El presidente del Gobierno ha salido este miércoles en el Congreso en defensa de los indultos a los presos del procés bajo el argumento de que "hay un tiempo para el castigo y otro para la concordia". Ha matizado en todo caso sus palabras de ayer, cuando en lugar de hablar de "castigo" barajó los términos "venganza" y "revancha", dando así la razón a los independentistas de que las condenas del Tribunal Supremo fueron políticas.
En su enfrentamiento parlamentario con el líder de la oposición, Pablo Casado, éste le ha recordado cómo el propio Sánchez apostó en su momento por el cumplimiento íntegro de las condenas impuestas por el alto tribunal y su apuesta por penalizar los referendos ilegales. También que para aplicar esta medida de gracia es necesario pedir el indulto, tener el informe del tribunal sentenciador y, por parte de los reos, arrepentirse y no reincidir "y nada de eso cumple"
En definitiva, le ha acusado de querer "salvar un problema personal convirtiéndolo en un problema de estado, a cambio de seguir al poder" y traicionando a la Constitución.
En su defensa, Sánchez también ha vuelto la vista atrás para reprochar que fue a un gobierno del PP al que le hicieron "un 1-O y una declaración de independencia" en Cataluña. Pero sobre todo, ha traído a colación las propias críticas que Casado lanzó durante la campaña electoral catalana respecto a la administración de esta crisis por parte del Ejecutivo de Rajoy. "Dijo que fue un desastre y estaba en contra de esa gestión", le recordó.
Decisión "en conciencia"
La Constitución "recoge tanto el castigo como la concordia. Hay un tiempo para ambos y el Gobierno tomará su decisión en conciencia y a favor de la convivencia entre todos los españoles", ha subrayado el jefe del Ejecutivo. En este sentido se ha molestado por subrayar en dos ocasiones que "tomaríamos la misma decisión si tuviéramos 300 escaños", desvinculando los indultos de la necesidad que tiene de los votos de ERC para asegurarse el resto de la legislatura.
A juicio de Casado Sánchez "ha llegado demasiado lejos. Cumplir la ley no es venganza y la unidad nacional no es revancha y un golpe a la legalidad no es un valor constitucional". Le ha acusado de ir de la mano de los que "quieren acabar con España. El pago por meterle en la Moncloa -ha agregado- es su epitafio. Sus verdaderos jefes no quieren que esta España llegue siquiera al 2022". Asimismo, ha anunciado que, de llegar a Moncloa modificarán la ley de indultos para los delitos de rebelión y sedición y penalizarán los referendos ilegales.
Tras la intervención de Casado tomaban la palabra el portavoz del PNV y de EH-Bildu, Aitor Esteban y Mertxe Aizpurua, respectivamente, que son partidarios de los indultos, por lo que no han puesto a Sánchez en grandes dificultades. El primero se interesaba por el plan del gobierno para este y el próximo año, mientras que la segunda sobre si Sánchez desarrollará en lo que resta de Legislatura la agenda de izquierdas y progresista que prometió.
El debate parlamentario de control al Gobierno se ha celebrado hoy bajo el escenario del anunciado indulto a los presos del procés, cuyas condenas han sido comparadas por Pedro Sánchez como una suerte de "venganza" frente a la que hay que contraponer la "concordia". Con estos antecedentes era de esperar que la jornada de este miércoles girara en torno a una decisión controvertida que sólo incrementará el enfrentamiento político y que incluso dividen al independentismo.
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