Tres pancartas, dos en cartulina azul clara, y un megáfono. Fue todo lo que necesitaron cuatro jóvenes para poner en jaque el discurso que realizaba el pasado domingo Pablo Casado antes de enfilar el camino hacia la plaza de Colón. “¡Casado, nos has abandonado!”, gritó uno de los integrantes interrumpiendo al presidente del PP a las puertas de su sede nacional. Un desafío que esta peculiar cuadrilla de “saboteadores” está dispuesta a repetir, convertidos -dicen- en una suerte de voz de la conciencia de la derecha.
“Queríamos denunciar la jeta y el morro de Casado pues en ocasiones, cuando le conviene, se junta con el PSOE o con quien sea para repartirse el poder y luego otras veces, según le viene, va cambiando de postura”, comenta a El Independiente uno de los veinteañeros que forman parte de esta brigada que se estrenó el domingo coincidiendo con la manifestación en contra de los indultos convocada por la plataforma Unión 78.
El primer escrache
Su primera acción acabó a derechazos. La mayoría del público congregado en Génova 13 recurrió a los aplausos y a un sonoro “Presidente, presidente” para desterrar las proclamas de los disidentes y hacerlas enmudecer en mitad del ruido. Algunos de los presentes, en cambio, se encararon con el grupo de alborotadores y estallaron empujones e insultos. “Me sorprendió la agresividad. Era gente muy fan que acepta todo lo que hace el PP”, se queja este joven, que rehúsa proporcionar su identidad.
A los lemas vociferados a través del altavoz le acompañaban unos rótulos que dejaban poco lugar a los equívocos. “El PP dejó que se fugara Puigdemont” o “Casado, ¿por qué no apoyaste la moción?”, en alusión a la presentada por el presidente de Vox, Santiago Abascal, el pasado octubre y no secundada por los populares. Frente a su cuartel, del que los populares han prometido mudarse pronto, la cuadrilla sacó a relucir las que -consideran- las incongruencias de las que Abascal bautizó como “la derechita cobarde”. En una de las discusiones que se originan tras la acción, uno de los miembros del grupo clama “¡sois iguales!” mientras los adversarios les acusan de quebrar la unidad.
Reproches al PP y su gestión del 'procés'
“Cuando gobernó Mariano Rajoy, tuvo en su mano la capacidad constitucional del artículo 155 de solucionar el problema catalán antes de que se fugaran parte de los golpistas y otros fueran detenidos. Fue en ese momento cuando más o menos se veía que estaba forzado a hacerlo pero no lo hizo bien ni tuvo intención de hacerlo bien”, arguye el veinteañero. “Por eso queríamos dejar claro y decirle: Casado, no has ayudado en la moción de censura contra Sánchez; no has hecho un montón de cosas que podías haber hecho como segundo partido nacional que eres, así que ahora no vengas a intentar decir que sois los más constitucionalistas”.
Lo de las pancartas lo habíamos preparado pero llegar hasta la puerta del PP fue improvisado. Cogimos las pancartas más fuertes y directas y nos fuimos a Génova
La avanzadilla que se apostó frente a Génova, esperando la salida de su líder, estaba acompañada por otra decena de miembros que optó por desplegarse por Colón. “Lo de las pancartas lo habíamos preparado pero ir a Génova y llegar hasta la puerta del PP fue lo más improvisado. Entonces cogimos las pancartas más fuertes y directas y nos fuimos a Génova. Otros se quedaron en Colón”, reconocen. Componen la cuadrilla unas quince personas, en su mayoría, estudiantes universitarios que se organizan por las redes sociales. “Son amigos de amigos, de distintas zonas de Madrid”, precisan.
