El documento político con el que Ione Belarra se presenta a su segura elección como nueva líder de Podemos, pretende marcar un antes y un después con respecto al periodo de Pablo Iglesias. A pesar de que en su futuro equipo están integrados, salvo muy pocas excepciones, todos los dirigentes de la "era Iglesias", entre ellos, y de dos, Irene Montero, señala en el documento que "nuestra fuerza política debe dejar atrás la fase protagonizada por el liderazgo y la personalidad de Pablo".
Le reconoce "éxitos indiscutibles", dice, "pero a partir de ahora, y precisamente para ser coherentes con su legado, es necesario construir un nuevo Podemos, con un protagonismo más colectivo, cuyo liderazgo sea asumido mayoritariamente por compañeras y que represente una España que es mucho más que Madrid".
Tras aludir a Yolanda Díaz en el Gobierno y en Unidas Podemos, cuyo protagonismo, hay que "cuidar, consolidar e impulsar con todas nuestras fuerzas" dedica el equipo de Bellarra un espacio amplio para hablar de futuras alianzas de izquierda, incluyendo la posibilidad de "confluir con otras fuerzas políticas con las que ya lo hicimos en el pasado", en una alusión implícita a formaciones como Compromís, que ahora va de la mano de Más País de ïñigo Errejón.
No aluden en el texto a su antiguo compañeros de filas, pero sí subyace la idea de ampliar la base de la izquierda para las próximas elecciones generales, concepto por el que también aboga Yolanda Díaz, que hoy por hoy mantiene silencio sobre su futura candidatura a la presidencia del Gobierno de Unidas Podemos.
La sustituta de Iglesias aboga por comenzar a trabajar en las elecciones generales
Cree la sustituta de Iglesias que el conjunto de la organización, "de la mano de las fuerzas políticas hermanas -esto es, Izquierda Unida, En Comú Podem y Galicia en Común- ) "debe comenzar a trabajar ya en dichas candidaturas, abriéndose siempre a la sociedad civil, e impulsando procesos participativos de elaboración programática que recojan las demandas de la mayoría de la ciudadanía".
Las próximas elecciones generales que, todo apunta, "se celebrarán en dos años aproximadamente, son el siguiente objetivo de nuestra formación política para convertirnos en la primera fuerza del bloque progresista", dicen en otro momento a pesar de la clara tendencia electoral a la baja de los morados.
Por ello, uno de sus principales retos organizativos es fortalecer el espacio confederal. "En este sentido -dice el documento político- es clave establecer espacios de coordinación confederal en todos los niveles territoriales de nuestro país que nos ayuden a fortalecer las confluencias"
La también ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, saca pecho con las medidas del Gobierno de coalición. "Nuestra organización no solo ha empujado a acabar con décadas de recortes, sino que ha alumbrado nuevos derechos y ha sido protagonista de los avances progresistas con iniciativas que sitúan a nuestro país a la vanguardia europea" y todo ello, a pesar de que Unidas Podemos es el socio minoritario.
Alertan de que Sánchez pretenda "disponer de la posibilidad de pactar a derecha e izquierda"
Sin embargo, la satisfacción no es plena. La capacidad que ha tenido Podemos "para impulsar cambios en la acción de Gobierno, y medidas económicas y sociales en favor de las mayorías sociales del país, es evidente y se ha podido notar, aunque lógicamente no hemos podido llegar tan lejos como hubiésemos deseado ni avanzar tanto como hubiera sido posible con un Gobierno en solitario", lamentan los morados, que recuerdan asuntos pendientes como al reforma laboral, la ley de vivienda o la reforma fiscal pendiente.
De hecho, llegan a alertar de que "es más que probable que, en diferentes momentos durante los próximos años, nuestros socios de Gobierno actuales pretendan disponer de la posibilidad de pactar a derecha e izquierda", como cuando Sánchez, recuerdan firmó un pacto de gobierno con el que fuera líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en 2016.
Por contra, se atribuyen la política de alianzas que hizo posible la llamada "mayoría de investidura", esto es, el pacto con formaciones como ERC y Bildu. Tras afirmar que "no ha sido fácil armar esta mayoría parlamentaria progresista", la califican como "uno de los mayores éxitos de nuestro primer secretario general, lo que explica los odios que desató entre ciertos sectores de las viejas élites".
La Casa Real, aunque "no ha dejado de hacer gestos y dejarse querer por la España más conservadora"
Estos acuerdos requirieron "muchas horas de trabajo y de escucha, de debates y negociaciones y hubo que vencer, sobre todo, las resistencias de quienes trabajaron en todo momento para que no fuéramos capaces de priorizar la agenda social y ponernos de acuerdo dando estabilidad al Gobierno y al país", denuncian en el documento político.
Por otro lado y en su apuesta por una España republicana, acusan de "ambigüedad" a la Casa Real, aunque "no ha dejado de hacer gestos y dejarse querer por la España más conservadora". Reprochan al Rey su discurso del 3 de octubre de 2017 contra el golpe a la Constitución de los independentistas catalanes, hablan de los "presuntos delitos de Juan Carlos" y del comportamiento "poco ejemplar de varios miembros de la Casa Real.
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