El PSOE ha logrado lo que, a primera vista, parecía imposible: unir en el descontento al colectivo LGTBi y a las feministas, situados en las antípodas. El anteproyecto de ley para la igualdad efectiva de las personas trans y la igualdad LGTBi, que este martes aprueba el Consejo de Ministros, no contenta a nadie. Algunas de las organizaciones que representan al colectivo homosexual recelan del hecho de que el PSOE haya querido pisar el acelerador con la norma para sortear el veto que algunas plataformas habían planteado para los socialistas de cara a la manifestación del Orgullo del próximo sábado. Las feministas, en cambio, llevan meses en pie de guerra por una autodeterminación que consideran “kamikaze” y cuya permanencia en el texto final denuncian como un atentando contra la razón de ser del movimiento.
La reacción feminista a la 'ley Trans': "Bomba de relojería"
“Si el ser mujer se convierte en una opción, el feminismo no tiene sentido”, reconoce a El Independiente la filósofa Rosa María Rodríguez Magda, una referencia del feminismo y autora, entre otros títulos, de La mujer molesta. “Luchamos por superar las opresiones que sufren las mujeres en virtud de su sexo. Si el sexo es algo elegible, el feminismo carece de sentido”, arguye.
El anteproyecto, que ha provocado tensiones en el Gobierno de coalición entre la vicepresidenta primera Carmen Calvo y la ministra de Igualdad Irene Montero, permitirá finalmente el cambio de sexo y nombre en el Registro Civil sin necesidad de testigos, pruebas ni informes médicos en el plazo de tres meses. Cualquier persona mayor de 14 años podrá expresar su voluntad ante el funcionario y volverá a hacerlo tres meses después para que el cambio se haga efectivo. El cambio registral de sexo era hasta ahora la principal fricción entre PSOE y Unidas Podemos.
El rechazo a la futura norma se escuchó el sábado en las manifestaciones convocadas en toda España por la Confluencia Movimiento Feminista, un paraguas que acoge a medio centenar de organizaciones. “Ser mujer ni es un sentimiento ni es una identidad", "Dejad a los niños en paz", "Los deseos no son derechos" o “Sexo no es género” fueron algunos de los gritos. “El sentimiento es de absoluta incredulidad. No entiendo la política kamikaze del Gobierno en esto”, apunta en declaraciones a este diario Amparo Domingo, representante en España de Women's Human Rights Campaign, una de las asociaciones que se adhirieron a la protesta del fin de semana.
El PSOE se está pegando un tiro en el pie. Se está asegurando no ganar las próximas elecciones porque está expulsando de sus filas a todas las feministas
Amparo Domingo, representante en España de Women's Human Rights Campaign
“Me sorprende la ceguera y la sordera del Gobierno porque está negándose a ver la realidad. Está haciendo oídos sordos a las peticiones de las feministas”, explica. “No sabemos con qué motivo esa insistencia en no revisar ninguno de los argumentos que se están aportando ni la experiencia de los países en los que se llevan a cabo estas políticas. Muchos de ellos están reculando”, agrega. “En estos momentos, el PSOE se está pegando un tiro en el pie. Se está asegurando no ganar las próximas elecciones porque está expulsando de sus filas a todas las feministas”, advierte Domingo.
Un comentario secundado incluso desde el seno del partido que dirige con “manu militari” Pedro Sánchez. “Muchas mujeres socialistas feministas estamos en contra de esta ley”, admitía hace unos días Altamira Gonzalo, presidenta del Consejo Asesor de Igualdad del PSOE. Su cuenta de Twitter reúne, desde hace días, el sentir del feminismo ligado tradicionalmente a Ferraz. “Llevo dos años informándome sobre la 'autodeterminación de género'. Tengo claro que es una bomba de relojería contra los derechos de las mujeres. Muchas que no pertenecemos al PSOE pero que llevábamos años votándolo, nos sentimos también estafadas y traicionadas”, desliza la destacada feminista Laura Freixas.
