Toni Cantó se montó en un AVE rumbo a Madrid desde Valencia en la mañana del pasado 15 de marzo para asistir a la que sería su última reunión como miembro en activo de Ciudadanos. Desde entonces, su trayectoria política ha estado marcada por críticas, sobresaltos y obstáculos. Incluso fue el protagonista de una sentencia judicial que le impidió concurrir en las listas de Isabel Díaz Ayuso, junto a la que el dirigente valenciano quería desarrollar su siguiente etapa política. Cantó embarcó en el PP sin el carné azul, pero con una promesa bajo el brazo: ocupar un puesto relevante en el nuevo Gabinete que diseñase la baronesa madrileña para una legislatura exprés. El varapalo del Constitucional, que expulsó al actor de las listas del PP por no cumplir con los requisitos de empadronamiento, sólo dejó abierta la puerta de la "gestión" y cerró las del "discurso político" que podía haber desempeñado como portavoz adjunto en el Senado o en la Asamblea.
Pero Isabel Díaz Ayuso tenía unos planes diferentes a los de Génova. La dirección nacional del PP ya chocó con Sol por el fichaje del ex diputado de Ciudadanos y el precipitado anuncio del mismo, que no contó con el beneplácito de la máxima mandataria madrileña. Ayuso quería dar prioridad al equipo que la había acompañado en la gestión a lo largo de la pandemia pero, finalmente, cedió ante el planteamiento de la cúpula nacional y le concedió un generoso quinto puesto en las listas, por delante de algunos de sus consejeros y hombres de confianza en el ejecutivo madrileño. Aunque se aparentó "tranquilidad", el fallo de la Justicia contra Cantó afectó a los planes sobre el posible encaje del dirigente valenciano, habida cuenta de que sería difícil convencer a Díaz Ayuso para ubicarle al frente de una consejería, presumiblemente la de Cultura, entre otras cosas porque todas las papeletas estaban ya sobre el tejado de Marta Rivera de la Cruz.
El 4-M llegó, y Ayuso arrasó. Difícilmente se podía cuestionar nada a la recién elegida presidenta madrileña con un resultado de 65 escaños, a cuatro de lograr la mayoría absoluta. Ella, junto a su equipo de confianza, diseñó el equipo que la acompañaría los dos próximos años, sin injerencias ni internas ni externas. El proceso se desarrolló con tanto secretismo que ni los propios consejeros sabían si seguirían desempeñando las mismas funciones en la Puerta del Sol, según trasladaron algunos de ellos. El viernes, despejó la incógnita: ratificó a Rivera de la Cruz para Cultura, 'fichó' a Carlos Izquierdo y a Concepción Dancausa... y dejó fuera a Toni Cantó.
El valenciano, que pasó casi tres meses seguidos en Madrid flanqueando a Isabel Díaz Ayuso en prácticamente todos los actos de campaña del partido, desapareció tras las elecciones. No estuvo en ninguna de las sesiones de investidura. Tampoco apareció en la toma de posesión del sábado, a la que sí asistió una amplia representación del PP, incluido el presidente y los barones. Su futuro sigue siendo una incógnita, pero algunas fuentes gubernamentales madrileñas especulan con la decisión, que a esta hora no pasa de la categoría de "rumor", de que se le ceda un "puesto relevante" en la Consejería de Cultura, junto a Marta Rivera de la Cruz.
Procede en este punto recordar que Rivera y Cantó fueron compañeros de filas hasta hace relativamente poco -compartían carné naranja- y que mantienen una buena relación. Ambos estuvieron presentes en una comida privada junto a Isabel Díaz Ayuso en el mes de diciembre, cuando ni siquiera se barruntaba la posibilidad de un adelanto electoral en la Comunidad de Madrid. Tanto Cantó como el equipo de la presidenta aseguraron que fue un encuentro casual, aunque algunas voces apuntaron que la cita sirvió para tender puentes de cara a una hipotética colaboración futura entre Ayuso y los ex dirigentes de Ciudadanos.
Por eso no extraña en Sol la posibilidad de que la presidenta madrileña haya ofrecido a Cantó el puesto de viceconsejero de Cultura y Turismo, que actualmente ostenta Daniel Martínez Rodríguez; o, en su defecto, alguna de las direcciones generales del mismo departamento. Antes de las elecciones, la propia presidenta madrileña deslizó en una entrevista para Vozpópuli que "para ser consejero, viceconsejero o director no hace falta" estar en las listas. "Me gustaría que estuviera con nosotros porque es una persona con mucha valía, comprometido y aguerrido", se comprometía Ayuso. El otro acomodo para el dirigente valenciano que suena tras el 'desplante' de Ayuso de no situarle al frente de una consejería es encontrarle un hueco en la dirección de Teatros del Canal.
Una vez el Consejo de Gobierno al completo ha tomado posesión, esta semana toca armar el grueso de las viceconsejerías y direcciones generales del Ejecutivo madrileño, según trasladan fuentes autonómicas. En Génova el silencio respecto al futuro de Toni Cantó también es sepulcral, aunque algunas fuentes cercanas a Pablo Casado sí avanzaban antes de las elecciones madrileñas con la posibilidad de ofrecer al dirigente valenciano una "plataforma nacional", por lo que cobra fuerza la hipótesis de buscarle un acomodo temporal hasta que se incorpore a las listas de Pablo Casado para las próximas elecciones generales. En todo caso, los populares consideran a estas alturas que el 'efecto Cantó' está amortizado: el objetivo de su fichaje no era otro que el de convencer al electorado de que la unificación del centroderecha es una realidad y que la única opción en las urnas es el PP.
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