El Gobierno ha evitado este martes señalar a Marruecos como responsable de que más de 6.000 compatriotas hayan llegado a nado a Ceuta en una crisis migratoria sin precedentes, lo que ha obligado en las últimas horas a mandar refuerzos policiales a la ciudad autónoma y a movilizar al Ejército para defender la integridad de la frontera y garantizar la seguridad ciudadana.
"Crisis migratorias de este tipo responden a causas múltiples; son complejas para establecer una relación causa-efecto. Hay diferentes factores que pueden estar incidiendo en la intensidad de la llegada de las personas migrantes a nuestras fronteras", ha mantenido la ministra portavoz, María Jesús Montero, al término de la reunión semanal del Ejecutivo. Montero ha dicho que se está trabajando "desde la alta diplomacia" para reconducir la situación, al tiempo que ha excusado ofrecer más detalles de estas conversaciones al tratarse de contactos "discretos".
De forma pretendida, el Gobierno se ha cuidado de insinuar siquiera que la decisión de acoger en un hospital de Logroño para ser atendido de coronavirus al líder del Frente Polisario y presidente de la autoproclamada República Árabe Saharui Democrática (RASD), Brahim Gali, haya sido el desencandenante de la avalancha de marroquíes llegados desde la madrugada del lunes a Ceuta ante la falta de contención en la frontera de la policía vecina. Sin citar el nombre de Gali, Montero sí ha reiterado que España atiende a las personas que requieren utilizar recursos por "problemas humanitarios".
La prudencia exhibida públicamente por los representantes del Ejecutivo español contrasta con la posición que viene manteniendo Rabat desde que trascendió la noticia de que el líder del Polisario estaba internado en La Rioja bajo una identidad oculta tras haberse contagiado por el coronavirus. Marruecos ya había expresado su "decepción" por la decisión de España, al tiempo que había sugerido que tendría consecuencias.
"¿Entiende que ha habido dejación por parte de la policía marroquí para controlar la ola de personas que han pasado la frontera en las últimas y si el Gobierno no prevé, entre la panoplia de actuaciones que tiene previstas, pedir responsabilidades al Gobierno marroquí por ello?", han preguntado los periodistas este martes al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Lejos de generar la menor incomodidad a las autoridades del país vecino, su respuesta ha sido temporizadora: "Lo que estamos haciendo es analizar y evaluar dentro del marco de la coordinación y la cooperación entre España y Marruecos de lucha contra la inmigración irregular y contra las mafias que trafican con seres humanos, valorando lo que ha acontecido para llegar a conclusiones necesarias y precisas para mejorar esa coordinación".
Crisis migratorias como ésta responden a causas múltiples, son complejas para establecer una relación causa efecto"
MARÍA JESÚS MONTERO, MINISTRA PORTAVOZ
En este sentido, Grande-Marlaska ha destacado la actuación "perfectamente coordinada" que han ofrecido la Guardia Civil y la Gendarmería marroquí para abortar el intento de salto a la valle fronteriza de Melilla registrado la pasada madrugada, cuando más de 300 subsaharianos llegaron a la zona del Dique Sur para intentar acceder a suelo español.
En la misma línea que la ministra portavoz, el titular de Interior ha insistido en que en las crisis migratorias concurren "muchas circunstancias", como ha tenido ocasión de comprobar durante los tres años que lleva al frente de esta cartera. "Estamos haciendo análisis de lo acontecido y de las circunstancias concurrentes. No vamos a ser demasiado imprudentes en conclusiones que son muy complejas", ha defendido.
Tanto Grande-Marlaska como María José Montero han asegurado que mantienen conversaciones con Marruecos. De lo contrario, según el ministro del Interior, habría sido imposible que se hubiera materializado la devolución de unos 2.700 migrantes -todos mayores de edad- llegados a Ceuta de manera irregular en las últimas horas en virtud del acuerdo firmado en 1992. "Es manifiesta la coordinación y cooperación con las autoridades marroquíes para mantener la protección de las fronteras", ha dicho.
El titular de Interior ha defendido la política migratoria que viene realizando el Ejecutivo desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa en el verano de 2018 y se ha mostrado convencido de que serán capaces de solventar "en un breve espacio de tiempo" la crisis migratoria de Ceuta, para lo que se activarán "todos los medios que sean necesarios y precisos".
De acuerdo con los datos facilitados por el Ministerio del Interior a las 18 horas, eran ya cerca de 8.000 los migrantes que habían logrado entrar irregularmente en Ceuta desde la madrugada del lunes. Según el departamento que dirige Grande-Marlaska, se han materializado ya unas 4.000 devoluciones.
Interior ha informado también de que va a reforzar aún más la presencia policial en la ciudad autónoma. A los 200 efectivos anunciados este lunes se sumarán 50 guardias civiles más, al tiempo que hay otros 150 agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional "en alerta" por si fuera necesario su despliegue.
En paralelo, los equipos de Extranjería y Fronteras y de Científica de la Policía han establecido un sistema de trabajo parar operar "las 24 horas del día", de modo que se agilicen los trámites para que se pueda proceder con la mayor rapidez a las devoluciones a Marruecos de los migrantes adultos.
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