Con una “arbonaida” de estrella roja, la “señera andaluza”, y versos del cantautor Carlos Cano, Adelante Andalucía celebró hace una semana los fastos de su refundación. Sueltas las amarras con Unidas Podemos, la formación de Teresa Rodríguez se reivindica heredera de un nacionalismo andaluz cuyo principal referente, el Partido Andalucista, fue disuelto hace seis años. La marca, integrada por Anticapitalistas y pequeñas formaciones andalucistas, resurge con la determinación de pescar en el río de las reclamaciones y los agravios territoriales, con la valenciana Compromís como uno de los espejos.
En septiembre de 2015, mientras Cataluña bullía con unas elecciones convertidas por Artur Mas en una “consulta definitiva” sobre la independencia, el Partido Andalucista firmaba su fin en un congreso extraordinario en Torremolinos, empujado por una sucesión de nefastos resultados electorales que lo habían expulsado del Parlamento y condenado a la irrelevancia. Paradojas de la Historia, el partido que expiraba su último hálito en la Costa del Sol había logrado en 1980 dos diputados en el primer Parlament catalán, en plena efervescencia del andalucismo y su reclamación cumplida de acceder a la autonomía por el artículo 151 de la Constitución que habían transitado Cataluña, País Vasco y Galicia.
De las cenizas del Partido Andalucista
Desde el otoño de 2015, los restos del naufragio habían tratado de abrirse camino con discretos réditos electorales. En 2018, la primigenia Adelante Andalucía probó una fórmula integrada por Izquierda Unida, Podemos y dos formaciones herederas del PA, Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza. La coalición perdió tres escaños respecto a las listas separadas que presentaron Izquierda Unida y Podemos tres años antes. Los continuos roces entre las aspiraciones de Rodríguez de conformar grupo propio, a imagen de En Comú Podem, y las negativas de Pablo Iglesias terminaron en voladura. “Seguimos siendo la parte de Adelante Andalucía que creía en una fuerza soberanista de izquierdas, feminista y ecologista”, señala a El Independiente Pilar González, senadora y uno de los rostros del nuevo proyecto.
El PA tuvo una posición errática, con algunos pactos posibles con la derecha y otros con la izquierda. Eso solo se lo podían permitir otros partidos con mayor implantación como CiU
PILAR GONZÁLEZ, EX SECRETARIA GENERAL DEL PA
González procede precisamente de las entrañas del PA. Fue su secretaria general entre 2008 y 2012. “Tengo claros los errores que precipitaron el final del PA. Las disensiones internas no sólo desgastan. La ciudadanía no las entiende. ¿Cómo voy a pretender que alguien cuide de mis intereses si no es capaz de cuidar de los que tiene en común con sus compañeros? Luego, hubo una posición errática, con algunos pactos posibles con la derecha y otros con la izquierda. Eso se lo podían permitir otros partidos como CiU con mayor implantación, fortaleza y capacidad para condicionar gobiernos en el Estado. El PA no”, desgrana.
En la década de 1990, durante su época dorada, llegó a reunir el 10 por ciento del voto andaluz. Hoy las encuestas arrojan un fuerte sentimiento regionalista compatible con la pertenencia a España. Un estudio demoscópico publicado en febrero por la Fundación Centro de Estudios Andaluces desvelaba que nueve de cada diez andaluces se declaran igual de orgullosos de ser andaluces como españoles. “Los porcentajes han bajado. No más del 3 por ciento de los andaluces se identifica con posturas que podríamos señalar como potenciales electores de una opción de identidad andaluza”, confirma a este diario Juan Montabes, catedrático de Políticas de la Universidad de Granada.
Cataluña y el debate territorial, la coyuntura
Existe un espacio para el andalucismo, muy condicionado al actual contexto español
JUAN MONTABES, CATEDRÁTICO DE POLÍTICAS DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
Una realidad que, sin embargo, no excluye la existencia de un granero propicio para el crecimiento de idearios como el que plantea Adelante Andalucía. “Sí existe un espacio y una porción del pastel sin dueño”, admite Montabes. “Y es algo muy condicionado al actual contexto español. Si la situación en Cataluña tiende a algún tipo de acuerdo a medio plazo, habrá no sólo en Andalucía sino en otras comunidades un fortalecimiento de estas opciones que hoy no superan el 15 por ciento. Ni el PP ni el PSOE están en condiciones de reclamar esa condición”, arguye. En el andalucismo que sucedió a la defunción del PA, otros han optado por continuar el camino en solitario como Andalucía por Sí, un partido fundado en 2016 que ha cosechado tímidos resultados. Extraparlamentario, cuenta con un centenar escaso de concejales.
