La agenda política de otoño vendrá cargada de grandes acontecimientos políticos. En octubre, el PP celebrará la puesta de largo de Pablo Casado no sólo como jefe de la oposición, sino como el posible futuro presidente del Gobierno de España con una Convención Nacional que culminará el fin de semana del 2 y 3 de octubre en Valencia. Es la misma localización que ha escogido el PSOE para celebrar su 40 Congreso Federal, de gran relevancia tras la salida de José Luis Ábalos y de otros cargos del organigrama gubernamental y socialista, aunque la gran cita no tendrá lugar hasta el fin de semana del 15 al 17 de octubre. A esta vorágine de cónclaves políticos habrá que sumar uno más: Vox anunció oficialmente hace unos días que celebrará un evento multitudinario los días 9 y 10 de octubre, aunque en su caso la ubicación será Madrid.
No lo definen en los círculos internos del partido como un 'congreso' o como una 'convención' al uso, sino como un "gran acontecimiento político y cultural" que, según trasladan a El Independiente fuentes autorizadas del partido, servirá como contrapunto a los cónclaves de otros partidos en los que los políticos "hablan de agendas ideológicas que no aportan soluciones" sino que "provocan más problemas y dividen a los españoles", en alusión velada no sólo al PSOE, sino también al PP. Tal y como informó este medio, los de Pablo Casado tiene previsto reactivar a partir de octubre la "batalla de las ideas" para definir una posición clara respecto a cuestiones como el feminismo, el aborto o el patriotismo en una Convención de la que los populares prevén salir incluso más reforzados. Y, con su 'Vistalegre IV', Vox pretende cortar las alas a un PP en auge explotando una de sus principales prerrogativas: su capacidad de convocatoria.
Frente a los "discursos ideológicos" y frente a "las imposiciones que tanto el Gobierno de Pedro Sánchez como los gobiernos de las comunidades autónomas están realizando con la excusa de la pandemia", Santiago Abascal y el resto de la plana mayor del partido presentarán su particular "agenda" para España, una suerte de programa electoral preliminar con la vista puesta en las próximas generales y en las autonómicas andaluzas, que servirán de termómetro político nacional.
Vox hará del empleo juvenil, de la familia y de la conservación rural y del campo sus principales estandartes políticos, en una estrategia en la que también se abordará una férrea defensa de las "tradiciones y costumbres" y del "patrimonio" de España, que los de Santiago Abascal reivindicarán bandera en mano a través de diversos "actos culturales" en distintos puntos del territorio nacional.
Pero el acto central tendrá lugar en Madrid. La elección de la fecha no es casual: además de celebrarse entre los cónclaves de PP y PSOE, el partido quiere aprovechar el puente de octubre para atraer al máximo número de asistentes posibles "procedentes de todas las provincias", al más puro estilo de los multitudinarios actos que la formación ha venido celebrando en el Palacio de Vistalegre. La formación busca ahora un espacio al aire libre, pero pretende que el ambiente sea el mismo que el que el de los tres actos consecutivos que se celebraron en el citado recinto ('España Viva' en 2018; 'Plus Ultra' en 2019 y 'La Alternativa' en 2020) que fue un "éxito" que se vio reflejado en las sucesivas convocatorias electorales. Con 'Viva 21', el nombre que le han dado al evento de 2021, el objetivo es que ocurra exactamente lo mismo y, en este caso, eclipsar al de Casado y enfrentar el de Sánchez.
Otra novedad que trasladan las fuentes consultadas es la predisposición de Vox de dar al evento una perspectiva más internacional que en anteriores ocasiones. No será un acto "partidista", según subrayan, sino que estará abierto a una participación de la sociedad civil, dejando la puerta abierta a la colaboración con personalidades extranjeras "que defienden convicciones similares a las de Vox en sus países", sin desvelar nombres. En los últimos meses, el presidente del partido ha ido estrechando lazos con líderes de la derecha radical europea, como es el caso del presidente húngaro, Viktor Orban o la líder del Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni.
Vox quiere recuperar fuelle
Las relaciones entre PP y Vox no atraviesan precisamente por su mejor momento. Episodios como el de Ceuta, en que los populares se abstuvieron en la declaración de Abascal como persona non grata en la ciudad, ha llevado al extremo la tensión entre ambas formaciones políticas, y los desencuentros se han producido incluso no sólo con la dirección nacional de Génova, sino también con Isabel Díaz Ayuso, una de las dirigentes del PP que mejor relación conserva con Vox.
La victoria de la baronesa madrileña en las elecciones del pasado 4 de mayo dio un impulso al PP a nivel nacional inesperado tanto para Pablo Casado como para Santiago Abascal. A día de hoy, los populares siguen subiendo en las encuestas gracias en gran parte a la práctica salida de Ciudadanos del tablero electoral, pero el bocado a parte del electorado de Vox también puede ser significativo, según denotan los cálculos internos de Génova. A finales de julio, el PP contabilizaba que el 20% de los votantes que apostaron por Vox en las últimas generales volverían a la papeleta azul en los próximos comicios. Los próximos meses, y en particular el de octubre, serán claves para definir si Santiago Abascal consigue taponar esa posible fuga de votantes arrastrados por el 'efecto Ayuso' de nuevo a las filas del PP.
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