Poco antes de las cinco de la tarde del 17 de agosto de 2017 el terror cruzó Las Ramblas de Barcelona. Una furgoneta blanca recorrió 530 metros arrollando a quienes caminaban por la zona central del paseo. El atentado de Barcelona y el posterior ataque en Cambrils, reivindicados por el autodenominado Estado Islámico, se cobraron 16 vidas y dejaron 152 heridos. Cuatro años después del mayor zarpazo del Estado Islámico en territorio español, el riesgo terrorista sigue en nivel alto. Sepultada por los efectos de la pandemia y las derrotas territoriales de la organización, la amenaza yihadista no ha perdido, sin embargo, intensidad.

En lo que va de año, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han detenido a 27 presuntos yihadistas en 16 operaciones repartidas por la geografía nacional. “Se han focalizado en la comunidad autónoma de Cataluña, junto con Andalucía y Murcia”, detallan a El Independiente fuentes del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). El pasado año se cerró con 37 detenciones repartidas en 23 operaciones. “Sigue habiendo un número de detenciones importante. La amenaza sigue presente y, en absoluto, hay que dar por acabado el yihadismo por el hecho de que el califato territorial haya dejado de existir”, reconoce a este diario Moussa Bourekba, investigador del CIDOB (Centro de Información y Documentación Internacionales en Barcelona).

Los arrestados a lo largo de este año están acusados de pertenencia a organización terrorista, financiación del terrorismo y delitos cometidos mediante el uso de internet como el enaltecimiento, el autoadoctrinamiento o el adoctrinamiento yihadista. “Hay actores que pueden ser inspirados virtualmente, que pueden actuar por cuenta propia y que pueden estar afiliados a organizaciones”, detalla Bourekba.

En los meses posteriores a los atentados en Cataluña, el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) lanzó amenazas de nuevos ataques en suelo español vinculándolos, como en el resto de Europa, a la participación de nuestro país en la coalición internacional que por aquel entonces bombardeaba los últimos enclaves del grupo en Siria e Irak. En marzo de 2019 la organización del fallecido Abu Bakr al Bagdadi perdió en Siria el último bastión de su autoproclamado califato. Sin control territorial, el grupo se ha reconciliado desde entonces con las tácticas de la insurgencia, aprovechando la fragilidad del Estado iraquí y la fragmentación de Siria.

“Que los gobiernos cruzados estén preparados para el incremento de las pérdidas de esta guerra, el derramamiento de sangre y la pérdida de dinero”, advirtió el grupo con especial énfasis en España a través de su semanario en árabe Al Naba tras sembrar el terror en el corazón de la ciudad condal. Los ataques terroristas de agosto de 2017 fueron perpetrados por integrantes de una misma célula. Primero, golpearon Las Ramblas de Barcelona a través de un atropellamiento masivo y, ya en la madrugada, continuaron en la localidad de Cambrils (Tarragona).

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Aparte de este doble atentado, la otra única acción yihadista ocurrida en España en la última década sucedió en julio de 2018. Entonces el blanco fue la comisaría de los Mossos d’ Esquadra en el municipio barcelonés de Cornellá. La única víctima mortal fue el propio atacante. Desde entonces, subrayan fuentes del ministerio del Interior consultadas por este diario, no se ha producido ninguna acción de corte yihadista, ya sea a partir de células o de individuos inspirados en la propaganda yihadista, que sigue circulando por las redes. El riesgo de atentados terroristas, no obstante, sigue estando en nivel alto desde junio de 2015. La revisión semanal de la Mesa de Evaluación de la Amenaza no ha modificado la designación.

Arremetidas como las del que fuera portavoz del IS, Abu Mohamed al Adnani, continúan nutriendo a los lobos solitarios y a la red de partidarios de la organización. “Cualquier musulmán con capacidad de derramar una sola gota de sangre de los cruzados que lo haga, ya sea con un artefacto explosivo, una bala, un cuchillo, un coche, una piedra e incluso una bota o un puño”, instó el vocero, liquidado en agosto de 2016 en un bombardeo en los alrededores de la ciudad siria de Alepo.

