Se puede "morir de éxito". Así al menos lo piensa el bloque de la izquierda en Madrid conforme avanza esta precampaña electoral, con una Isabel Díaz Ayuso cada vez más crecida en todos los sondeos con intención de voto. Hay coincidencia en que Ciudadanos, en general, y Edmundo Bal, en particular, van a necesitar un milagro para mantenerse en la Asamblea autonómica, mientras Vox comienza a sentir el aliento de la presidenta regional y corre el riesgo de quedar por debajo el 5 por ciento del voto necesario para tener representación en la Cámara.
De modo que la candidata popular podría concentrar todas las papeletas del centro-derecha madrileño, tal y como se ha empeñado en hacer su jefe de filas, Pablo Casado, pero, al tiempo, según el cálculo de PSOE y Unidas Podemos, no alcanzar el 46 por ciento que necesita para tener mayoría absoluta con la que poder gobernar sin necesidad de apoyos externos. Sus propias encuestas les dan entre un 41 y un 42 por ciento, insuficiente para alcanzar la tan anhelada mayoría absoluta. Esto es, sin aliados y sin 69 asientos en la Cámara regional, el peor de los escenarios posibles para el PP, cuyo objetivo principal es mantener el gobierno de Madrid.
El último sondeo del CIS, con sus sesgos habituales y cierta escandalera respecto a si se ha aplicado mal la Ley D´hont a la hora de hacer la proyección de escaños, alimenta la idea de que el partido de Santiago Abascal lo tiene regular, de ahí que él mismo haya tomado las riendas de la campaña a la Comunidad de Madrid. Después de su éxito indiscutible en las elecciones catalanas del pasado 14-F no quieren, si quiera, quedar por debajo de su actual representación madrileña de 12 escaños.
Tendencia descendente de Vox
Hay que admitir que la credibilidad de la "factoría Tezanos" es cada vez más limitada, pero desde hace tiempo socialistas y Unidas Podemos apuntan a la tendencia descendente de la cabeza de lista de Vox, Rocío Monasterio. "Es fácil que Ciudadanos se despeñe y Vox se quede fuera", señalan fuentes moradas en conversación con El Independiente. Ayuso "puede conseguir el objetivo de Pablo Casado de unificar el espacio de centro-derecha, pero a riesgo de no alcanzar la mayoría absoluta", apuntan desde el PSOE.
De ahí la estrategia de la izquierda, entre ellos del mismísimo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de confrontar directamente con Ayuso, aunque en el fondo de sus críticas siempre subyace la advertencia respecto a que la baronesa popular está dispuesta a aliarse con la ultraderecha de Abascal. Para los morados, representa los últimos vestigios del franquismo, como si por Madrid, a pesar de haber tenido gobiernos de izquierda en la Comunidad y en el ayuntamiento de la capital, no hubiera pasado la Transición.
Que Ciudadanos insista además en que, de sobrevivir electoralmente, apoyaría un nuevo gobierno de Ayuso, no hace si no provocar una estampida de voto tanto a su derecha, preferentemente, como a su izquierda, algo menor. A su derecha, porque funciona el mecanismo de voto útil, y a su izquierda porque mucho de su electorado no quiere una nueva alianza como la que ya fracasó estrepitosamente y provocó la convocatoria extemporánea de elecciones. Tampoco le iría mejor a los naranjas si mostraran preferencias por el bloque de la izquierda, hacia el que sí dirige sus mensajes Ángel Gabilondo. El dilema de Bal es irresoluble.
Este lunes, Rocío Monasterio ha recordado en "La hora de la 1" de TVE que en Andalucía los sondeos "nos daban cero escaños y tuvimos 11". Y más recientemente, en las catalanas, entraron en Parlament también con 11 diputados autonómicos.
Infravaloración del CIS
El CIS les ha infravalorado en la misma medida en que siempre ha dado sobrerrepresentación al PSOE, hasta este lunes en el que ha sorprendido a todos con un empate entre los dos bloques ideológicos que no parece tal. Además, Monasterio ha reprochado al PP su intención de formar un gobierno monocolor, "pero quizá ahora se han dado cuenta de que nos van a necesitar".
Asegura la candidata "voxista" a la presidencia de la Comunidad no estar pendiente de los pronósticos electorales sino de "escuchar" a la gente de los barrios "porque se aprende muchísimo". Como Podemos, el partido de Abascal está centrando su campaña en los barrios obreros de Madrid, donde creen que puede tener las mayores bolsas de voto.
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