Cuando Iñaki García Calvo decidió presentarse en las listas al Ayuntamiento de Vitoria ETA hacía ya dos años que no mataba. Sabía que ir en listas del PP aún tendría algún riesgo pero "infinitamente menor" que el asumido por sus predecesores. Ellos miraron durante años los bajos del coche, cambiaron rutinas y fueron escoltados. "Yo fui el primero en poder hacer política sin escolta". Estuvo cinco años y medio en el Consistorio. Hace dos que no ocupa ningún cargo institucional, pese a sí hacerlo en la dirección del partido en Alava como secretario de comunicación.
El sábado pasado había quedado con sus amigos. Iban a tomar algo a la calle Cuchillería de Vitoria. Fue allí donde un grupo de jóvenes se les aceercó y tras preguntarle si era del PP le agredieron, arrojándole dos bebidas primero y con un golpe en la cara después. También sus amigos fueron agredidos al salir en su defensa. Ya hay una persona detenida por estos hechos.
En un primer momento optó por restarle importancia pero el paso de las horas le llevó a la conclusión de no hacerlo. Aquello era una muestra de intolerancia por el mero hecho de ser del PP, de pensar diferente y debía ser denunciado: "Cuando alguien te dice que no puedes estar en una calle por no pensar como él, algo no funciona".
Pregunta- Usted fue cinco años concejal en Vitoria. Hace dos que no ocupa ningún cargo institucional. Conoce la ciudad y la sociedad vitoriana. ¿Es algo que se esperaba, que creía que podría ocurrir?
Respuesta.- No, nunca. Esto no representa la realidad de la sociedad vasca ni de la vitoriana. He sido concejal y jamás había estado en una situación de intolerancia como esta. Hoy he sido yo pero podría haber sido cualquier otra persona que no piense como ellos. Hoy estamos en una situación social cualitativamente mejor. En 2013 yo fui el primer concejal de PP y PSE en Vitoria que entró sin haber tenido jamás escolta, el primero que pude hacer política sin ella. Cuando pasan hechos como los del sábado, cuando alguien te dice que no puedes estar en esa calle por no pensar como él, te preguntas si algo no funciona. Hay una parte de la sociedad que aún tiene un odio inoculado que impide decir que ésta es una tierra en libertad, que impide decir que todos podemos hacer política en libertad y en igualdad de condiciones.
P.- ¿Había tenido algún episodios similar, algún encontronazo?
R.- No, nunca. Alguna vez te llaman alguna cosa, pero poco más. Tengo las espaldas anchas. Llevo dos años fuera de la política activa. Estoy en el comité de dirección del partido en Álava, pero por amor al arte. Actualmente me dedico a mis cosas profesionales. Por eso es un doble disgusto. Pero uno sabe donde se mete y sabe que puede pasar, pero no te lo esperas en este momento. Se ve que no hemos superado todo. Antes mataban, ahora no.
P.- Episodios como éste afectan a quien los sufre pero también a su entorno más cercano. ¿Qué le ha dicho su familia?
R.- Yo vivo solo. Mis padres… imagínate. A todo el mundo le digo que fui yo el que eligió meterse en política, no mis padres. Son cosas que han pasado y hay que contarlas, denunciarlo. No busco que la gente que me lea en ‘El Independiente’ empatice con mi forma de pensar. Yo tengo mi ideología y cada uno tiene su forma de pensar, pero sí que digan, voten a quien voten, que esto no puede ser. No se puede tolerar que uno pueda pensar como considere.
P.- ¿Por qué se metió en política? Usted es joven, fue concejal con 25 años, cuando ETA llevaba años ya sin matar pero cuando ser del PP en Euskadi no era la opción más cómoda.
Bildu "no avanza"
R.- Me metí en política por Vitoria, soy muy vitoriano. Me encanta mi ciudad, me gusta la política municipal, es la que mejor define la esencia de la política. El PP es el que mejor se ajusta a mis ideas y el que más ha defendido la libertad en Euskadi. Por eso dí el paso. Que me digan ahora por qué calles puedo estar o no en mi propia ciudad,… hasta ahí podíamos llegar.
P.- ¿Le retraía de algún modo, pese a que el terrorismo ya no matara, afiliarse al PP?
R.- No fue un escollo. Cuando haces balance ves que tus compañeros lo pasaron infinítamente peor de lo que yo lo podría pasar. Ellos miraban debajo del coche, tenían que cambiar rutinas, dejar de salir por algunas zonas, etc. Yo no he tenido que hacer nada de eso. Si ahora me preguntan si volvería a tomar cervezas en la calle Cuchillería diría que sí, que claro. Tengo que volver. No puedo permitir que la calle sea suya, de ninguna manera.
P.- ¿Se ha puesto en contacto con usted alguien de la izquierda abertzale para solidarizarse?
R.- Sí, me han escrito mensajes.
P.- Entiende que haya sectores de la izquierda abertzale que le escriban de modo particular pero en el Ayuntamiento de Vitoria EH Bildu no suscriba una declaración de condena?
R.- La izquierda abertzale tiene un problema, un problema de fondo que debe solucionar. Cuando dicen que son otros partidos los que no avanzamos en la convivencia la respuesta es clara; el único que no avanza es la izquierda abertzale. Nosotros llevamos mucho tiempo recorriendo el camino de la democracia. La palabra condena existía antes de que existiera Bildu y antes de que existiera cualquier partido. Dicen que no es una cuestión de palabras pero sí lo es, la palabra condena tiene una carga social, moral, de reproche simbólica muy importante. Son ellos los que deben sumarse a este recorrido democrático en el que les llevamos unos cuantos kilómetros de ventaja.
P.- El portavoz de Bildu “rechazó”, que no condenó, el ataque. Lo hizo en redes sociales…
R.- Sí, escribió un mensaje en el que hablaba de ‘solidaridad con los afectados’. ¿Afectados? ¿Afectados de qué? En lo político no esperaba nada, pero en lo humano y lo personal quizá sí. Yo con este portavoz he compartido cuatro años escaño y plenos y por eso esperaba algo más en lo personal, pero no ha sido así.
De Bildu a Vox
P.- ¿Es posible hacer amigos de EH Bildu siendo del PP?
R.- Sí, tengo amigo de todas las ideologías. No tengo complejo en defender y confrontar ideas con personas de otras ideologías. Vivo en Euskadi, conozco la realidad, sé lo que hay. Me da igual que uno sea rojo, amarillo, verde, independentista o no. Por encima de todo somos personas. Tengo amigos desde Vox a EH Bildu.
P.- ¿Qué sentimiento describe lo que siente tras la agresión del sábado?
R.- Diría que el sentimiento ha ido in crescendo. El sábado intenté quitarle hierro, incluso banalizar. Pero con el paso de las horas te dices, no, no se le puede quitar hierro, eso es normalizarlo y eso no puede ser. No se puede ver como normal no poder estar en una calle o pensar lo que quieras. Es un claro delito de odio, de ataque a la libertad de expresión. Yo me metí en política precisamente para eso, para que todo el mundo pudiera expresarse libremente. Las personas están por encima de las ideologías.
P.- ¿Ha habido alguna llamada que le haya sorprendido gratamente?
R.- Agradeces todas pero especialmente la de gente que te dice que pese a no pensar como tú se solidariza contigo. Es la vía para deslegitimar a estos cafres, que son muy jóvenes, que no han vivido los peores años del terrorismo. También agradezco especialmente a la Ertzaintza por su trabajo impecable, es justo reconocerlo.
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