La prisa por subirse a una carroza, las prisas del Orgullo, no pueden ser jamás la razón para decidir en algo tan grave
Amelia valcárcel
A juicio de la filósofa Amelia Valcárcel, “la prisa por subirse a una carroza dentro de una semana, las prisas del orgullo, no pueden ser jamás la razón para decidir en algo tan grave”. “El feminismo del PSOE avisa”, tuiteaba hace unos días. Las manifestaciones del sábado dibujaron con crudeza un sector que se le escapa al PSOE y que se considera ninguneado por la izquierda mediática. "Son los activistas transexuales los que tienen los minutos", denuncian.
“Para defender los derechos de una minoría sexual no hace falta poner en jaque otros derechos constituidos y defendidos”, arguye Rodríguez Magda. “El problema es que no se requiere ningún informe ni ninguna acreditación y simplemente sirve a la mera voluntad de un individuo. Eso conculca lo que es el principio del derecho. En ninguna otra circunstancia, un sentimiento o una voluntad tiene unas consecuencias legislativas”, alega. Y prosigue: “Siempre se tiene que acreditar con hechos y seguridad jurídica que estamos ante un hecho y no un mero sentimiento. Realmente no se puede minimizar que el sexo es una realidad y un dato constatable. La modificación en virtud del género es una voluntad, un deseo o un sentimiento”.
Para esta feminista, otro de los talones de Aquiles del anteproyecto es la ausencia de consulta entre el colectivo. “No se ha recibido a las asociaciones de mujeres. Esta ley no solo afecta a un pequeño colectivo sino a toda la población en cuanto se dice que cualquier persona a partir de cierta edad puede cambiar su sexo simplemente pasando por el registro”, comenta Rodríguez Magda. “Habría tenido que ser consultada con toda la población y el debate debía haber sido mucho mayor, sobre la influencia que tiene para todos y especialmente el tratamiento de la infancia. Se garantiza poco la protección de la infancia”, detalla.
El debate lleva meses instalado en el espacio público, no solo en el Consejo de Ministros. La vicepresidencia primera insiste todavía en que “no se reconoce el derecho a la libre autodeterminación de género porque no tiene encaje en nuestra normativa jurídica”. “En el último borrador no se nombra pero es una ley para autodeterminar la mención registral del sexo. Cualquiera va a poder decir de qué sexo se siente. La ley propone un cambio de paradigma en todo el ordenamiento jurídico. Pretende redefinir quién es hombre y quién mujer”, lamenta Domingo.
Las feministas alertan precisamente de sus implicaciones en la normativa de, por ejemplo, igualdad o violencia machista. “Se corre el riesgo de que los asesinatos de mujeres no pasen al contador porque el asesino tiene que ser legalmente un hombre. Con la autodeterminación registral del sexo, la víctima y el victimario no pasarían a los contadores. Sería una forma de invisibilizar la violencia machista”, desliza Domingo.
“Me siento traicionada como otros tantos grupos feministas que hemos defendido el derecho, la libertad y la igualdad de las mujeres. Se trata de borrar a las mujeres”
LIDIA FALCÓN
El feminismo histórico ha sido uno de los más combativos contra el Gobierno de coalición. “Me siento traicionada como otros tantos grupos feministas que hemos defendido el derecho, la libertad y la igualdad de las mujeres. Se trata de borrar a las mujeres”, replica a este diario Lidia Falcón, fundadora del Partido Feminista de España, expulsado el pasado año de Izquierda Unida por, entre otros motivos, su férrea oposición a la “ley Trans”. “El feminismo nunca puede apoyar esto. Convertir a los seres humanos en monstruos no lo puede respaldar ninguna opción ideológica liberadora como el feminismo”, afirma Falcón, muy crítica con Calvo. “El PSOE, que decía ser feminista, y Carmen Calvo, que la considerábamos una mujer lúcida y coherente, han cedido a la presión del lobby transexual”, clama.
