La Casa Real está cambiando la manera de presentar públicamente a la princesa Leonor, lo cual es de agradecer. Como comentamos en El Independiente, Zarzuela tenía la manía de diseñarle actos encorsetados y, seamos sinceros, bastante casposos. Sin embargo, en los últimos meses las apariciones están ganando en espontaneidad, con unos formatos más adecuados para una adolescente. Recordemos su primer acto en solitario con su hermana, la infanta Sofía, plantando un árbol dentro de la iniciativa #unarbolporeuropa: ambas iban en tejanos y una sencilla camiseta blanca, se rodearon de jóvenes y se trató el tema de la sostenibilidad. Bien.
Este último mes, en las vacaciones estivales de la familia real también hemos visto a una Leonor más natural. Ha dejado atrás los vestidos de niña pequeña y la hemos visto ataviada como iría cualquier chica de su edad, algo que quizás ha tardado un poco en hacer: las princesas de Holanda llevan años marcando estilo teenager.
Leonor despuntó primero en la visita al centro de interpretación de la Sierra de Tramontana y el santuario de Lluc, donde apareció con un vestido corto en azul con estampado en blanco que iba anudado a la cintura (por lo que se pudo saber, era de la firma &Other Stories). Luego vino la cena con sus padres en el restaurante de Martín Berasategui en Palma, donde la heredera sorprendió con una blusa blanca con los hombros al descubierto, una minifalda vaquera de Mango y unas alpargatas de plataforma de Macarena Shoes. Y qué decir del peinado con trenzas y el minivestido de corte pareo para cenar con sus padres y su abuela, la reina Sofía.
Zarzuela parece haber decidido relanzar la imagen de la heredera con un contenido más fresco, menos forzado y más juvneil
Zarzuela parece haber decidido relanzar la imagen de la heredera con un contenido más fresco, menos forzado y más juvenil. Es un gran acierto porque, como ya advertimos en El Independiente hace unos meses, la estrategia de comunicación que estaba llevando la Casa Real con la heredera era errónea y estaba difuminando la imagen de Leonor más que ensalzarla.
Zarzuela necesitaba reposicionar a Leonor, darle más visibilidad y, sobre todo, aprovechar los meses previos al viaje de la princesa a Gales para granjearle más presencia mediática. Hubiese estado bien que hubiese contestado alguna pregunta de los periodistas, pero esto a Casa Real aún le cuesta demasiado: el hermetismo este verano en cuanto declaraciones ha sido total y no hemos escuchado a los Reyes y sus hijas decir ni mú. Una lástima.
Sus compañeras en el UWC Atlantic College
Pero volviendo a Leonor: a la princesa le queda por delante un gran capítulo en su vida. Comienza su Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College, toda una institución en el St. Donat’s Castle, en Gales, un castillo cuyos orígenes datan del siglo XII. No ha trascendido la fecha exacta en que Leonor irá a Gales (o si ya está allí) ni qué día comienza las clases. Algunos medios han dicho que podría haber sido el 15 de agosto, que es cuando comienzan los cursos preparatorios. Otros, sin embargo, aseguran que la princesa no viajará hasta la última semana de agosto y que, con toda probabilidad, empezará las clases el 27 de este mes o, como muy tarde, el día 30.
Zarzuela no ha optado por la estrategia de otras casas reales, sobre todo la belga, que incluso lanzaron una fotografía de la princesa Elizabeth, la heredera del trono, el día que comenzó las clases en el mismo centro hace un par de años. Quedará por ver si los holandeses hacen algo: la princesa Alexia, segunda hija de los reyes Máxima y Guillermo de Holanda, también será una alumna del centro y compartirá pupitre con Leonor. Cuando Catalina-Amalia, la princesa heredera, comenzó el instituto, la casa real holandesa colgó un vídeo de la princesa yendo a clase en bicicleta, con lo que es probable que tengamos una imagen de su hermana.
Zarzuela tampoco ha estado hábil a la hora de rebajar el elitismo del centro, un tema que aquí puede levantar cierto resquemor. Se dejó claro desde el principio que el coste de los dos cursos de bachillerato (unos 76.500 euros según algunas fuentes) sería asumido íntegramente por el sueldo de los Reyes, pero se han perdido bastantes oportunidades para explicar que, a pesar de que un internado de estas características es ciertamente elitista, también tiene un programa de becas fabuloso y que muchos estudiantes provienen de familias de clase media que han cursado sus estudios previos en colegios públicos de barrios muy alejados de palacios.
Según la propia página web del UWC Atlantic, el colegio quiere trabajar por la solidaridad y la cultura de la paz y se esfuerza por mezclar a estudiantes de todos los países y clases sociales (por lo que ha trascendido, incluso la propia princesa Elizabeth de Bélgica compartía habitación con una refugiada siria). También se insiste en fortalecer la autonomía y el liderazgo de los alumnos, muy en la línea de la pedagogía impulsada por Kurt Hahn, el pedagogo alemán que creó Salem (donde estudió la reina Sofía y el duque de Edimburgo) y también Gordonstoun (donde también fue Felipe de Edimburgo y su hijo, el príncipe Carlos). Cualquiera que haya visto la segunda temporada de The Crown sabrá a estas alturas quién era Hahn y cómo hacía trabajar a los alumnos (hubo un episodio entero dedicado a la estancia de Carlos en Gordonstoun, en Escocia).
Disciplina en los horarios
Oficialmente, en el UWC College, las clases comienzan a las ocho y terminan a la una. El listado de asignaturas optativas es larguísimo y, por lo que se ha dicho en las redes sociales, el programa de Filosofía es especialmente bueno y, sobre todo, muy completo. Por la tarde se espera que todos los alumnos participen en actividades culturales, deportivas y, sobre todo, de servicio comunitario.
Impulsar la creatividad es una obsesión del centro, así como la creación de una conciencia de solidaridad y de ayuda a los demás. La disciplina también se trabaja a conciencia: de domingo a jueves se exige que todos los alumnos estén en sus habitaciones a las nueve y media. Los viernes y los sábados se alarga hasta las 23 horas.
La estancia de Leonor le permitirá ser anónima en una etapa de la vida, como es la adolescencia, que siempre es compleja
La estancia de Leonor en el extranjero le servirá, sin duda, de mucho: es una experiencia única para forjar el carácter y aprender a desenvolverse en un mundo internacional. También le permitirá ser relativamente anónima en una etapa de la vida, como es la adolescencia, que siempre es compleja.
Leonor parece muy equilibrada y no ha dado escándalos en redes sociales (algo que su compañera de colegio, la princesa Alexia, no puede decir), pero cualquier adolescente de hoy necesita de espacio y privacidad para crecer y desarrollarse.
En la biografía oficial de la reina Sofía (la publicada por Pilar Urbano), la reina emérita aseguraba que haber pasado por el internado alemán de Salem le había permitido ser "Sofía de Grecias a secas", lo que le había dejado ser libre y normal durante algunos años de su vida. El rey Felipe también se ha referido varias veces con cariño a su estancia en el Lakefield College de Canadá.
El objetivo, en el fondo, es ése, simplemente ése: que durante un par de años Leonor sea "Leonor a secas".
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