Seis víctimas en siete días. Ese fue el negro balance que dejó la violencia machista la semana pasada. Para la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, Ángeles Carmona, esta escalada de crímenes puede ser consecuencia del fin del estado de alarma que el Gobierno decretó el pasado octubre para contener la pandemia. "Es posible que la vuelta a la normalidad sea percibida por los maltratadores como una pérdida del control que la crisis sanitaria les había permitido tener sobre las víctimas", sostiene en una entrevista con El Independiente.
Aunque considera que "es bueno revisar los protocolos" porque su objetivo se centra en "evitar la muerte de más mujeres", la vocal del CGPJ se muestra optimista con el cambio de perspectiva que ha experimentado la sociedad española. "El camino que emprendimos en España hace ya más de una década es irreversible y el sentimiento social frente a la violencia de género sigue siendo de total rechazo", defiende.
PREGUNTA.- Durante la pasada semana han asesinado a cinco mujeres y a un niño en crímenes machistas. Tras un año en el que se ha reducido la violencia machista un 8,4%, según datos recogidos por el INE en la Estadística de violencia doméstica y violencia de género, ¿a qué podría deberse esta escalada?
RESPUESTA.- Sería necesario realizar un estudio en profundidad sobre la sucesión de asesinatos que hemos padecido la pasada semana. Dicho esto, podemos afirmar -y así lo entienden los expertos- que el fin del estado de alarma y el fin de las restricciones provocadas por la crisis sanitaria pueden estar entre las causas de esta escalada violenta.
Es posible que la vuelta a la normalidad sea percibida por los maltratadores como una pérdida del control que la crisis sanitaria les había permitido tener sobre las víctimas. Del dominio absoluto sobre los movimientos de las víctimas se ha pasado a la situación anterior a la pandemia, un cambio que el maltratador puede percibir como contrario a sus objetivos y que, indudablemente, puede incrementar el riesgo para la vida tanto de las mujeres como de sus hijos e hijas.
P.- Señalaron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell, que se van a revisar los protocolos de actuación para proteger a las mujeres. ¿Cómo se pueden mejorar?
R.- Creo que es bueno revisar los protocolos, sobre todo teniendo en cuenta que su objetivo es evitar la muerte de más mujeres. Pero sería injusto no reconocer que la red de protección de las víctimas en España es cada vez más eficaz y que son muchas las vidas que se han salvado con los protocolos vigentes, en cuyo riguroso cumplimiento se empeñan día a día las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los miembros del Poder Judicial.
Nunca podremos hacer una estadística que nos permita saber el número de mujeres que no han sido asesinadas gracias al análisis del riesgo, a las medidas policiales acordadas, a las órdenes de protección, a la colocación de dispositivos electrónicos… La eficacia de estos últimos es elevada, por lo que sería muy deseable que se generalizase el uso de una herramienta en la que, una vez más, España no solo es pionera, sino que es imitada por otros países de nuestro entorno.
La sociedad tolera cada vez menos las conductas machistas"
P.- La ministra de Igualdad, Irene Montero, convocó la pasada semana de urgencia el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, y lamentó no haber llegado a tiempo para las seis mujeres asesinadas esta semana. ¿Existe una falta de concienciación en la sociedad respecto a la violencia machista?
R.- Aún queda trabajo por hacer, especialmente en el ámbito de la educación con nuestros niños y jóvenes. Pero no sería justo decir que falta concienciación en nuestra sociedad, pues en los últimos 15 años hemos avanzado mucho en la lucha contra esta lacra. Creo que la sociedad en general tolera cada vez menos las conductas machistas y tanto las administraciones públicas como los medios de comunicación, públicos y privados, están haciendo una importantísima labor no sólo para visibilizar y denunciar un problema que antes se silenciaba, sino también para concienciar, sensibilizar y educar. Ese es el camino que, por muchos que sean los avances que hemos conseguido, debemos seguir recorriendo. El objetivo que debemos marcarnos es que no haya ni un solo asesinato machista más.
P.- La violencia de género se encuentra entre los tres primeros problemas de la sociedad para el 0,3% de los españoles, según el último CIS. ¿Le resulta preocupante? ¿Por qué?
