A nadie se le escapa a estas alturas que, según todos los pronósticos, la victoria de Isabel Díaz Ayuso el próximo 4 de mayo será rotunda. El problema de la candidata del PP es que ni a ella ni al presidente de su partido, Pablo Casado, les vale con ganar. Necesita gobernar. Y para hacerlo tiene dos opciones: pactar con Vox siempre y cuando no termine privando a sus aliados de los votos suficientes como para lograr representación en la Asamblea -un escenario que las encuestas ya contemplan para Ciudadanos-; o fiar su destino a la mayoría absoluta. No obstante, Ayuso se encuentra lejos aún de ese horizonte. El conjunto de sondeos publicados hasta la fecha ubican a la presidenta madrileña en un porcentaje de voto alto, pero insuficiente para gobernar sin tutelas: los más optimistas posicionan al PP en torno a los 60 escaños, nueve menos de los necesarios para la mayoría absoluta.
Aunque parezca lo contrario, la campaña ni siquiera ha comenzado oficialmente, y el equipo electoral de Ayuso se guarda aún 'ases' en la manga para mantener la tendencia ascendente en las encuestas de la presidenta, cuyo objetivo pasa por doblar el pulso al PSOE también en sus bastiones históricos y teñir de azul la práctica totalidad de Madrid. La clave está en el llamado 'cinturón rojo', las ciudades ubicadas en el sur de Madrid con una larga trayectoria como feudos de la izquierda.
Es ahí, en Fuenlabrada, Alcorcón, Leganés, Getafe, Pinto o Móstoles, donde el PP ha puesto el foco. "El partido nos lo jugamos en el sur", afirman en la dirección nacional. ¿El objetivo? "Doblar" los votos que obtuvo la candidata popular en 2019 en estos municipios y superar al PSOE como primera fuerza en todos ellos. ¿Cómo? Capitalizando la debilidad del resto de la derecha, la división de la izquierda y las fugas de los socialistas hacia Más Madrid o Unidas Podemos. Si lo consigue, la mayoría absoluta podría estar al alcance de su mano.
Es una misión difícil, pero no imposible. Esperanza Aguirre es la excepción que confirma que el 'cinturón rojo' no siempre lo fue. El golpe que asestó la eterna baronesa popular al PSOE de Tomás Gómez en 2011 fue imponente, y el PP se impuso en votos en Fuenlabrada, Getafe o Leganés, bastiones que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid no había conquistado aún pese a la mayoría absoluta de 67 escaños que alcanzó también en las autonómicas de 2007. Cuatro años después revalidó su triunfo y creció hasta los 72 diputados, lo que le valió para conquistar la práctica totalidad del sur de Madrid y convertirlo en el 'cinturón Aguirre'. Las siglas del PP prevalecieron también como primera fuerza en Pinto, Alcorcón y Móstoles, aunque, con el paso de los años, el tirón de los populares en los bastiones del PSOE se fue desmoronando casi a la velocidad a la que lo hizo el propio PP de Madrid.
Isabel Díaz Ayuso busca ahora emular a su mentora política, aunque ella, para empezar, cuenta con el hándicap de la fragmentación de la derecha y, por tanto, del voto. Según marcan las encuestas, la candidata del PP a la reelección se ha convertido en catalizador de las fuerzas políticas situadas dentro de su mismo espacio electoral: Ciudadanos no levanta el vuelo y se encuentra al borde de la desaparición en Madrid; y Vox, de momento, aguanta el golpe, pero no eclipsa a la presidenta madrileña. A pesar de esta circunstancia, unos cuantos miles de votos se reparten entre estas fuerzas en los bastiones del sur de Madrid, lo que hace imposible superar la marca que consiguió en estas ciudades Esperanza Aguirre en 2011. Lo que sí resulta factible es superar en votos al PSOE, al menos en algunas de ellas.
Un factor que puede jugar a favor de Ayuso es el de la participación. Hace 10 años, Aguirre revalidó la presidencia en unas elecciones en las que participaron el 65,86% de los electores madrileños. En 2015, se mantuvo en el 65,69% y en 2019 bajó hasta el 64,27%. De acuerdo con el último -y polémico- barómetro del CIS, la participación podría subir hasta 10 puntos: más del 75% de los encuestados afirmaron que el 4-M irán a votar sí o sí. En los próximos comicios también jugarán un papel fundamental el número de indecisos: según el instituto público, ese porcentaje se sitúa en el 20,2%.
La clave del triunfo: Ciudadanos y los indecisos del PSOE
Para ganar en el 'cinturón rojo' al PSOE, Ayuso necesita capitalizar la inmensa mayoría de los votos de Ciudadanos y parte de los de Vox, aunque también dependerá de la fluctuación del voto en las tres izquierdas y del número de personas que abandonen finalmente las siglas socialistas en favor de Más Madrid o Unidas Podemos.
Si atendemos a los datos aportados por el último barómetro del CIS, concretamente en la estimación con recuerdo de voto de las autonómicas de 2019, nada menos que el 48,5% de los electores que entonces apostaron por Ciudadanos y por Ignacio Aguado, el 4 de mayo votarán con seguridad a Isabel Díaz Ayuso. Y el porcentaje puede ser mucho mayor, ya que algo más del 26% de los electores naranjas aún no han decidido el sentido de su voto. En total, si logra atraer a la mayoría de indecisos, la candidatura de Ayuso acapararía aproximadamente al 70% del votante de Ciudadanos.
¿Cómo se traduce esta circunstancia en votos en los feudos de la izquierda? Por poner un ejemplo, atraer al 70% de los votantes de Ciudadanos supondría sumar más de 11.000 votos al PP en Alcorcón, que se agregarían a los más de 16.600 que obtuvo Ayuso en 2019 y que, salvo sorpresa, conservará en su inmensa mayoría. Pero hay más. Siguiendo la métrica del CIS, el 41% de los votantes de Vox también se pasarán al PP en Madrid, lo que en el citado municipio implicaría unos 2.600 votos más para el saco electoral de Isabel Díaz Ayuso.
Dicha estimación arroja un resultado para los populares en Alcorcón de más de 30.000 votos el próximo 4 de mayo, y se convierte en uno de los municipios del 'cinturón' donde el PP puede llegar a dar el sorpasso al PSOE. En 2019, Gabilondo aglutinó en esta localidad 27.361 papeletas y, en su caso, más que sumar podría perder votos hacia otras opciones de la izquierda por la cantidad de indecisos, que en el caso del PSOE asciende al 18,9%. Todo dependerá, como defiende Iglesias, de la capacidad de levantar a su electorado.
La misma circunstancia se repite en Móstoles donde, con éste mismo cálculo, el PP aglutinaría más de 33.000 papeletas por las 31.159 que obtuvo el PSOE en 2019; y en Parla, donde Isabel Díaz Ayuso, gracias a los electores robados a Ciudadanos y Vox, se impondría con más de 8.400 votos a las 8.087 de los socialistas en los últimos comicios. Más ajustada estaría la situación en Fuenlabrada, Leganés o Getafe, donde el PP aún se queda a un par de miles de votos por debajo del PSOE, aunque en todos ellos lograrían el objetivo de doblar los votos que obtuvo Ayuso en 2019 si finalmente se cumple el pronóstico del CIS.
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