Ni dimisiones ni ceses. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha convocado este miércoles al núcleo duro del partido para analizar el último de la cadena de batacazos electorales que acumula la formación naranja, y que ha dejado a Ciudadanos sin representación en la Asamblea de Madrid. Las conclusiones de dicha reunión han sido las de ascender tanto a Edmundo Bal a vicesecretario general de la formación como el hasta ahora secretario de comunicación de Ciudadanos y portavoz del partido en Aragón, Daniel Pérez, que compartirá rango con Bal.

La líder de Ciudadanos se resiste a declarar al partido por muerto y seguirá peleando en los próximos meses para tratar de "relanzar el proyecto" porque el centro, que a su juicio no encarna el PP, "es más necesario que nunca" para el conjunto del país. Con esta tesis, Arrimadas ha convocado para el próximo mes de julio una Convención política nacional con el objetivo de escuchar a la militancia y contraponer ideas para tratar de reflotar el proyecto.

En una intervención sin preguntas de los periodistas, Arrimadas ha anunciado además que el partido naranja por las 17 comunidades autónomas para pelear en el terreno, reconstruir la afiliación y recuperar a todos los votantes huidos al Partido Popular.

Ciudadanos asistió ayer a la enésima debacle del partido naranja. Edmundo Bal no logró convencer y perdió a la totalidad de los diputados que conservaba en la Asamblea de Madrid, así como la vicepresidencia que ostentaba hasta hace unas semanas. El principio del hundimiento lo firmó Arrimadas en el momento en que decidió presentar una moción de censura en Murcia para desbancar al PP, una operación que se le volvió en contra y que precipitó el adelanto electoral en Madrid, la pérdida de dos de sus principales bastiones, el grupo parlamentario en el Senado y la merma del número de diputados en el Congreso.

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