Sus miembros se declaran ex votantes del PP que en los últimos años han evolucionado hacia posturas más cercanas a Vox. “Yo no soy ni afiliado ni militante de Vox. Voy por libre. No estoy completamente de acuerdo con Vox en algunos aspectos pero estoy más cerca de ellos que del PP. En realidad, cada uno tiene sus motivos. Algunos están en contra de la ley de violencia de género y otros a favor de la caza o los toros o son más religiosos”, arguye el joven. En el seno de la camarilla, también existen grados de experiencia. “No considero que sea un escrache como tal pero sí que era una situación a la que no estaba acostumbrado. El chico del megáfono se le veía con más firmeza”, admite.
La estrepitosa irrupción del clan y su osadía de plantarse en Génova no solo muestra la tensión que domina la relación entre los partidos que comparten la derecha sino la brecha generacional que separa a sus votantes. “Lo que esencialmente diferencia a los de Vox de otros votantes de derechas es justamente su menor edad y su mayor proporción de varones”, destaca Millán Arroyo, profesor de sociología de la Universidad Complutense de Madrid en un ensayo reciente.
La formación concentra su apoyo “entre individuos nacidos con posterioridad a 1975, pero es especialmente intenso entre los nacidos después de 1990; cohortes generacionales que no se socializaron en el ambiente de consenso y moderación política de la Transición”, explica el citado estudio, que destaca que las nuevas generaciones que se han aproximado al nuevo partido han crecido en una atmósfera caracterizada por “la desafección y la crispación”.
“Se aproximan mucho al patrón esperado en las bases de apoyo a un partido de derecha radical, aunque con algunas especificidades”, indica. “Les diferencia principalmente su mayor radicalización conservadora, mayor autoritarismo y mayor preocupación ante la inmigración; mayor percepción en definitiva de que las cosas van mal”. Entre las derivas que ven en el horizonte, les inquieta el asunto catalán y el modelo territorial.
Nuestro foco de atención es Casado como líder de la dirección del PP. Repetiremos
Los participantes en la protesta frente a la sede popular encajan en el perfil. “Nuestro foco de atención es Casado como líder de la dirección del PP. Si os distéis cuenta, cuando hablaron José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso no hicimos nada. En las elecciones a la comunidad de Madrid, Casado intentó colgarse la medalla pero quien ganó fue Ayuso. Esperamos a que Casado hablara”, detallan. “Entiendo que ni Ayuso ni Almeida se juntaría con ciertas personas ni llegaría a ciertos pactos”.
Escoltados por la Policía nacional
La acción terminó como el rosario de la aurora. “Partieron el megáfono. Algunos jóvenes nos siguieron al grito de 'Viva Casado' y 'Casado, presidente'. Entre la gente, había quien nos abucheaba y quien nos aplaudía”, indica uno de los protagonistas del incidente. “A unos 200 metros de Colón, la policía nos empezó a escoltar. Ni siquiera los agentes entendían por qué había gente tan intolerante”, recuerda. “No estábamos agrediendo a la gente. Solo eran cinco minutos. Entiendo que te puedan decir 'vete a la mierda' (sic) pero no ir a por ti”.
Seguramente mis padres no compartirían lo que hice. En su día votaron al PP pero ahora no
El desenlace y los instantes de tensión que vivieron el domingo no les han empujado, de momento, a desistir. “Depende de cómo se mueva el tema político pero no descartamos una nueva acción. El foco de atención sería Casado”, declara quien reconoce que no ha compartido con su familia su participación en el episodio. “Seguramente mis padres no compartirían lo que hice. En su día votaron al PP pero ahora no. Se inclinarían más por hacer lo que hace todo el mundo, ir con tu bandera y con tranquilidad”.
El leitmotiv, insisten, es “agitar a quienes callan o a quienes no se han parado a pensar un poco”. “Creo que sería algo que debería nacer del propio seno del PP, como ahora está sucediendo en el PSOE. Están tomando decisiones tan polémicas que hay gente que critica a Sánchez o que se marcha del partido”, aduce. “No deberíamos ser nosotros los que llamáramos la atención sino los propios militantes del PP que defienden la igualdad de los españoles y la unidad de la nación”, concluye.
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