El exjefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía José Luis Olivera ha negado este lunes en la Audiencia Nacional que ofreciera puestos internacionales, como un destino en Lisboa (Portugal) al inspector Manuel Morocho para que dejara de investigar el caso Gürtel sobre la financiación irregular del Partido Popular.
La declaración de Olivera como investigado ante el juez Manuel García-Castellón vino por la reciente declaración como testigo de Morocho en la pieza Kitchen del caso Villarejo. Éste, que se encargó de redactar los primeros informes del caso Gürtel para el juez Pablo Ruz en 2013, afirmó que se reunió con Olivera en una cafetería el verano de ese año y éste le propuso distintos puestos internacionales, como uno en Lisboa u otro de enlace en la ONU, para que dejara de investigar la causa. El inspector dijo que durante aquella reunión su superior comentó estar recibiendo una llamada del entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al que le dijo tras descolgar el teléfono: "Si, estoy aquí con él". El inspector lo entendió como una manera de demostrar el interés del ministro para que abandonara la causa y como indicación de la procedencia de las presiones.
Este lunes, Olivera ha negado que recibiera llamada alguna del ministro. Ha reconocido que tuvo dicha reunión con Morocho y que se interesó por el caso Gürtel por "mera curiosidad", pero ha negado ejercer ninguna presión sobre el inspector ni por su parte ni en nombre del Gobierno de Mariano Rajoy. Ha llegado a afirmar que Morocho tenía cierto "narcisismo" y que el ministro no iba a preocuparse por un inspector, según fuentes jurídicas presentes en la declaración. El juez, entonces, ha destacado al investigado que su declaración se contradice con anotaciones encontradas al comisario investigado José Manuel Villarejo en sus agendas. Por aquellas fechas, el comisario a quien se habría encomendado, según la investigación, participar en el espionaje al extesorero del Partido Popular Luis Bárcenas para recuperar información de la financiación irregular del partido que pudiera estar en sus manos y comprometer a altos cargos del PP, lo que se conoce como operativo "parapolicial" Kitchen, escribió en sus cuadernos: "Problemas con Moroc (por Morocho)". En esas mismas agendas, con fecha de 2012 antes de que se desplegara la operación Kitchen, también figuran otras anotaciones de Villarejo junto al nombre 'Oli', como llamaba a Olivera: "Le piden ayuda para salvar al tesorero" o "Eugenio Pino [exDirector Adjunto Operativo o número dos de la Policía] le pide a Olivera apoyar a tope a Bárcenas". Sobre estas referencias, el aludido ha negado participar en maniobra alguna para impedir la investigación Gürtel. El interrogado, que únicamente ha contestado a las preguntas del juez y su defensa, ha afirmado que él mismo también fue castigado por participar en la investigación contra el PP siendo destinado al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), del que también fue director. Actualmente, Olivera es gestor de Riesgos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
La Policía utilizó las empresas de Villarejo
El instructor del caso Villarejo ha preguntado a Olivera si tuvo algún negocio con el comisario investigado aprovechando su condición policial, como se investiga en la causa en base a documentos y grabaciones encontrados a Villarejo durante los registros en su domicilio.
En una de ellas, que adelantó El Independiente, se oía decir al comisario que la UDEF que dirigía Olivera iniciaba investigaciones con denuncias que Rafael Redondo, socio de Villarejo y abogado, presentaba con intereses favorables a los clientes de su empresa privada Cenyt. "Les damos los datos, se apuntan el tanto y nosotros cobramos", describió el comisario su supuesta operativa con la unidad policial. En otro documento, Villarejo habría anotado un supuesto cinco por ciento a cobrar por Olivera por negocios en los que también participaría el policía en segunda actividad Antonio Jiménez Raso. Este lunes, Olivera ha negado cualquier participación en hechos ilegales con el comisario o en sus negocios.
"Estructura de cobertura"
Lo que sí ha afirmado el exjefe de la UDEF -que se ha remontado a muchos años atrás para encuadrar su relación con Villarejo a quien le presentó, según ha declarado, el comisario principal de la Policía Judicial Jesús Espigares Mira- es que la Policía Nacional utilizó su entramado empresarial como "estructura de cobertura" para algunas investigaciones.
Olivera ha destacado, por ejemplo, la colaboración del comisario Villarejo al que le presentaron como "policía en excedencia" en la investigación del caso Malaya. El comisario les habría ayudado a detectar los bienes de uno de los principales de la causa, Juan Antonio Roca, en Madrid.
También habría contado al juez, según informan fuentes presentes en la declaración, que Villarejo llevó a la Policía hasta el narcotraficante español más buscado, Laureano Oubiña. Igualmente, ha dado a entender que los Directores Adjuntos Operativos de la Policía, "con quienes se sentó en la misma mesa que con Villarejo", conocían dicha colaboración del comisario y sus empresas con la Policía Nacional. Para Villarejo, esta parte de la declaración de Olivera es un respaldo a su línea de de defensa, en la que sostiene que sus negocios privados fueron permitidos en la Policía y sirvieron para distintas investigaciones en las que participó como agente encubierto, por lo que no se le puede perseguir por cohecho por beneficiarse de ellos.
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