Repsol contrató los servicios de la empresa Cenyt de José Manuel Villarejo en octubre de 2011 para seguir los pasos del exconsejero de la petrolera y presidente de Sacyr, Luis Del Rivero, al enterarse de que planeaba contratar a dicha empresa para conseguir información de la petrolera cuando quería hacerse con el control de ésta consiguiendo casi un 30% de las acciones de la mano de la mexicana Pemex.
Pusieron en marcha una investigación para evitar ser investigados, vendrá a defender Repsol, imputada como persona jurídica en el caso Villarejo junto a CaixaBank por los presuntos delitos de cohecho y revelación de secretos por su presunta participación en la contratación del comisario Jose Manuel Villarejo cuando aún estaba en activo en la Policía para llevar a cabo una investigación sobre el presidente de Sacyr Luis del Rivero y su entorno.
La representante legal de la petrolera comparece este lunes ante el juez y defenderá, según ha podido saber El Independiente, que ni el presidente de Repsol Antonio Brufau ni el secretario general del consejo de administración de Repsol Luis Suárez de Lezo (también investigados en la Audiencia Nacional) sabían que la empresa Cenyt a la que contrataron para que se ocupara de aquella investigación alrededor de Del Rivero era de Villarejo. También argumentará que el también imputado jefe de Seguridad de la compañía Rafael Araujo, que había sido policía y llevó a la compañía la propuesta de contratar a Cenyt, no tenía conocimiento en el momento que lo hizo de que Villarejo estaba en activo en la Policía.
Primer contacto el día de los Ángeles Custodios
Según ha podido saber este diario, la compañía sostiene que el entonces director de Seguridad Corporativa de Repsol Araujo coincidió con José Manuel Villarejo el 2 de octubre de 2011 en la fiesta de los Ángeles Custodios de la Policía Nacional y comentaron si el segundo estaba trabajando para Sacyr. Ante las sospechas de Araujo de que efectivamente lo estaba haciendo, decidió adelantarse y contratarle él para evitar que Del Rivero lo hiciera en contra de los intereses de la compañía. En ningún caso, será la línea de descargo de Repsol, la petrolera supo que Cenyt era la compañía de Villarejo y tampoco supo Araujo -el único que conocía quién estaba detrás de la compañía- que éste era comisario en activo en aquél momento.
Y es que Repsol quería parar las intenciones de Del Rivero a toda costa porque desde la cúpula de la energética entendían que los planes del presidente de Sacyr hubieran ocasionado unos daños irreparables. De ahí que el departamento de seguridad de la compañía se pusiera en contacto con Villarejo para que se iniciaran labores de investigación.
Fuentes cercanas a la defensa de Repsol sostienen que la compañía tenía motivos suficientes para intentar parar los planes de Del Rivero porque antes de que el presidente de Sacyr convenciera a Pemex para controlar la petrolera con un 30% (de tener una acción más hubiera tenido que lanzar una OPA para comprar toda la empresa), el empresario llegó a un acuerdo con el grupo inversor indio ESSAR para hacer una operación similar.
A inicios de 2011 se intensificaron las negociaciones en Madrid y el pacto llegó a tener el beneplácito del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Miguel Sebastián, ministro de Industria, fue el gran valedor de la operación. Tan sólo un volantazo a última hora del presidente socialista provocó que la operación no saliera adelante. Fue en ese momento cuando Del Rivero contactó con Pemex para acometer dicha adquisición.
El 29 de agosto del mismo año se produce un Consejo de Administración extraordinario para aprobar la alianza entre la petrolera mexicana y Sacyr. En dicha reunión se constata que la división es evidente y Del Rivero llega a pedir que se retiren todos los teléfonos móviles de la sala.
Cabe recordar que la situación financiera de Sacyr era tremendamente débil y, mientras, la sociedad logró refinanciar la deuda por valor de 5.000 millones de euros. Con todo, el 21 de septiembre se hace público el documento de las intenciones de Pemex y Sacyr para asumir el control de la petrolera española. Esa misma semana se convoca una nueva reunión en la que queda patente la ruptura del Consejo de Administración ya que varios de los miembros califican de “error” enemistarse con Repsol.
De hecho, Juan Abelló, consejero de Sacyr, declara que no puede “apoyar un pacto que pueda ser interpretado como una actuación contraria a Repsol”. Dicha división acaba con Del Rivero fuera el 20 de octubre.
Aportó "recortes de prensa"
Es en ese momento, tal y como reza el auto de imputación del expresidente de CaixaBank Isidro Fainé y el presidente de Repsol Antonio Brufau, cuando el comisario Villarejo realiza las primeras pesquisas para recabar información a Repsol. Según fuentes cercanas a la defensa de la compañía, la información que aportó a la petrolera fueron recortes de prensa y en en ningún caso datos de la vida privada o confidenciales del consejero de Sacyr.
No obstante, en el mismo auto del pasado 15 de abril se especifica que la retirada de la presidencia de Sacyr, "así como el despido de las personas consideradas como su círculo de confianza habrían producido, según consta en la documentación intervenida, un intento de reacción por parte de Luis Fernando Del Rivero, siendo el principal foco de la misma el presidente de la multinacional petrolera Repsol YPF S.A., del que Del Rivero intentaría conseguir información delicada con la intención de contraatacar".