R.- Los ciudadanos, en general, son sensibles ante la violencia de género, pero es necesario que sigamos trabajando para concienciar a la sociedad de que estamos ante un problema que nos afecta a todos. La violencia de género es transversal, no entiende de edad o profesión, por lo que cualquier mujer -una compañera de trabajo, del gimnasio, una vecina o una pariente más o menos próxima- puede ser víctima. Y necesita el apoyo de su entorno, necesita ayuda. Además, debemos tomar conciencia como sociedad de que la denuncia es de vital importancia, pues es la única vía que permite poner en marcha las medidas de protección de las mujeres. Las estadísticas del Observatorio son muy reveladoras, ya que apenas el 2% del total de denuncias que llegan a las comisarías y los juzgados las ha presentado algún familiar de la víctima.
La violencia de género es transversal, no entiende de edad ni de profesión"
P.- Un total de 11 de las 14 mujeres asesinadas este año no habían presentado denuncias por maltrato. ¿Faltan herramientas para amparar a las mujeres agredidas?
R.- Creo que no. Disponemos de herramientas muy eficaces, pero de poco sirven si no detectamos a tiempo los casos de violencia de género, las situaciones de malos tratos. Retomo la idea anterior e insisto en que debemos seguir formando e informando a la sociedad. La víctima necesita el apoyo de su entorno; necesita comprensión y, también, que alguien de el paso de denunciar por ella.
Cargamos sobre la víctima toda la responsabilidad de denunciar y a veces ese paso es muy difícil o incluso imposible para ella porque tiene terror, tiene miedo al maltratador. Con todo, el 70% del total de denuncias que llegan a las comisarías y los juzgados las presentan las víctimas. Pero si nos centramos en los casos más graves, los de asesinato, ese porcentaje desciende de forma alarmante: de las 1.000 mujeres asesinadas entre 2003 y 2019 sólo el 26% había denunciado previamente al maltratador.
P.- ¿Considera que a lo largo de la semana pasada se dio una cobertura adecuada en prensa a los seis asesinatos que se produjeron?
R.- Creo que, en general, los medios de comunicación están haciendo una gran labor en relación con la violencia machista. El tratamiento dado a este tipo de noticias ha dado un giro de 180 grados en los últimos diez o quince años, dejando de tratar los delitos de violencia machista como meros sucesos y abandonando enfoques que inducían a pensar que la culpa de lo sucedido era de la víctima o que justificaban la agresión por una cuestión de celos. Junto a la denuncia, también es innegable la labor de concienciación y educación que realizan los medios. Y la de servicio social, cuando facilitan el teléfono 016 cada vez que informan sobre hechos de violencia machista. Las encuestas sobre violencia de género indican que más del 95 por ciento de las mujeres en España conocen el servicio del 016.
P.- ¿Se está volviendo a normalizar la violencia de género?
R.- No, rotundamente, no. El camino que emprendimos en España hace ya más de una década es irreversible y el sentimiento social frente a la violencia de género sigue siendo de total rechazo. Es importante que las instituciones sigamos trabajando en la protección de las víctimas y, al mismo tiempo, en la erradicación de las conductas machistas. Y es importante también que en el cumplimiento de este deber demos ejemplo a los ciudadanos, manteniendo la unidad y dejando al margen las diferencias ideológicas y las estrategias partidistas. La experiencia nos ha demostrado que los mayores avances llegan de la unidad y del esfuerzo compartido, como ocurrió en 2017 cuando se firmó el Pacto de Estado. Ese es el espíritu que debe mantenerse.
P.- ¿Están detectando desde el Observatorio si se están viendo más actitudes machistas cuando los medios de comunicación cubren actos públicos y políticos de colectivos concretos?
R.- Los discursos que niegan la existencia de la violencia de género confunden a los ciudadanos, pues ignoran las raíces de un fenómeno que es muy específico y que, como tal, requiere de una respuesta también específica. La violencia de género encuentra su origen en el machismo de la sociedad patriarcal, en la discriminación histórica de la mujer desde que el hombre es hombre y desde que la mujer es mujer. Y, por tanto, las circunstancias en las que se produce, las consecuencias que el maltrato tiene sobre la víctima y el perfil del maltratador son muy concretos y requieren ser abordados de forma adecuada y diferente a la de otro tipo de delincuencia. Es importante que los medios de comunicación afronten con espíritu crítico este tipo de discursos y que los contrasten con la ayuda de profesionales y especialistas en materia de violencia de género.
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