La tendencia ya comenzó a reflejarse en las elecciones generales de noviembre de 2019. Aquella cita dibujó el Congreso de los Diputados con más presencia nacionalista y regionalista de la historia de la democracia. Además de las opciones de Cataluña y País Vasco, están presentes Coalición Canaria, el Partido Regionalista Cántabro (PRC), el BNG, Teruel Existe y Unión del Pueblo Navarro en coalición con PP y Ciudadanos. El andalucismo, que llegó a tener grupo propio en los primeros compases de la Transición, es hoy el gran ausente del Hemiciclo. “En Andalucía se produjo una progresiva fagocitación del sentimiento de identidad que representaba el PA por parte del PSOE”, subraya Montabes. Un proceso acelerado por la entrada de los andalucistas en el Gobierno socialista entre 1996 y 2004.
Ahora, sin embargo, la oportunidad para una papeleta andaluza como las de antaño -con una suerte de “Espanya ens roba” como relato- se reconoce incluso entre las filas de los ex socios de Adelante Andalucía. “Hay vientos a favor para articular una propuesta electoral sobre el eje nacional-territorial, como se ha visto en Teruel Existe que, no siendo nacionalista pone en primer término la cuestión territorial, y lo recoge también Errejón en Madrid”, explica a este diario Toni Valero, coordinador de Izquierda Unida en Andalucía.
Una "CUP a la andaluza"
Lo que plantea bebe mucho de un nacionalismo en clave de confrontación con Madrid. Juega a la dicotomía con Madrid
TONI VALERO, COORDINADOR DE IU ANDALUCÍA
“Les llamo una CUP a la andaluza porque el de Teresa es un proyecto que hoy por hoy tiene un perfil nítidamente nacionalista y muy circunscrito a círculos un tanto minoritarios”, opina Valero. “Lo que plantea bebe mucho de un nacionalismo en clave de confrontación con Madrid. Juega a la dicotomía con Madrid. La lógica del David contra el Goliat es un clásico, con un punto de idealismo y fantasía”, agrega. En su discurso en la asamblea constituyente, Rodríguez habló de “un centralismo que no nos entendió nunca”. El spot del relanzamiento del partido también crítica, en clave de humor con la propia Rodríguez vestida de “chulapa”, el peso de Madrid en la actualidad informativa y pide una atención equivalente para lo que sucede al otro lado de Despeñaperros.
El discurso del resucitado andalucismo denuncia los supuestos agravios que han condenado a la región a la cola del desarrollo en Europa. “¿Por qué tenemos que recibir los residuos tóxicos de toda Europa? ¿Por qué tenemos que mandar a nuestros jóvenes a que hagan los trabajos más miserables en Europa? ¿Por qué tenemos que ser siempre el hazmerreír en todos los espectáculos y expresiones artísticas televisivas? ¿Por qué tenemos que ser la gente con la sociedad más rota?”, se interroga Javier García, de Defender Andalucía, una de las plataformas integradas en Adelante Andalucía. “En Andalucía el Ibex35 paga en Madrid. Se ha privilegiado el centro y se ha abandonado a las periferias”.
Una generación nacida en el autogobierno
En la nueva formación confluyen también rostros del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), nacido en 2007 a partir de, entre otros, el histórico Sindicato de Obreros del Campo (SOC). “Existe, además, una revolución cultural con grupos como Califato 3×4 o Derby Motoreta's y un resurgir del feminismo andaluz con referentes como Lola Flores o Marisol cuyo legado se está recuperando”, detalla García, convencido de que se está produciendo una tercera ola del andalucismo, tras la del fundador Blas Infante, en el convulso primer tercio del siglo XX, y la transición.
Adelante Andalucía aspira a captar el sufragio de quienes crecieron en una comunidad autónoma con amplias competencias en educación y medios de comunicación públicos. “La pérdida de voz de Andalucía ha interpelado a quienes tienen entre los 25 y los 40 años, la generación que nació en el consenso autonómico de Canal Sur, que no vivió el 28 de febrero [la fecha del referéndum de autonomía] pero que sí se ha hecho adulta en un contexto en el que Andalucía ocupa una posición periférica en el Estado”, explica García.