"A pesar de que no ha habido acciones violentas yihadistas, nuestro país sigue en el ideario de las organizaciones terroristas 'Daesh' [acrónimo en árabe del Estado Islámico] y Al Qaeda como objetivo"

Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO)

Sin referencias a España

La amenaza de nuevos atentados en suelo europeo ha desaparecido del primer plano, fagocitada por la propagación del coronavirus, pero no ha perdido vigencia. Desde su derrota militar en marzo de 2019, se ha registrado una media mensual de 2,2 atentados o tentativas terroristas en Europa, advierte el Counter Extremism Group, con sede en Londres. “No ha habido especial atención en España en la propaganda reciente del IS pero eso no significa que el grupo haya renunciado a orquestar ataques en España”, señala a este diario Michael S. Smith, experto en terrorismo de la universidad estadounidense Johns Hopkins que estudia las operaciones internacionales del IS. “Unos ataques -advierte- que podrían ser firmados por entusiastas del IS que jamás han visitado las principales áreas de operación del grupo”.

“Como parte de la coalición global que está dedicando más recursos hacia la lucha contra el IS en varias regiones de África, resulta razonable esperar un incremento de los intentos de los partidarios del IS de perpetrar ataques en Europa, incluida España”, agrega Smith. Desde el CITCO, establecido en octubre de 2014, admiten que “a pesar de que no ha habido acciones violentas yihadistas, nuestro país sigue en el ideario de las organizaciones terroristas 'Daesh' [acrónimo en árabe del Estado Islámico] y Al Qaeda como objetivo. Ambas organizaciones, subraya, “exhortan en su propaganda, principalmente dirigida a sus 'actores individuales', instándoles a la comisión de acciones terroristas, en ocasiones, con indicación directa o indirecta hacia España”.

África, el nuevo epicentro yihadista

Los expertos internacionales consultados por este diario coinciden en que el mayor peligro para España procede hoy de África, donde actúan las sucursales más activas de la organización. “El impulso que está ganando el Estado Islámico en África debería ser motivo de gran preocupación para los europeos”, alerta en conversación con El Independiente Veryan Khan, presidenta de TRAC, un centro de estudios dedicado a analizar los movimientos yihadistas en todo el planeta.

El impulso que está ganando el Estado Islámico en África debería ser motivo de gran preocupación para los europeos

Veryan Khan, presidenta de TRAC

Tres ramas concentran las amenazas: el Estado Islámico en África Occidental, con su cuartel en el noreste de Nigeria; el Estado Islámico del Gran Sahara, activo en zonas del Sahel como Mali, Níger y Burkina Faso; y la autodenominada Provincia del África Central del IS, en los confines de la República Democrática del Congo y Mozambique. “Las tres sucursales son cada vez más fuertes. Y añádase a esto el resurgimiento del Estado Islámico en Libia en el último mes”, esboza Khan. “Las rutas migratorias del Sahel a Libia a través del mediterráneo son aún muy activas. El mero hecho de que el IS haya estado últimamente tan callado sobre Europa podría significar que se prepara para un ataque”, agrega.

La ausencia de referencias al viejo continente en las publicaciones oficiales del IS contrasta con la alusión realizada por Al Qaeda en el segundo número de su revista “Manhattan Wolves” (Lobos de Manhattan, en inglés), una cabecera publicada en árabe, inglés y francés que la red fundada por Osama Bin Laden presenta como “una guía para los lobos solitarios en la tierra de los cruzados”. La publicación instaba recientemente a atacar a policías en Occidente. Poco días después, un individuo apuñaló a una agente en Rambouillet (Francia) en una embestida reivindicada posteriormente por Al Qaeda.

“La batalla externa puede cambiar los resultados de la batalla interna, porque cuando los musulmanes del Madrid ocupado rugieron y sumieron a la ciudad en llamas, el Gobierno español cruzado se retiró de Irak. Los golpes en el interior de los países cruzados les obligan a ocuparse de sus asuntos, lejos de los musulmanes, y su objetivo pasa a ser defenderse en lugar de pensar en atacar nuestras tierras”, explicaba con 2004 como telón de fondo el editor de la citada revista en una entrevista con el experto en yihadismo Aymenn Jawad al Tamimi. “Nos esforzaremos, continuaremos, trabajaremos día y noche para hallar los caminos y las soluciones para nuestros héroes 'muyahidines' [guerreros santos, en el vocabulario yihadista] en la morada de los cruzados”, deslizaba.

