La última audiencia privada entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso buscó, sin éxito, una etapa de deshielo entre el Gobierno y Sol para afrontar de forma conjunta los desafíos del Covid-19. La "cooperación", aunque se intentó, duró más bien poco y en cuestión de días ambas administraciones se vieron enfrascadas en un fuego cruzado que terminó con el confinamiento de Madrid y con un estado de alarma autonómico dictado de forma unilateral desde el Palacio de la Moncloa. "La paciencia tiene un límite", justificó el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa. Más de nueve meses después, Ayuso y Sánchez volverán a verse las caras en un encuentro que se celebrará en el Palacio de la Moncloa el próximo 9 de julio. Pero el punto de partida dista mucho del de entonces: los puentes volaron hace tiempo, y no hay predisposición alguna a recuperarlos.
En la cita, la presidenta de la Comunidad de Madrid revestirá sus "propuestas" como exigencias al líder de un Ejecutivo que acaba de aprobar los indultos a los líderes independentistas condenados por el procés. "Hoy se humilla a los españoles, y España entera está indignada", avanzaba Ayuso el pasado miércoles, minutos después de la excarcelación de los nueve presos de Lledoners, en una declaración institucional sin preguntas que sirvió para adelantar el tono que empleará la dirigente regional en su cita con el presidente del Gobierno. Precisamente, una de las líneas maestras de su agenda para el próximo 9-J versará sobre el desafío independentista: mostrará su "rechazo absoluto" a la medida de gracia y propondrá que sean los empresarios catalanes los que financien "el camino a la independencia" de Cataluña.
En esta línea, fuentes del equipo de la presidenta trasladan que ésta pondrá el acento en la cita en la defensa de la fiscalidad madrileña, y no permitirá a Sánchez "tocar" los impuestos en Madrid, mucho menos para "pagar la fiesta a nadie". "No voy a consentir que ni la empresa, ni los autónomos madrileños, ni mucho menos el resto de los contribuyentes, paguen esta fiesta", señalaba Ayuso el pasado miércoles. Conviene recordar que una de las medidas estrella que la dirigente popular pronunció en su discurso de investidura fue la rebaja de medio punto en todos los tramos del IRPF autonómico, un tijeretazo que sirve de contrapunto a la intención de Moncloa de impulsar una armonización fiscal de algunos tributos a nivel nacional, con Madrid como principal afectada. Ésta fue precisamente una de las exigencias que trasladó ERC hace meses a Sánchez a cambio de su apoyo a los Presupuestos. Y poner fin al "paraíso fiscal" de Madrid podría volver a ser otra línea a tratar dentro de la mesa de diálogo con Cataluña.
Pero Cataluña y la fiscalidad de Madrid no serán los únicos temas que Ayuso pondrá encima de la mesa. Aunque fuentes del ejecutivo madrileño aseguran que aún "se está trabajando" en una hoja de ruta para el 9-J en la que participarán "todas las consejerías", sí avanzan que la presidenta madrileña exigirá a Sánchez explicaciones sobre el reparto de los fondos europeos, que según el esquema inicial benefician más a Cataluña que a Madrid. Y recuerdan que, hace unos meses, el Gobierno madrileño presentó un plan para la recepción de ayudas que subía el montante de dinero necesario a un total de 22.471 millones de euros para sufragar 214 inversiones.
Díaz Ayuso también solicitará el próximo 9 de julio un "plan nacional" de maternidad y natalidad que permita al ejecutivo madrileño ser "más ambiciosos" respecto a la ejecución de la iniciativa para incentivar a las madres jóvenes madrileñas a dar el paso de tener hijos con la implantación de un cheque bebé que entrará en vigor, según lo previsto, en 2022. Se trata de un plan que beneficiará a entre 12.000 y 14.000 mujeres cada año en la Comunidad de Madrid y que ayudará a las familias con hasta 14.500 euros por hijo. Eso sí, sólo se podrán beneficiar de él aquellas mujeres menores de 30, con rentas inferiores a 30.000 euros brutos anuales y que lleven empadronadas en Madrid durante, al menos, 10 años.
La dirigente regional exigirá al jefe del Ejecutivo explicaciones sobre las inversiones prometidas para la mejora de la red de Cercanías, de las que "no se ha vuelto a saber nada". Se refieren a la lluvia de más de 5.000 millones que estaban comprometidos por el Estado desde 2018 para la modernización tanto de la infraestructura como de la flota de trenes. Además, planteará una EVAU única en toda España -una medida que llevaba la candidata del PP en su programa electoral- para que "a los madrileños no se les penalice" en las pruebas de acceso a la universidad en comparación con otras comunidades autónomas; y pedirá replantear "los aspectos más lesivos" de la polémica ley Celaá.
Al margen de los indultos, Sánchez y Ayuso llegan a la cita después de que ésta no sólo se haya reafirmado como líder indiscutible en la Comunidad de Madrid y como dirigente con peso nacional, sino después de unas elecciones en que el PSOE resultó muy tocado y perdió el liderazgo de la oposición. Isabel Díaz Ayuso hizo de Pedro Sánchez su adversario político durante la campaña de las elecciones madrileñas, pero promete seguir haciéndolo en lo que resta de legislatura. "Empieza el fin del sanchismo", enfilaba la presidenta durante la sesión de investidura. Las espadas están en alto y, esta vez, todo apunta a que no habrá banderas rojigualdas o con estrellas blancas que puedan poner paz entre dos líderes políticos condenados a una confrontación continua.
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