Inés Arrimadas ha fiado el futuro político de Ciudadanos a una Convención Nacional que se celebra este fin de semana en Madrid, con la esperanza de hacer borrón y cuenta nueva de la crisis continuada en la que se ha sumido el partido desde las generales de 2019 y que se ha acentuado en los dos últimos procesos electorales. Pero la intención de la dirección nacional de que el cónclave naranja sirva verdaderamente para rearmar al partido y dibujar nuevas líneas programáticas "para los próximos meses y años" no convence en amplios sectores de la formación.
En las bases, pero también entre diversos cargos municipales y autonómicos, reina la tesis de que, frente a lo que defiende la cúpula de Ciudadanos, "no se ha escuchado a la militancia" en la elaboración de las propuestas de la Convención, en la que no habrá debate sobre estrategia política ni tampoco tiempo para la autocrítica. "Lo venden como un espacio para relanzar el proyecto, pero no cuentan nada más que con gente afín a su opinión. Es una oda a la ejecutiva que no va a servir de nada", denuncian fuentes naranjas del denominado 'sector crítico' del partido.
Es éste precisamente el motivo por el que diversos cargos de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, pero también en Andalucía, han comenzado a organizarse para plantear lo que denominan como "plataforma liberal independiente", un proyecto que gana adeptos especialmente dentro del municipalismo naranja y que tendría como objetivo último el de concurrir a las próximas elecciones locales de 2023 con ediles y ex dirigentes que aún cuentan con el carné del partido liberal.
Las fuentes consultadas afirman que dentro de este movimiento, con especial fuerza en Madrid, se encuentran concejales de Ciudadanos de municipios en que aún tienen presencia, como Las Rozas o San Sebastián de los Reyes, que darían el paso al grupo de no adscritos; pero también ex diputados en la Asamblea de Madrid que se quedaron sin asiento en la cámara madrileña tras las elecciones del 4-M en las que el partido naranja se quedó sin representación. Entre ellos mencionan a algunos afines a Ignacio Aguado, como Esther Ruiz, ex portavoz adjunta de Ciudadanos en la cámara regional, y número dos de Edmundo Bal en la lista por Madrid; y a Juan Trinidad, ex presidente de la Asamblea regional. Descartan, no obstante, que el ex vicepresidente regional tenga nada que ver con este movimiento.
Explican, además, que se trata de un proyecto que lleva "meses" en el aire y que se ha intentado parar de distintas formas por parte de la dirección nacional y de la coordinación autonómica de Ciudadanos, que ahora regenta la vicealcaldesa de Madrid. "Villacís ha actuado con mano de hierro contra la disidencia y contra la crítica. Se han tomado las medidas adecuadas para neutralizar cualquier movimiento en este sentido", comenta un dirigente municipal de la formación naranja, que menciona por ejemplo la incorporación de algunos de los cargos 'críticos' a la estructura orgánica del partido.
"Ciudadanos ya no es una opción política. No es útil. Ha perdido toda su esencia. Pero el mensaje político del partido de siempre, el que encandiló al electorado, el que de verdad tenía una visión de Estado sigue vivo en espíritu", defiende otra fuente, al corriente de los movimientos en las entrañas del partido en Madrid. Salga o no salga finalmente el proyecto, lo que sí se prevé en las filas naranjas es una nueva fuga de cargos, que aguardan a las conclusiones que se esbocen dentro de la Convención Nacional del partido, que clausurará sus actos el próximo domingo 18 de julio.
La sangría no tocará, al menos de momento, a los ediles que ostentan un puesto en el grupo municipal del Ayuntamiento de Madrid, entre los que también se extiende cierto malestar por la "deriva" de la dirección nacional, las últimas decisiones de la cúpula y la ausencia, dicen, de debate y autocrítica. "La Convención es una excusa para no convocar la Asamblea General, donde los afiliados sí tendrían voz", sentencian en este sector de la capital. "Mucha gente es consciente de que, de seguir así, todo su trabajo de gestión como concejales se va a ver dañado por estar donde están", comenta una fuente local del partido en Andalucía, donde "habrá cambios" fruto también del "malestar" que ha ido in crescendo porque las elecciones, afirman, "están cerca".
Una Convención sin crítica, sin recambios y sin debate
La dirección nacional de Ciudadanos planteó la Convención Nacional de julio como un "punto de inflexión" tras el derrumbe electoral en Madrid, que vino provocado por la decisión unilateral de Arrimadas y su búnker directivo de impulsar una moción de censura en Murcia contra el PP, lo que activó la cuenta atrás para la apertura de urnas en Madrid. Defienden en la cúpula naranja que gran parte del protagonismo durante el cónclave recaerá en la militancia, ya que el partido habilitó un buzón para recabar "propuestas" de los afiliados que se presentasen en la Convención y sobre las que se construyese la guía programática a seguir por Ciudadanos de aquí en adelante.
La dirección eleva a 2.000 las propuestas recibidas por las bases. De ellas se ha hecho una selección de peticiones que se presentarán en una serie de "grupos de trabajo" compuestos por los propios dirigentes de Ciudadanos y cuya temática versará sobre el refuerzo del liberalismo, la natalidad, la educación, la digitalización o el cambio climático. Pero en ninguna de estas mesas se discutirá sobre una posible redefinición ideológica de Ciudadanos; no se reflexionará sobre la necesidad -o no- de acometer un recambio de líderes tras los últimos fiascos electorales; no se debatirá sobre el acierto o error de las últimas decisiones estratégicas; ni tampoco habrá tiempo de explorar los posibles nuevos pactos de Ciudadanos con otras formaciones políticas ni la relación de los naranjas con el Partido Popular, después de que algunos cargos pidiesen explorar la oportunidad de una fórmula de fusión con el PP para esquivar su muerte política.
Lo que sí plantea Arrimadas es que la Convención sirva para reivindicar el espacio "necesario" de Ciudadanos frente a un PP que mira al centro, ahondando en las diferencias que separan a su fuerza política de la de los populares en debates sociales como el de la eutanasia , el aborto o la defensa del colectivo LGTBi. "El único partido liberal en España es Ciudadanos. Queremos ser una referencia liberal en España, de la misma manera en que ya lo somos en Europa", sentencian.
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