El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali, ha declarado como investigado este martes ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz.
El instructor de la Audiencia Nacional citó Ghali tras conocer su estancia médica en España que ha provocado una grave crisis diplomática con Marruecos por la existencia de dos querellas contra él por presuntos delitos de genocidio, lesa humanidad y torturas en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia).
Tras escucharle, el juez decidirá si acuerda alguna medida cautelar contra él o le deja en libertad, lo que permitiría que vuelva a Argel. Mientras ASADEDH y la representación legal de Breica han solicitado la entrega de pasaporte y prisión, respectivamente, para el líder polisario, la Fiscalía no ha pedido al juez que acuerde ninguna medida cautelar contra él. La defensa de Ghali, que ejerce el abogado Manuel Ollé, ha pedido el archivo de las actuaciones. "Nunca debió admitirse esta querella", ha afirmado a la salida de la declaración el letrado.
"Motivo absolutamente político"
"Soy absolutamente optimista, porque no cabe otra posibilidad que no se decreten, a la vista de lo practicado, medidas cautelares", expresó Ollé. El abogado trasladó que Ghali consideró durante su comparecencia que las querellas interpuestas contra él responden a motivos políticos. Preguntado por si cree que Marruecos está detrás de éstas, Ollé se manifestó con reservas por su condición de abogado pero dejó la sospecha en el aire.
"Pediremos inmediatamente el sobreseimiento provisional de la causa y, desde luego, por la mala fe con la que se ha utilizado el Derecho Penal para lo que nunca se debe utilizar, que es con fines políticos", dijo el letrado. Según explicó, Ghali defendió durante su comparecencia que las querellas se interpusieron contra él con el objetivo de "minar una vez más la dignidad y la credibilidad del pueblo saharaui y de su lucha en el camino a la autodeterminación".
Su abogado consideró que "la comparecencia ha ido muy bien, el presidente Ghali ha hecho esfuerzo tremendo con el estado de salud en el que se encontraba. Ha manifestado su absoluto compromiso en la lucha por la justicia y en la lucha por la libertad, y por eso ha comparecido voluntariamente ante los juzgados españoles. Se ha demostrado a lo largo de su declaración que es absoluta y rotundamente falsos los hechos que han sido objeto de acusación". "El presidente Ghali ha explicado que en su participación como ministro de Defensa en aquella época no tuvo ningún tipo de responsabilidad, ni de acción ni de conducta por la que se le imputaba por parte de las acusaciones. Pero es más, las propias acusaciones en la prueba testifical que presentaron en su día y que hoy hemos sacado a colación desmienten que el presidente Ghali cometiese tortura, desapariciones o cualquier tipo de conducta ilícita contra ningún ciudadano saharaui", trasladó el abogado.
No creo que ningún Juzgado, y mucho menos este, de rienda suelta a una instrucción en la que considera que no hay indicios
En cambio, la abogada de la acusación particular de Breica, María José Malagón, ha considerado que sí existen indicios de torturas cometidas por Ghali como mando del Frente Polisario en los campamentos de Tinduf, como se relata en su querella. En la de ASADEDH, la acusación por presuntos delitos de lesa humanidad se extiende, además de contra Ghali, a otros 28 mandos del Ejército del Frente Polisario por delitos de lesa humanidad desde finales de los años 70 contra refugiados saharauis. "Si él está aquí y está por nuestra querella, será por algo. No creo que ningún Juzgado, y mucho menos este, de rienda suelta a una instrucción en la que considera que no hay indicios", manifestó Malagón también a la salida de la declaración.
Explicó que Ghali compareció en todo momento con la mascarilla puesta, "aunque no hay dudas de que era él", afirmó, y que sólo contestó a un breve interrogatorio del fiscal y su defensa, no a las preguntas de las acusaciones.
"No vino escondido"
La entrada en España de Ghali y la posterior hospitalización en Logroño con un nombre ficticio ha provocado una fuerte disputa entre el Gobierno de Marruecos y el de España. El Gobierno de Othmani considera un desafío español la acogida por "razones humanitarias", como argumentó la ministra de Exteriores española Arantza González Laya, de Ghali. El país vecino entiende su acogida como un apoyo a los separatistas saharauis y los compara con los separatistas catalanes y su desafío al Gobierno español.
Este martes, el abogado de Ghali ha defendido que "él no vino escondido, entró con su pasaporte y entró en un estado más cercano de la muerte que de la vida".
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