Incredulidad, descoordinación y medias verdades. El Gobierno no terminó de encajar la explicación de por qué un avión del estado argelino, no comercial, sobrevolaba el martes el espacio aéreo español para recoger al líder de Polisario, Brahim Ghali, ingresado en un hospital de Logroño, incluso sin haber acabado de declarar ante la Audiencia Nacional. Todo un sainete que el Ejecutivo intentó explicar con una difusa justificación de que el aeropuerto de la capital riojana no estaba preparado para dicho aterrizaje y mucho menos sin activar medidas como la presencia de dotaciones de bomberos.
Un controlador aéreo militar localizó la aeronave argelina y dio orden a aviación civil "para que no entrara en España por carecer de los permisos necesarios", según narran a El Independiente. Lo cierto es tenía permiso de Exteriores, pero no le comunicó nada a Defensa, que ordenó su regreso cuando tuvo noticia del vuelo a través del aeropuerto de Logroño, informan fuentes de toda solvencia. A partir de ahí se desató una pequeña tormenta interna en el Gobierno para intentar justificar una situación harto anómala en mitad, además, de la nueva crisis abierta por el país aluita tomando como pretexto, precisamente, la presencia de Ghali en nuestro territorio.
Salida del país con nocturnidad
Si las formas en que llegó a España fueron un despropósito, también lo ha sido la manera de salir del país, con nocturnidad, de madrugada, tras el envío de un segundo avión, civil, llegado de Francia y con los permisos pertinentes y el conocimiento, esta vez sí, de los ministerios concernidos. Deprisa y corriendo, dando pie a Marruecos para hinchar una crisis que se le ha vuelto en contra. Nadie en el Gobierno de Pedro Sánchez quería asumir la responsabilidad de lo acontecido, generando "un cúmulo de líos entre departamentos", según los mismos medios.
Desde la portavoz gubernamental, María Jesús Montero, que negó tener constancia del asunto cuando se le preguntó al respecto en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros; a las explicaciones de Fomento, -cuyo ministro, José Luis Ábalos, fue, al menos el único en dar la cara el martes- pasando por Arantxa González Laya, de Exteriores, y Margarita Robles, de Defensa, no hubo ninguna explicación convincente de cómo pudo venir una aeronave propiedad del gobierno de Argelia con destino a Logroño para recoger a Ghali y cómo lo pudo hacer sin que los distintos departamentos ministeriales estuvieran coordinados.
Ábalos asegura que Argelia había notificado el plan de vuelo
Por su parte, Aena remitió a Enaire, que es el gestor del espacio aéreo en España, y éstos a Defensa. Pero lo único que trascendieron en un principio fueron las explicaciones que ofreció Ábalos, quien aseguró que el avión argelino sí había notificado su plan de vuelo, pero que fueron problemas técnicos en la capital riojana los que justificaron que se le obligara a regresar a su país.
En una entrevista el martes en La noche en 24 horas, Ábalos explicó que la aeronave "sí había notificado su plan de vuelo a Exteriores, que se coordina a su vez con Defensa y esto se dirige a eurocontrol". Sin embargo, Logroño, además de "tener en ese momento problemas de visibilidad, carecía de los dispositivos necesarios para acoger a un avión de estas características", por ejemplo, un retén de "bomberos", dijo el ministro.
Sin embargo, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ofreció este miércoles una versión distinta. No habló de problemas técnicos, ni de visibilidad, ni de bomberos. Simplemente que si se hizo volver al avión argelino fue porque a la misma hora Ghali estaba "compareciendo ante la Justicia española" y el "Gobierno tampoco tiene que saber si tiene o no el alta médica y cuando terminan sus relaciones con la Justicia".
Es decir, "no había lugar a que hubiera un avión esperando a alguien salvo en el momento" que este terminase su comparecencia en la Audiencia Nacional. "Hasta que no ha ocurrido, considerábamos que no tenía que haber nada porque no podemos impedir a alguien que entra en nuestro país que salga", dijo.
Laya suspende una comparecencia pública
¿Y cuál es la versión de la ministra más concernida por este último conflicto, González Laya? Pues nada se sabe, porque ayer suspendió una comparecencia pública que tenía previsto realizar por la tarde tras recibir a su homóloga belga, Sophie Wilmès.
Por su parte, el presidente de la República de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, agradeció a las autoridades españolas recibir a Ghali para recibir tratamiento contra el coronavirus. Sin embargo, su salida de España no permite aventurar una rápida resolución al enésimo conflicto diplomático con Marruecos.
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