Aún en composición de sus alianzas, Adelante Andalucía rehúye las posiciones de Esquerra Republicana de Catalunya, EH Bildu o el BNG, consciente de que la independencia no es su objetivo, y se mira en el espejo de la coalición valenciana creada por el Bloc Nacionalista Valencià, Iniciativa del Poble Valencià y Verds Equo del País Valencià. Con una relación con el PSOE más complicada que la que mantiene el partido de Mónica Oltra, alimentada por los recelos que dejaron las experiencias de IU y el PA en gobiernos de coalición con los socialistas. González, la única senadora de la formación, está integrada en el grupo de la Izquierda Confederal, una laboratorio de esos lazos que conforman Compromís, Más Madrid, Més per Mallorca, Geroa Bai y la Agrupación Socialista de la Gomera.
En la Cámara Alta, la colaboración, no obstante, excede los límites de ese grupo de seis diputados. “En la batalla contra el cierre de la planta de Airbus en Puerto Real fue fundamental el apoyo de ERC y Bildu para sacar adelante la moción”, destaca González. “Estamos convencidos de que el independentismo no es una ideología sino una coyuntura. Nuestro proyecto es el soberanismo y eso pasa inicialmente por un incremento del grado de autonomía en algunas cuestiones y una renovación del acuerdo constituyente para poder hablar desde las periferias hacia el centro”, agrega.
Un pasado de "traiciones y rupturas"
“Intentaremos que no se repita. Tenemos que ser capaces de gestionar la pluralidad con más naturalidad
teresa rodríguez, portavoz de adelante andalucía
Adelante Andalucía, que puede fragmentar aún más el voto de una izquierda en la que también aspira a tener voz Más País Andalucía, comparece con la rémora de la discordia que quebró su aventura inicial. Un litigio que alcanza a su propia marca, cuya usurpación denuncia Unidas Podemos. “Sigue siendo la marca de centenares de grupos municipales de Unidas Podemos. Nuestros servicios jurídicos van a seguir librando la batalla y en las instancias que consideren”, desliza Valero.
Rodríguez asegura que abre página con la intención de que no haya "más traiciones ni rupturas, ni más mierdas". “Intentaremos que no se repita. Tenemos que ser capaces de gestionar la pluralidad con más naturalidad y respeto a las posiciones del otro y con voluntad de comprensión y empatía”, esboza en una entrevista con este diario. El tsunami que provocó la irrupción de Podemos ha dejado profundas secuelas en la izquierda andaluza. El Colectivo de Unidad de los Trabajadores—Bloque Andaluz de Izquierdas (CUT-BAI) del incombustible y polémico alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, es un paradigma de esos jirones. Sus militantes están hoy desperdigados entre Podemos, Izquierda Unida y Adelante Andalucía.
Además de capear el temporal del litigio por los derechos de la marca, la formación naciente -en la que también está llamado a desempeñar un papel protagonista José María González "Kichi", alcalde de Cádiz y pareja de Rodríguez- debe armar una implantación territorial de la que, siete años después de su entrada en escena, carece Podemos. Los morados se apoyan en la red tradicional de Izquierda Unida. “Tenemos un arraigo territorial infinitamente mayor. Contamos con centenares de asambleas y grupos municipales a lo largo y ancho de Andalucía, incluidas 60 alcaldías”, presume Valero.
“Hemos salido de un agujero, con la lección aprendida. Las diferencias políticas no son razón para perseguir hasta el Gulag a nadie, ni para condenar al ostracismo a nadie”, apostilla González a propósito de la travesía por el desierto que inauguró el pasado noviembre la expulsión de Rodríguez y otros ocho parlamentarios del grupo que compartían con Unidas Podemos en el Parlamento andaluz. Un propósito de enmienda que Adelante Andalucía dice asumir con el tic tac de un posible adelanto electoral y la incógnita de ser capaces de conectar con el electorado. “Hay una canción de Carlos Cano que dice 'Abrid que la vida llama, que le están saliendo alas que no las derrite el sol'. Así me siento yo”, concluye Rodríguez.
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