Huro creció escuchando cada año la misma promesa de su abuelo. “En todas las cenas de nochevieja había un momento en el que mi abuelo se levantaba y decía: 'Este año sí'. Yo, siendo niño, no entendí nunca de qué iba aquello”, recuerda. Con la edad, comprendió que aquella frase inconclusa auguraba, cada final de año, la caída de un régimen castrista que aún hoy no se ha producido. “Mi abuelo no lo vio ni tampoco mi papá”, maldice este cubano de 45 años, exiliado en Madrid desde hace más de una década.
Huro ha desfilado a última hora de este miércoles por los aledaños de la Embajada cubana en España. Junto a otras decenas de compatriotas y españoles, ha mostrado su solidaridad con la ola de manifestaciones que estallaron el pasado domingo en la isla, alentadas por el hambre, una perenne crisis económica agravada ahora por la pandemia y las ansias de libertad. Al grito de “No estáis solos”, “Asesinos” y “Libertad”, los congregados han voceado sus reclamaciones frente a una legación diplomática con las persianas bajadas y rodeada de un imponente despliegue de Policía nacional.
“No salí de Cuba por vestirme mejor ni por viajar. Salí por ser libre y eso es lo que quiero precisamente para Cuba, derechos y libertad”, comenta Yeralis, una joven de 27 años que hace tres emprendió el camino de la diáspora. Esta semana ha recuperado la esperanza de ser testigo, desde la distancia, de un cambio tras seis décadas de castrismo. La cadena de manifestaciones antigubernamentales se inició el pasado domingo en San Antonio de los Baños, la localidad al suroeste de La Habana conocida por su escuela de cine.
Desde entonces se ha extendido por toda la isla. El régimen de Miguel Díaz-Canel ha respondido bloqueando el acceso a internet y ordenando la represión de cualquier expresión de indignación popular. En España, las protestas -bajo el lema “Patria y Vida”, que han acuñado los protagonistas del clamor en oposición a la consigna castrista “Patria y Muerte”- se han convertido en un asunto de discordia nacional.
Presencia de PP, Vox y Cs
La manifestación en el madrileño Paseo de la Habana ha estado arropada por representantes del Partido Popular, Vox y Ciudadanos, que han censurado la tibieza con la que el ala socialista del Gobierno de coalición se ha manifestado a propósito de una contestación inédita en años.
“A todos los ciudadanos de Cuba que quieren libertad, les decimos que tienen a su lado al principal partido de la oposición español”, ha aseverado Pablo Montesinos, vicesecretario de Comunicación del PP. “El PP dice bien claro que Cuba es una dictadura y que todos juntos tenemos que trabajar contra el régimen. Necesitamos a un Gobierno que diga alto y claro que Cuba es una dictadura”, ha apostillado en declaraciones a la prensa.
A la concentración, por tercer día consecutivo, ha acudido Rocío Monasterio. La biografía de la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid está ligada a la isla caribeña. Su familia paterna fueron terratenientes cubanos, propietarios de una compañía azucarera que cotizó en la bolsa neoyorquina. Su emporio fue expropiado tras la revolución cubana de 1959. “Estamos aquí por aquellos que murieron sin poder volver, como nuestros padres. Por los que hoy están sufriendo. Por los 170 detenidos y por los muertos, que son más de uno”, ha clamado Monasterio, micrófono en mano.
Monasterio también ha tenido palabras para Sánchez, que el martes evitó calificar al régimen de “dictadura” tras asegurar que Cuba “no es una democracia”. “Es una dictadura y a todos los partidos como Podemos que no se atreven a decir que Cuba es una dictadura, les decimos: ¡Fuera! No queremos antidemócratas”, ha denunciado uno de los rostros más destacados del partido de Santiago Abascal.
Ciudadanos, por su parte, ha estado representado por la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, que se ha expresado en términos similares al resto de formaciones presentes. "Cuba es una dictadura y España tiene que liderar la voz de Cuba en la Unión Europea. Europa espera lo que diga España", ha indicado. "Merecemos un presidente y un Gobierno que representen lo que pensamos todos los españoles. Si no es una democracia es porque es una dictadura, señor Sánchez. Hay que llamar a las cosas por su nombre", ha agregado.
Tibieza del Gobierno
El Gobierno español se ha deslizado entre líneas desde que arrancó la crisis. El nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, defendió el martes el “derecho fundamental a manifestarse libre y pacíficamente de todos los ciudadanos”. Ningún miembro del Gobierno, sin embargo, se ha atrevido a emplear el término “dictadura”, como le exige la oposición. “Creo que no es productivo calificar las cosas. Me parece que no aporta valor añadido”, ha opinado este miércoles la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, en una entrevista en la cadena Ser.
Una estrategia similar a la seguida por el sector podemita del Gobierno de coalición. La líder de Unidas Podemos en la coalición, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha afirmado escuetamente que "los estándares sobre las democracias los define la ONU y ahí lo debemos dejar".
Las ministras de Igualdad, Irene Montero, y de Derechos Sociales, Ione Belarra, han evitado referirse a Cuba como dictadura. Belarra ha puesto el énfasis, en cambio, en las seis décadas de bloqueo económico por parte de Estados Unidos que sufre la isla y ha recalcado, en Radio Nacional, que “está fuera de toda duda que la situación que vive Cuba es absolutamente excepcional”.
Sus declaraciones van en la línea de lo manifestado por el secretario de Estado de Agenda 2030, Enrique Santiago. “Cuba está aguantando el más duro bloqueo de la historia, medida contraria al derecho internacional que impide la llegada de alimentos, material sanitario y recursos financieros”, tuiteó.
"Cuba en clave cubana"
El exilio cubano afincado en España asiste a las revueltas aceptando el respaldo ofrecido por la oposición española pero con algún recelo. “Unos y otros intentan capitalizar la cuestión cubana. No me siento cómodo ni me interesa el discurso de Vox y de ninguna de esta gente”, replica Huro. A última hora de esta tarde, los colores de la enseña cubana han iluminado Cibeles y la sede del Gobierno autonómico en la puerta del Sol. "En apoyo al pueblo cubano y por una Cuba democrática y libre de dictadura", ha esbozado el Consistorio de la capital.
“Creo que es un error si nos arrimamos a esa sombra. Tenemos que mantener a Cuba fuera del discurso español. Tenemos que hablar de Cuba en clave cubana”, alega un disidente que, como tantos otros, rezuma escepticismo. “No sé si, como decía mi abuelo, 'este año sí'. Mira Venezuela. Está gente está muy preparada. Denuncian un bloqueo para comprar medicinas, que es mentira, mientras están armados hasta los dientes con la última tecnología. Nunca se sabe”, concluye.
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