Jornada de reflexión en Madrid. Como día festivo, el tráfico es escaso, las calles se van animando a medida que transcurre la mañana. A mediodía, a pesar del cielo encapotado, las terrazas se llenan para el aperitivo. Se habla de política, como es natural, siendo el 4 día electoral para los madrileños. Pero sosegadamente. Al ser los comicios en día laborable, los problemas de logística priman sobre el resto. También se habla de fútbol: el Madrid se juega el pase a la final de la Champions el día 5 en Londres; otros creen que el Atlético se mantendrá líder y ganará la liga... Los niños juegan en un parque cercano.
¿Cómo es posible que la gente se tome tan a la ligera que en sólo unas horas podría estar en juego su libertad o la democracia? ¿Se han vuelto locos los madrileños? No. Sencillamente, la mayoría es bastante más sensata que algunos de los dirigentes políticos, que se han empeñado en ganar votos a base de meter miedo.
Hoy no está en juego la libertad ni puede ser el primer día de la involución a la dictadura. La vida continuará más o menos igual que antes. Con una ventaja importante: el ritmo de vacunación se ha acelerado y ya hay mucha gente que está protegida contra el virus. Porque, eso sí, los madrileños tienen muy presente que en el último año en la Comunidad han perdido la vida más de 23.000 personas y que todavía hay zonas confinadas y la ocupación de las UCI está muy por encima de la media. Pero Madrid, en una decisión muy criticada tanto por el Gobierno de la nación como por los partidos de izquierda, optó hace tiempo por mantener la hostelería abierta y por establecer el toque de queda a las 23 horas, lo que ha permitido mantener un simulacro de normalidad. Gracias a ello, el paro no se ha disparado tanto como en otras comunidades. Eso ha hecho que muchos que antes no pensaban votarla vean en Ayuso una política atípica y valiente y ahora se planteen apoyarla.
No. No va a cambiar nuestro sistema político a partir del 4-M. Estas no son las municipales de 1931, por mucho que algunos se empeñen en echar atrás el reloj de la historia. Pero sí son unos comicios importantes. Tal vez los más importantes desde que se celebraron las primeras elecciones autonómicas en 1983, que, por cierto, ganó el PSOE (Joaquín Leguina), con mayoría absoluta (51% de los votos).
Sin dramatismos, sin exageración, los ciudadanos de Madrid decidirán hoy entre dos modelos de sociedad y, dependiendo de quién gane, las consecuencias para la política nacional serán muy distintas y, en todo caso, relevantes.
Un triunfo claro de Ayuso debilitaría tanto a Sánchez como a Iglesias e inauguraría un un nuevo ciclo político. Pero si, contra pronóstico, gana la izquierda, la coalición de gobierno se reforzaría y UP exigiría un programa mucho más radical
Aunque las encuestas prácticamente no se han movido en la última semana de campaña y la derecha sigue siendo clara favorita para ganar hoy, no hay que descartar el triunfo de la izquierda.
Si eso sucediera, se producirían las siguientes consecuencias:
1ª Se reforzaría la posición del presidente Sánchez.
2ª Pablo Iglesias se apuntaría el tanto de que gracias a su candidatura el bloque izquierdista habría resistido el tsunami de la derecha y la extrema derecha.
3ª Se consolidaría el gobierno de coalición. La fórmula se repetiría en Madrid, pero en la Comunidad con un mayor peso de la extrema izquierda, ya que Más Madrid y UP sumarían en principio más escaños que el PSOE.
4ª UP exigiría en el Gobierno de la nación un giro radical en políticas sociales (reforma laboral, subida de impuestos, etc.) Esa política fiscal "contra los ricos" se exigiría también, incluso con más contundencia, en Madrid.
5ª Ese giro a la izquierda complicaría la llegada de fondos europeos, ya que estos están condicionados a reformas incompatibles con dichas políticas (sobre todo la contra reforma laboral o las pensiones).
6ª Los partidos independentistas a su vez redoblarían su exigencia de libertad para los presos del procés y una fecha para la realización de un referéndum de autodeterminación.
7ª Como contraposición, se produciría una radicalización en los partidos de la derecha y una subida en las expectativas de Vox.
8ª El presidente del Gobierno tendría un margen mucho más cómodo para fijar el calendario de las próximas elecciones generales.
A sensu contrario: ¿Qué sucederá si gana el bloque de la derecha?
Esta opción tiene entre un 80% y un 90% de posibilidades a la luz de la media de los sondeos publicados durante esta semana.
La victoria del bloque capitaneado por Ayuso tendría las siguientes consecuencias:
1ª Debilitaría sensiblemente la posición del presidente del Gobierno.
2ª Provocaría la salida casi inmediata de Pablo Iglesias de la primera línea política.
3ª Hay que discernir otras consecuencias en función de cómo se produzca la victoria del bloque de derechas. Se dan tres posibles escenarios:
-Que el PP quede muy cerca de la mayoría absoluta.
-Que el PP se quede por debajo de 60 escaños y necesite perentoriamente el apoyo de Vox para gobernar (algunos sondeos dan al partido de Abascal 14 escaños).
-Que Ciudadanos logre superar la barrera del 5% y consiga grupo parlamentario.
La primera y la tercera de las opciones implicarían una línea continuista en la Comunidad de Madrid: se formaría un gobierno de centro derecha que mantendría básicamente las mismas políticas que durante los dos últimos años, aunque se haría un guiño a Vox en educación.
En la segunda de las opciones, Vox, incluso aunque no entrara en el Gobierno, condicionaría de forma clara el gobierno de Ayuso.
4ª Una victoria con holgura de Ayuso supondría una revitalización del PP como partido a nivel nacional y un reforzamiento, a corto y medio plazo, de Pablo Casado.
5ª Génova podría forzar al presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla, a adelantar las elecciones el próximo otoño, para aprovechar el viento de cola que generaría la euforia en el electorado de derechas tras un triunfo en Madrid y la falta de liderazgo claro en el PSOE andaluz.
6ª A su vez, Ayuso ganaría peso en el partido y ya nadie le discutiría su liderazgo en Madrid.
7ª Los planes del presidente del gobierno sobre el calendario electoral podrían verse alterados. Las dudas en Moncloa si se produce un triunfo arrollador de Ayuso es si adelantarlas incluso a este año, aprovechando el retroceso definitivo del Covid y la llegada de la primera partida de fondos europeos, o bien intentar agotar la legislatura.
En definitiva, lo que sabremos a partir de las 22 horas de hoy es si en Madrid comienza un giro a la derecha en la política nacional, o bien la izquierda mantiene su hegemonía con un triunfo contra pronóstico en un feudo emblemático del conservadurismo.
Pero, por fortuna, en España ya hemos vivido esos bandazos y nadie ha tenido que huir del país. La democracia, en definitiva, significa respetar la voluntad de la mayoría, aunque a uno no le guste.
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