El Ejecutivo central da por descartado que en la reunión de la mesa bilateral Gobierno-Generalitat del mes de septiembre tenga sentado del otro lado al líder de ERC, Oriol Junqueras, según admiten fuentes gubernamentales. Frente a la que fue su sospecha inicial, ahora están convencidos de esa ausencia no tanto porque les convenga o no -que no les conviene- la presencia de quién fue condenado por sedición y malversación, hoy indultado, sino porque aseguran que “Pere Aragonès no lo quiere ahí sentado”.
El motivo no es otro que la necesidad del presidente de la Generalitat de afianzar su propio liderazgo y la presencia de su jefe de filas no haría otra cosa que acrecentar la impresión de un tutelaje sobre él. Aragonès “espera crecer como presidente”, dicen. Necesita ser con claridad el jefe de la delegación catalana, aunque no estará ayuno de quebraderos de cabeza a la hora de decidir la composición de la misma y el talante con el que sus socios de Junts se suman a ese diálogo.
ERC acusa a Junts de querer "debilitar a la parte catalana" de la mesa
Precisamente, este jueves la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, acusó a Junts de "debilitar a la parte catalana" de la mesa de diálogo al cuestionar este órgano. “Cargarse un instrumento que nos puede ser útil para el camino a la independencia, por no sabemos qué motivos, creemos que es hacernos un flaco favor al proyecto independentista", dijo en entrevista con Europa Press, al tiempo que pidió “aprovechar” la mesa de diálogo para no hacer "un regalo al PSOE”, que se podría sentir, a su juicio, menos presionado.
Aunque sin citarlo, aludía Vilalta a críticas como las vertidas por el ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, para quien “los procesos políticos para hacer un país no se pueden decidir en un despacho ni en una mesa de diálogo”. Además, la portavoz explicó que la composición de la delegación catalana que asistirá a dicha mesa se decidirá en los próximos días de forma consensuada entre el Govern, las formaciones que le dan apoyo -ERC y Junts- e "incluso puede ser consensuada con la CUP, que forma parte de esta mayoría independentista".
También desde ERC afirman que “nunca se ha planteado en serio la presencia de Junqueras en una mesa entre gobiernos” y que todo se debió a una mala interpretación de las palabras de la portavoz de la Generalitat cuando fue interrogada sobre esa hipótesis incluso antes de que el líder de ERC fuera indultado por el Gobierno.
La primera muestra discordante que dieron los socios soberanistas fue durante la reunión de la comisión bilateral estatutaria a principios de este mes, encabezada por la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, y la consejera de presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrá, de ERC. Ambas prepararon el contenido de dicho encuentro que pareció no ser del agrado del vicepresidente catalán, Jordi Puigneró, de Junts, poniendo sobre la mesa cuestiones que no estaban en agenda como la gestión de los fondos europeos.
Moncloa no ha revelado todavía la composición de la delegación gubernamental
Y esa distancia quedó de manifiesto durante su comparecencia conjunta posterior en la librería Blanquerna. Puigneró habló de “acuerdos insuficientes” y de que pondrían “precio” al apoyo parlamentario de Junts, mientras que Vilagrà fue mucho más contemporizadora. Eso sí, Puigneró tuvo fuera de agenda una reunión con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, para desbloquear la ampliación del aeropuerto de El Prat, operación que los de Carles Puigdemont se han atribuido en exclusiva.
Moncloa tampoco revela la composición de la delegación gubernamental que se sentará a la mesa. Cabe dar por descontado que en esa primera cita de la tercera semana de septiembre estarán, al menos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera, Nadia Calviño; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en representación de Unidas Podemos y con una propuesta propia, y la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Siguiendo el esquema de la mesa que se reunió en febrero del año pasado, debería sentarse también un ministro del PSC. En 2020 lo hizo Salvador Illa como titular de Sanidad.
Ahora la duda es si Sánchez quiere llevar al líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, después de haberle desplazado, para su disgusto, de Política Territorial a Cultura y Deportes, lo que no parece.
Queda otra opción, que es la de Raquel Sánchez. De hecho, el 26 de febrero del pasado año, la delegación gubernamental estaba también formada por el anterior ministro de Transportes, José Luis Ábalos, además de por Carmen Calvo, Manuel Castells, María Jesús Montero y Carolina Darias. El entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, no pudo acudir.
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