A pesar de que el 20 de octubre Del Rivero fue cesado, la primera reunión entre Villarejo y los directivos de la Seguridad Corporativa de Repsol y La Caixa no se produjo hasta el 2 de noviembre. En este sentido, según ha podido saber este diario, la compañía sostendrá que en ningún momento el presidente de la energética conoció las investigaciones que se seguían realizando al ex mandatario de Sacyr y que dichas labores continuaron realizándose por "la inercia de la compañía", dado que los procesos de contratación suelen prolongarse en ésta.
Llamadas interceptadas
El instructor de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón investiga en la pieza 21 del caso Villarejo si en el proyecto denominado Wine el comisario habría espiado a Del Rivero y su entorno presuntamente por encargo de Repsol con el conocimiento del presidente de la compañía, según consideran los investigadores.
En los autos con los que decidió investigar a Brufau y a Repsol como persona jurídica, el juez asume el relato de hechos expuesto por la Fiscalía Anticorrupción, que es el de la acusación ejercida por Del Rivero. Según éstos, Villarejo habría accedido a bases de datos confidenciales y habría obtenido información de la vida personal y el patrimonio de Del Rivero gracias a su posición de policía en activo que habría ofrecido a la compañía. También a CaixaBank. Ambas compañías habrían pagado 165.000 euros cada una presuntamente por sus informes a Villarejo.
En el auto con el que el juez acordó citar a Fainé y Brufau, consideró acreditado que Villarejo accedió al tráfico de llamadas de Del Rivero entre los días 20 de octubre y 31 de octubre de 2011. Es decir, que habrían sabido con quién hablaba el presidente de Sacyr los días posteriores a su destitución.
Sin embargo, desde Repsol asegurarán que nunca pidieron a Villarejo que rastreara las llamadas de Del Rivero y que la información sobre el tráfico de dichas llamadas nunca llegó a la compañía.
Común acuerdo pero sin resultados
Lo que sí reconocen Brufau y Fainé, y así lo expusieron cuando fueron a declarar como investigados ante el juez, es que habrían acordado compartir servicios de Seguridad de las dos compañías porque ambos estaban afectados por las intenciones de Del Rivero por hacerse con el control de la petrolera.
Este plan perjudicaba a Fainé porque Repsol y CaixaBank eran los principales accionistas de Gas Natural (ahora Naturgy) y la entrada de Sacyr y Pemex habrían supuesto también el control de la última en una época de crisis económica. En esta "situación excepcional" es cuando se dieron las conversaciones entre ambos. "El Sr. Brufau me informó de que Repsol ya tenía contratado un encargo, que lo llevaba su director de seguridad corporativa, y me propuso compartir la información sobre el pacto", declaró Fainé en la Audiencia Nacional. Fuentes próximas al presidente de Repsol confirman que dicha conversación se dio pero afirman que en ningún momento se mencionó a la compañía Cenyt, porque en el nivel de la presidencia no se conocía cuál era la empresa que se encargaría de esos servicios, algo de lo que se ocupaba el jefe de Seguridad Araujo.
El informe de Complience y la declaración de Rancaño
Para que el instructor decidiera citar como investigados a Brufau y Fainé fue determinante el papel del exdirector de Seguridad de La Caixa, Miguel Ángel Fernández Rancaño, y la publicación de un informe interno de Repsol elaborado por su Chief Complience Officer.
Rancaño acudió a declarar como investigado para aclarar el contenido de una anotación requisada a Villarejo cuando fue detenido de la que, según los investigadores, se podía inferir que Fainé estuvo al tanto de los trabajos de Villarejo. "MA insiste en ‘determinar el perímetro’ porque por la tarde tenía que despachar con su ‘señorito’, posiblemente por referencia a FAI", por Isidro Fainé, se podía leer en dicha anotación.
Su declaración en la Audiencia Nacional el 15 de diciembre de 2020 reforzó dicho indicio. A preguntas del fiscal, afirmó: "Yo la primera reunión la mantengo con Antonio Massanell [exdirector general de Medios de CaixaBank] cuando regreso. Le explico un poco lo de la empresa y me dice: ‘Este tema, en lo sucesivo, lo despachas con el presidente. Dentro de tus despachos habituales que tienes, pues lo metes como un tema más y ya está’. Entonces yo, cuando subía a ver al presidente, cuando me tocaba, pues era un punto más del orden del día".
"Vale. Entonces le comentó Antonio Massanell que a partir de entonces esos temas los tratase Vd. con el presidente. Que en aquel momento era…", repreguntó el fiscal. "Isidro Fainé", contestó Fernández Rancaño.
Brufau no fue entrevistado
Para la acusación particular y la Fiscalía, el conocimiento de Brufau y Fainé sobre la contratación de Villarejo se acredita en el citado informe interno elaborado por Repsol durante el secreto de las actuaciones judiciales. En una de las páginas del Chief Compliance Officer se puede leer: «Posiblemente en alguna conversación habitual entre el Presidente de Repsol y el de la Caixa acordaron, cada una en su respectivo propio interés, compartir los servicios de información contratados a Cenyt, puesto que ambas entidades estaban potencialmente afectadas por el pacto Pemex-Sacyr».
La representante legal de Repsol argumentará, según ha podido saber El Independiente, que en ningún momento los dos empresarios hablaron de la compañía Cenyt, sino de compartir servicios, puesto que no sabían a qué compañía había elegido Araujo. Para la elaboración de dicho informe, defenderán, no se entrevistó a Brufau ni se le consultó cómo se produjo la conversación para contrastar si habían hablado específicamente de Cenyt.
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