El colectivo LGTBi, contra los "estigmas" del PSOE
El PSOE ha pinchado en hueso con el colectivo feminista por la acelerada aprobación del anteproyecto de la 'ley Trans' y la consiguiente aceptación de la rectificación voluntaria del sexo en el registro legal, pero también con el propio colectivo LGTBi, desde el que se denuncian aún los "estigmas" y las "prisas" del primer partido político del país en la elaboración de una normativa que, en suma, "no es suficiente", como lamentan desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), la plataforma encargada, junto a COGAM, de la organización de la manifestación del Orgullo de 2021, cuya marcha más multitudinaria se celebrará el próximo 3 de julio.
Ambas plataformas se congratulan por el "gran paso" que ha dado el PSOE con el reconocimiento de "un derecho" del colectivo al que durante meses se había negado la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, pero deslizan los recelos que existen especialmente dentro del colectivo 'trans' por los bandazos del PSOE por ejemplo en el reconocimiento efectivo en el texto de la "autodeterminación de género". De hecho, hasta hace unos días el ala socialista del Gobierno defendía que lo que verdaderamente se arbitra con el anteproyecto de ley es "un procedimiento administrativo de Justicia como competente en el Registro Civil". "Las y los socialistas hemos entendido que sin los derechos LGTBi plenamente reconocidos, nuestra democracia no sería plena", eximían los socialistas este lunes en su cuenta de Twitter.
En las citadas organizaciones deslizan que este último cambio en el PSOE tiene mucho que ver con la "presión" que han ejercido las plataformas LGTBi en las últimas semanas. De hecho, hasta 80 colectivos llegaron a pedir a los organizadores de la manifestación del Orgullo -COGAM y FELGTB- que no se invitase al PSOE a la marcha por los obstáculos que ha puesto el sector del Gobierno liderado por Carmen Calvo en la tramitación de la 'ley Trans'. "El Orgullo es una herramienta política, y ha influido mucho para ejercer presión", reconoce un portavoz de COGAM. No obstante, ambas plataformas asumen que "no se puede vetar" a ninguna formación política que quiera participar en la manifestación porque "es un derecho constitucional", pero advierten que la asistencia es "responsabilidad" de cada partido político para evitar tensiones e, incluso, altercados, recordando en este caso lo sucedido con Ciudadanos en el Orgullo de 2019, en que los diputados naranjas tuvieron que abandonar la marcha escoltados por las fuerzas de seguridad.
Lo que deslizan, en todo caso, es que el PSOE ha pisado el acelerador con la tramitación de la 'ley Trans' para salir en la foto del sábado. Pero eso no quita que desde colectivos como la Federación Plataforma Trans se siga exigiendo en redes sociales la retirada de los socialistas de la marcha del Orgullo bajo lemas como "PSOE es transfobia" o "PSOE fuera del Orgullo", así como la dimisión de Carmen Calvo. La vicepresidenta primera, aunque aseguraba que "nunca" se han planteado exigir un informe médico para un cambio de nombre y sexo, también apostillaba que "no existe ningún derecho absoluto" y que "los registros civiles de cualquier lugar del mundo no registran sentimientos, sino hechos", lo que provocó de nuevo la cólera de los citados colectivos.
En mitad de la guerra soterrada entre colectivos feministas y homosexuales por el reconocimiento de la autodeterminación de género, Pedro Sánchez intentaba erigirse este lunes como un mediador entre ambas corrientes. "Hay que salvaguardar el equilibrio de derechos de las mujeres y de un colectivo tan castigado como el el colectivo 'trans'", sostenía en una entrevista para la Cadena Ser. Por el momento, y a la luz de los acontecimientos, el jefe del Ejecutivo se encuentra aún muy lejos de ese objetivo.
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