La campaña de las elecciones madrileñas y el clima de tensión en que se desarrolla no ha dado un sólo respiro a ninguno de los candidatos prácticamente desde que Isabel Díaz Ayuso pulsó el botón de adelanto electoral el pasado 10 de marzo. Todos se juegan mucho. Y encima de la mesa existe aún un alto porcentaje de indecisos para los que los debates electorales se estiman determinantes. Los cara a cara televisivos pueden servir como revulsivo, pero también suponen un riesgo que los equipos de campaña tratan de encajar y que pueden perjudicar sobre todo a aquellos que mantienen un buen pulso en las encuestas.
Es el caso de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección por el PP se comprometió el pasado mes de marzo a que el debate de candidatos se celebraría en Telemadrid. Sin embargo, unas semanas después enmendó esta decisión y envió una propuesta a la Academia de la Televisión y de las Ciencias y las Artes Audiovisuales para que organizase el cara a cara dado el "interés nacional" que, a juicio de los populares, suscita el debate, lo que generó cierto malestar en el ente público regional.
El jefe de campaña de la presidenta madrileña, Alfonso Serrano, propuso incluso una fecha para la contienda dialéctica: el martes 20 de abril. Pero los días pasan y la Academia sigue sin dar una respuesta a la petición del PP. Y Telemadrid se adelantó al veredicto del ente que preside María Casado haciendo oficial la convocatoria de un debate electoral en la Ciudad de la Imagen el próximo miércoles 21 de abril, modulando la intención inicial de celebrarlo una semana después, el día 29. La decisión del ente público parece no tener vuelta atrás, y la cita se celebrará con o sin la presidenta madrileña.
Y los planes de Ayuso no pasan por dar marcha atrás. La presidenta no cejará en su empeño de que sea la Academia de la Televisión la que organice el debate por la proyección nacional que desea para el mismo. Plantear los comicios madrileños como un plebiscito contra Pedro Sánchez no es una intención que se disimule en el PP. De hecho, en un primer momento se defendió la necesidad de organizar el cara a cara con la Academia para que ésta diese cobertura a las cadenas nacionales, pero Telemadrid ya ha expresado su voluntad de distribuir señal gratuita al resto de televisiones interesadas.
Ayuso sigue sin dar su brazo a torcer, y no sólo en ese aspecto: fuentes de la confianza de la dirigente confirman a El Independiente que la única fecha que contempla la líder madrileña es el martes 20 de abril. Ni un día más ni un día menos. Y es "o eso o nada", sentencian. "Si el resto quieren debatir con Ayuso, saben que esta es su opción. Si no la aceptan, quedará claro que son ellos quienes no quieren debatir", alegan en el PP, conscientes de que una posible derrota de Ayuso en el debate puede afectar al resultado en las urnas. Sin embargo, este miércoles la presidenta madrileña ha acudido al plató de Telemadrid y ha emplazado a que televisiones y partidos "lleguen a un acuerdo", porque ella asistirá a "un único debate", sin cerrar ahora la puerta a que termine sentándose en Telemadrid, a la espera del veredicto de la Academia. Del mismo modo, en el PP cierran la puerta a cualquier otro formato, como el que planteó este martes la candidata de Más Madrid, Mónica García, de un cara a cara a dos y no a seis.
Las críticas por la inflexibilidad que plantea la presidenta madrileña no tardaron en producirse. Y frente a ellas, el equipo de Ayuso se defiende y recuerda que Sánchez hizo exactamente lo mismo en las generales del 10 de noviembre: el único debate electoral lo organizó la Academia de la Televisión y se celebró en el día propuesto por el PSOE -el 4 de noviembre- por la negativa de Sánchez a ceder y mover la fecha pese a la presión de otros partidos.
El conflicto de intereses podría dejar a la presidenta madrileña fuera de la contienda televisiva, a la espera de que la Academia de la Televisión se pronuncie sobre la propuesta del PP. Fuentes de dicho organismo justifican que no darán una respuesta hasta que los partidos y las cadenas de televisión cierren un acuerdo, ya que las televisiones en particular que quieran dar señal del debate deben estar dispuestas a sufragar los costes que supone emitir el cara a cara de unas elecciones autonómicas. Otro punto de fricción es la intención de Telemadrid de no dar marcha atrás con la celebración de su propio debate, que se celebraría sin Ayuso y sólo un día después del que organizase la Academia. Por el momento, todo sigue en el aire.
Mientras tanto, la tensión sigue en aumento y fuentes del PP denunciaron en la tarde del martes una campaña de Telemadrid que pasa por ordenar "a todos sus presentadores" que defiendan públicamente el debate de la televisión regional en redes sociales y "hagan campaña en contra de la presidenta de la Comunidad de Madrid", un episodio que se suma a la larga lista de desencuentros entre Isabel Díaz Ayuso y la televisión autonómica.
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