Cárceles y retornados, dos focos

Uno de los detenidos por la Guardia Civil en febrero de 2015 como sospechoso de pertenecer a una red de reclutamiento y adoctrinamiento de yihadistas en España.

España y la fascinación que despierta en la yihad global la tierra de Al Ándalus la convierte en un territorio en la diana para organizaciones como el IS y Al Qaeda, que compiten por el dominio del espacio yihadista y que son expertas en llevar su radicalización hasta áreas como las cárceles, el granero perfecto para potenciales acólitos. Las autoridades españoles han efectuado hasta tres operaciones recientes en el ámbito penitenciario, “ante la capacidad que ejercen determinados reclusos, con antecedentes por yihadismo, sobre otros presos que, en su mayoría, han cometido delitos comunes, radicalizándolos hasta tal punto, que se constituyen en un claro vector de la amenaza terrorista”, precisan fuentes de Interior.

El riesgo de radicalización interno convive con el que representan los retornados desde el campo de batalla en Siria e Irak. “El regreso de los combatientes a suelo europeo se ha visto muy limitado, fruto de las restricciones de movilidad impuestas como consecuencia de la pandemia causada por la Covid 19”, recalcan desde el ministerio del Interior, que rehúsa proporcionar cifras de los españoles o con residencia legal en España que han regresado a territorio nacional en el último año.

“Entre los retornados no todos tienen el mismo perfil”, advierte Bourekba, quien distingue entre “los desilusionados, que fueron pensando en librar una lucha para un califato islámico y que volvieron decepcionados porque vieron una organización extremadamente violenta, corrupta y racista hacia los no árabes; los traumatizados por la violencia a la que asistieron; y otros que simplemente se equivocaron”.

Uno de los riesgos más importantes lo representan 'los frustrados', aquellos que las fuerzas de seguridad detuvieron antes de irse a Siria o Irak

Moussa Bourekba, investigador del CIDOB (Centro de Información y Documentación Internacionales en Barcelona)

“Sigo pensando que uno de los riesgos más importantes lo representan los frustrados, aquellos que las fuerzas de seguridad detuvieron antes de irse a Siria o Irak”, arguye el experto. “Hay un potencial de frustración muy alto porque no pudieron salir del territorio ni vivir esa utopía que representaba el IS en aquel momento. Es una categoría a la que debemos estar atentos, la de aquellos que están detenidos por radicalización yihadista o implicación en actividades yihadistas”, apostilla.

Interior del Centro Islámico del barrio de Sants de Barcelona

Sin censo de imanes

Otro de los focos que desempolvaron los atentados de Cataluña fue el control de los imanes. La célula responsable había sido adoctrinada por el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty. Según la investigación de los Mossos d’Esquadra, el religioso falleció en la vivienda de Alcanar (Tarragona) en la que se urdía la acción terrorista. El censo de imanes, cuyo control e influencia se disputan países como Marruecos y Arabia Saudí, fue anunciado poco después de los ataques por la Comisión Islámica de España pero, cuatro años después, ni siquiera se ha elaborado.

A propósito de esta falta de avances, desde Interior defienden que “la libertad de creencia en España es un derecho constitucional que impide el tratamiento de la religión de los ciudadanos por parte de la administración del Estado”. “Todos los líderes religiosos, de cualquier creencia, pueden desarrollar libremente ésta con las limitaciones recogidas en la propia Constitución y resto del ordenamiento jurídico vigente”, alegan.

El único censo similar es el el Registro de Entidades Religiosas, dependiente del Ministerio de la Presidencia y que estima que existen 1.800 lugares de culto. Para Bourekba, el riesgo, más allá de los retornados, sigue estando en quienes aún abrazan la yihad desde casa. “La ideología yihadista sigue siendo atractiva más allá de los éxitos y fracasos en el terreno. Es el genio de organizaciones como Al Qaeda y el IS, que llegaron a desconectar la realidad de los terrenos con la propaganda que siguen produciendo”.