Tras las primarias en Andalucía para la candidatura a la presidencia de la Junta entre Juan Espadas y Susana Díaz, Ferraz no quiere seguir gestionando más consultas internas a la militancia que contribuyan a la división de sus territorios, o no, al menos, de esa magnitud. Nunca se podrá impedir que un "espontáneo" sin ninguna posibilidad real de salir elegido se presente, pero una cosa es esa y otra que haya choques de trenes en los congresos regionales.
La consigna es que se alcancen "propuestas de unidad y de integración" o sacar a uno de los contendientes de la carrera. Esa fue la intención de la secretaría de Organización del PSOE, cuyo responsable, José Luis Ábalos, visitó a Díaz en Sevilla para ofrecerle "el oro y el moro", tal y como ella misma describió de forma muy gráfica, con tal de que se retirara de la carrera de las primarias y asumiera el fin de su ciclo político en Andalucía.
Díaz no era, ni mucho menos, una adversaria menor y si bien las cosas fueron a favor de Juan Espadas y por mucha diferencia, hubo momentos en que Ferraz y Moncloa no las tuvieron todas consigo. Falta, en todo caso, que la andaluza dimita como líder del partido en la región antes de la celebración del congreso, al que ya ha anunciado que no se va a presentar. Se le está presionando en este sentido desde el partido en Andalucía, a pesar de que, inicialmente, sus cálculos eran resistir por si Espadas se estrellaba en un hipotético adelanto electoral que el popular Juan Manuel Moreno no contempla,
"En la mayoría de los territorios no va a haber primarias", señalan fuentes socialistas a El Independiente y eso no es contradictorio con el deseo de Pedro Sánchez renovar algunos territorios de arriba a abajo a la búsqueda de nuevos liderazgos evitando luchas orgánicas y facilitando cierre de filas.
Madrid y Galicia, en el punto de mira
Precisamente Madrid es una de las regiones donde los socialistas creen que hay más trabajo por hacer. La debacle electoral del 4-M provocó la marcha del secretario general del PSM, José Manuel Franco, y del candidato electoral, Ángel Gabilondo. Ahora hay una gestora provisional en manos de la diputada nacional Isaura Leal, de la máxima confianza de Sánchez, encargada de llevar el partido hacia el congreso de finales de año. Todos los ojos apuntan al ex alcalde de Soto del Real, Juan Lobato, como futuro líder del socialismo madrileño.
Se dejan caer otros nombres como el Hana Jalloul, actual portavoz socialista en la Asamblea, y hasta el de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que hubiera sido vicepresidenta económica en caso de haber triunfado Gabilondo, pero ambas carecen de experiencia en la vida orgánica del partido y se va a necesitar mucho pico y pala para devolver el optimismo a una formación que lleva acumuladas demasiadas frustraciones. Aún así, la propia Maroto no descartó esta posibilidad en una entrevista reciente en "La hora de la 1", pero Ferraz ha dejado claro que no quiere choque de trenes en Madrid.
Los presidentes autonómicos está blindados por los estatutos
Galicia es otra región que Ferraz quiere intervenir tras los sucesivos fracasos electorales. Su actual líder, Gonzalo Caballero, parece tener los días contados y se le buscará una salida con tal de que no vaya a unas primarias a medirse con quien designe la dirección federal.
Aragón también es objeto de deseo por parte de Sánchez, en muy buena medida por sus enfrentamientos con el presidente autonómico, Javier Lambán, cuyo poder depende de un difícil juego de equilibrios internos. Ya intentaron en 2017 moverle la silla con Pilar Alegría, pero aquella jugada no fructificó. Si por el inquilino de la Moncloa fuera, abriría en canal el partido en Castilla-La Mancha, pero no hay modo de justificar una intervención ante un barón regional, Emiliano García-Page, que no sólo gobierna con mayoría absoluta sino que ostenta más poder territorial en ayuntamientos y diputaciones del que tuvo nunca José Bono.
Al extremeño Guillermo Fernández-Vara también le salva su mayoría absoluta y sus buenas perspectivas de futuro, amén de un posicionamiento más contemporizador que el del castellano-manchego, por ejemplo, con el tema de los indultos a los presos del proceso independentista. Además, a todos los presidentes autonómicos les blinda un sistema que dificulta las primarias en caso de estar gobernando y que no fue, por tanto, de aplicación a Susana Díaz.
El artículo 226 del reglamento que desarrolla los estatutos federales del PSOE establece las excepciones a la celebración de primarias para las candidaturas a la presidencia del gobierno, ejecutivos autonómicos y ayuntamientos en caso de que "estén gobernadas por el PSOE", de modo que "quien ejerza la Presidencia o Alcaldía sea socialista y opte a la reelección" solo se le someterá a primarias cuando lo "acuerde el respectivo comité autonómico o así lo soliciten la mayoría de sus miembros o más del 40% de la militancia y la afiliación directa del ámbito territorial correspondiente".
Proximidad de las elecciones locales y autonómicas
Otro motivo por el que Sánchez no desea primarias territoriales es por la proximidad de las elecciones locales y autonómicas de mayo de 2023. Aunque pueda parecer que existe un plazo muy largo de tiempo para afrontar esos comicios Ferraz desea que todas las organizaciones se pongan a punto, sin gastar tiempo ni esfuerzos en divisiones internas.
Una vez culminen todos los congresos regionales, a finales de año, arrancará una larga precampaña, otra, que se imbricará con la de las generales. 2022 se antoja un año crucial para los planes a corto y medio plazo de Sánchez, entre ellos, repetir de presidente del Gobierno.
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