El extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, declaró en diciembre de 2020 ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que el primer período en el que estuvo en la cárcel de manera preventiva como investigado en el caso Gürtel le fueron robadas dos grabaciones que él mismo hizo años atrás y que implicaban al expresidente del Partido Popular Mariano Rajoy y al exsecretario general del Partido Popular Javier Arenas en la financiación irregular de la formación.
Durante ese primer período en el que Bárcenas estuvo en prisión, entre 2013 y 2015, se desplegó desde el Ministerio del Interior el operativo Kitchen, en el que miembros de la cúpula policial habrían tratado de recuperar información en manos del extesorero que podía perjudicar a altos cargos del PP, según se investiga en el Juzgado Central de Instrucción número 6. Para ello, pagaron con dinero de los fondos reservados 2.000 euros mensuales al chófer de la familia Bárcenas, Sergio Ríos Esgueva, ahora investigado igual que la cúpula policial del momento en la pieza Kitchen de la Audiencia Nacional.
En diciembre del año pasado, el extesorero popular declaró como perjudicado de dicho "operativo parapolicial" ante el juez García-Castellón desde la prisión de Soto del Real, donde se encuentra cumpliendo condena por la sentencia firme de Gürtel Época I. En esa declaración, a la que ha tenido acceso El Independiente, Bárcenas aseguró que tenía dos copias de dos grabaciones que probarían que Rajoy y Arenas tenían conocimiento de la financiación irregular de la formación a través de donaciones de empresarios. La denominada 'caja B' que él reflejó en los papeles donde recogió la contabilidad paralela del partido.
Encargó destruirla por un acercamiento con el PP
Una de las copias, según afirmó, encargó destruirla a un compañero colombiano de prisión con conocimientos informáticos porque la tenía "en la nube". El motivo fue que desde el Partido Popular se le aproximaron para ofrecerle 500.000 euros a cambio de que callara y un mejor trato en prisión.
"Aquí pasamos de las amenazas del abogado del PP, de Javier Iglesias, que si va a ir tu mujer a la cárcel... a un periodo de negociación en el que estamos dispuestos a darte 500.000 euros en negro a cambio de que estés tranquilo y se suavizarán tus condiciones en la prisión, que para mí fueron lamentables. Fue un verdadero calvario aquí dentro. Lo contrario de lo que me está sucediendo en estos momentos en los que vivo en un casi edén comparado con lo otro. Fue un suplicio y entiendo que las instrucciones del ministro de Interior o del secretario de Estado o de quien fuese en cuanto al tratamiento que tuve fue denigrante en lo personal", afirmó Bárcenas durante su declaración ante el juez.
El extesorero del PP explicó que "di una nota a este interno en la que digo que destruya esa documentación". Una nota que le fue requisada en abril en la prisión por los agentes de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía que también le interrogaron, según ha adelantado Eldiario.es, y que consta en el sumario de la pieza relativa a los encargos que la cúpula policial hizo a su chófer Sergio Ríos y a la que el juez acaba de levantar el secreto.
"Como gesto de buena voluntad, yo le doy una nota a este interno en la que le digo que destruya esa documentación. Pasa una situación rocambolesca porque cuando sale de prisión le detienen y le devuelven al centro penitenciario. Yo consigo una ventaja penitenciaria: si tenía derecho a dos permisos de vis a vis con mi mujer, me permitieron dos más, esto ocurrió en febrero o marzo de 2014. En un momento determinado, la persona que fue mi contacto para ese tema me dice que ya se ha acabado este tema, que no se puede seguir con los vis a vis y que se había acabado el pacto de no hacernos daño". Esa persona de contacto entre Bárcenas y el PP, según declaró él mismo ante el juez, fue su amigo, el empresario madrileño Javier Sánchez Lázaro.
Cuando salió de la cárcel, la copia no estaba
Además de la copia de las dos grabaciones incriminatorias para Rajoy en la "nube" que el extesorero habría pedido destruir, tenía guardada otra en el estudio de restauración de su mujer en la céntrica calle General Díaz Porlier de Madrid.
Cuando salió de prisión preventiva en enero de 2015, descubrió que esa copia no estaba. Precisamente el juez y los fiscales Anticorrupción ya habían puesto el foco en que la Policía podía conservar una copia de dichas grabaciones. El comisario Enrique García Castaño, exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía investigado en la causa ya confesó que él mismo entró en el estudio de restauración de Rosalía Iglesias disfrazado de cura. Sin embargo, como otros policías investigados, sostiene que era para requisar información de cuentas en el extranjero de Bárcenas para contribuir a la investigación, no para ocultar los datos al juez Pablo Ruz que comenzó a investigar la financiación irregular del PP.
"En el mes de enero de 2015, cuando ya me centro en mi nueva situación de carácter personal, es cuando voy al estudio de mi mujer y compruebo que no está toda la documentación que tenía que estar y que desde luego los pendrive no estaban. Sí estaba una pequeña grabadora con tres cintas que no tenían nada relevante y que no se correspondía con nada de esto", relató Bárcenas.
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