Los tres pesos pesados del antiguo Partido Popular José María Aznar, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal defendieron esta semana, alejados ya de cualquier cargo político, que nunca existió una contabilidad paralela o una caja B en la formación. "La caja B será de esa persona, no del PP", dijo la exsecretaria general, y los dos expresidentes del Gobierno repitieron con ella que los papeles, las notas redactadas por Luis Bárcenas que la probarían, también son del extesorero y no tienen por qué reflejar ninguna realidad.
Lo mantuvieron ante la Audiencia Nacional, por videoconferencia desde los despachos de sus domicilios, a pesar de que el Tribunal Supremo, en sentencia firme, ratificó que hay pruebas suficientes de la existencia de dicha caja B, de una contabilidad paralela o irregular en el Partido Popular. Confirmó el alto tribunal la condena contra la formación como partícipe a título lucrativo -es decir, beneficiario de dicho sistema corrupto sin tener por qué conocerlo- que echó a Rajoy de la presidencia del Gobierno tras prosperar una moción de censura contra él.
En su momento, el presidente se aferró a la parte de la sentencia que decía que "no puede afirmarse la autoría del Partido Popular como autor de delitos de corrupción y prevaricación" para defender que la moción estuvo "construida sobre la base de una enorme manipulación de una sentencia que no era firme".
El extesorero vuelve a escena
Más de un año después de ese fallo firme, Bárcenas, que entró en prisión igual que su esposa para cumplir condena por éste, volvió a escena con la intención de dar su merecido a los líderes del PP que no resultaron investigados en ninguna de las piezas de Gürtel y le acusan de ser un delincuente, un villano contra el partido. Si manejó dinero irregular, sería cosa suya y para su interés, vinieron a decir esta semana ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Y si anotó en sus cuadernillos que 'M. Rajoy' había recibido sobresueldos en negro, él verá por qué lo hizo, "yo no me puedo poner en la mente de otras personas porque, entre otras cosas, las personas somos distintas", dijo Rajoy dejando una de sus frases para el recuerdo. Porque, aunque los dos exdiputados Jaime Ignacio del Burgo y Eugenio Nasarre reconocieron la veracidad de los apuntes del extesorero en cuanto a que se les entregó dinero en efectivo (no de una caja B ilegal), otros ex altos cargos populares como Javier Arenas y Federico Trillo-Figueroa se escudaron en que "no soy el único Javier del PP" o "en el PP nadie me llama Federico" y para Rajoy "no se puede poner en tela de juicio la afirmación de más del 95% de las personas que salen en esos papeles de que no son ciertos". Para él la verdad es cuestión de proporción.
Antes de que comenzara en la Audiencia Nacional el juicio por si la reforma de la sede central del PP se pagó con dinero negro procedente de la caja B nutrida con donaciones de empresarios no declaradas, Bárcenas amenazó con hacer pública una grabación en la que, según él, se probaría que Rajoy cobró sobresueldos. También se prestó a aportar información tanto al juez Santiago Pedraz que investiga si empresarios fueron premiados con adjudicaciones públicas por donar dinero al PP como al juez Manuel García Castellón que investiga la presunta financiación irregular del PP madrileño.
Pero los ex altos mandos del PP han desfilado por la Audiencia Nacional para declarar como testigos en el juicio de la reforma de la sede y ni la grabación salió a la luz ni las declaraciones de Bárcenas parecen relevantes para avanzar en las investigaciones. Dijo que un constructor pagó 60.000 euros a Esperanza Aguirre para la campaña electoral de 2008 y éste lo negó el jueves durante su declaración como investigado. El viernes, el juez archivó la investigación contra él restando credibilidad, por tanto, a la versión de Bárcenas. El extesorero también dijo que Rajoy destruyó parte de sus anotaciones de la caja B en una máquina trituradora de papel y el expresidente contestó que eso es "metafísicamente imposible". El presidente del tribunal del juicio de la reforma de la sede del PP rechazó un careo entre ambos para ver quién tiene razón.
Bárcenas va perdiendo en cuanto a "verdad judicial"
Bárcenas, que sabe que la cúpula policial entre 2013 y 2015, después de que salieran a la luz sus famosos papeles, le espió con cargo a los fondos reservados para recuperar la documentación 'bomba' que pudiera tener, va perdiendo contra el antiguo PP en lo que a "verdad judicial" se refiere. Ninguno de los altos cargos del partido resultó investigado en Gürtel y ninguno tampoco está investigado en la Audiencia Nacional por el operativo policial Kitchen que se desplegó durante el gobierno de Rajoy. Tan sólo el exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y su número dos, el exsecretario de Estado de Seguridad, fueron imputados por el juez Manuel García Castellón. La Fiscalía Anticorrupción solicitó la imputación de María Dolores de Cospedal y su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, puesto que quien captó al chófer de Bárcenas para que hiciera de confidente de la operación pagándole con fondos reservados de Interior fue el policía que trabajó como asesor de la expresidenta de Castilla-La Mancha, Andrés Gómez Gordo.
El extesorero no aporta las pruebas que asegura tener de que Rajoy conocía la financiación irregular del PP y de que ésta se remonta tres décadas atrás, cuando el exsecretario general Francisco Álvarez-Cascos supuestamente la instauró para que los ministros de Aznar no perdieran dinero al pasar de cobrar del partido a hacerlo del Gobierno, algo que el aludido también negó esta semana como testigo ante el tribunal que juzga las supuestas irregularidades en la reforma de la sede del PP.
Mientras tanto, los exministros y máximos responsables del antiguo PP que pasaron esta semana por la Audiencia Nacional continuaron abonando la imagen de aquel Bárcenas que "tenía dinero en muchos sitios, como hemos sabido después", como dijo Rajoy, que comenzaron a perfilar en 2013 tras conocerse que atesoraba 47 millones de euros en una cuenta suiza.
Las acusaciones populares recogen pocos frutos
Las acusaciones populares del juicio de la caja B o los papeles de Bárcenas se llevan dos testimonios que respaldan la veracidad de las notas del extesorero y exgerente del PP y casi una decena de declaraciones de ex altos cargos que aseguran que no existió una contabilidad irregular en el partido y, en el caso de haberla, sería del enemigo Bárcenas.
El antiguo PP (los expresidentes Rajoy y Aznar; los exsecretarios generales Cospedal, Arenas, Ángel Acebes, Cascos y los exministros Jaume Matas y Federico Trillo) unieron fuerzas contra el villano Bárcenas y sus "delirios". Tan sólo el ex vicepresidente económico Rodrigo Rato, que también estuvo en prisión por las tarjetas Black y para el que ahora la Fiscalía Anticorrupción pide más de 60 años de prisión por incurrir, según consideran los investigadores, en más de 11 delitos fiscales con la gestión de su patrimonio personal, defendió la profesionalidad del extesorero. "No aprecié en nadie del PP que sufriera delirios", afirmó, aunque también negó que las referencias que se refieren a él en sus apuntes sean ciertas.
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