las medidas de prevención.
La 'zona roja' baja de 500 a 400
Esta tarde las anunciará Urkullu, así como la fecha de su entrada en vigor. Poco más de dos semanas ha durado la libertad de movilidad en Euskadi. El plan de restricciones para intentar aplacar la aún incipiente cuarta ola en Euskadi contempla como una de sus nuevas medidas rebajar a una tasa de 400 casos por 100.000 habitantes la franja de alarma, hasta ahora establecida en 500 casos. Las localidades que rebasen el nuevo indicador serán confinadas perimetralmente. Los últimos datos revelaban que al menos siete municipios de más de 5.000 habitantes ya están en esta situación: Elorrio, Ermua, Ondarroa, Muskiz, Beasain, Lazkao y Ordizia. Por el momento las tres capitales están lejos de esta incidencia.
Además, se contempla limitar la actividad en el interior de bares y restaurantes. Así, la nueva medida que pondrá en marcha el Gobierno vasco pasa por reducir la actividad en el interior de los establecimientos a dos franjas horarias, de 6:30 a 9:30 de la mañana y de 13:00 a 16:30 de la tarde. En los establecimientos de apuestas y juego queda prohibido cualquier servicio de hostelería.
La tercera de las medidas que hoy se prevé que dé a conocer el lehendakari es la limitación de la actividad deportiva no profesional ni federada. En espacios cerrados sólo se podrá hacer deporte en grupos inferiores a 4 personas.
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