El Gobierno se ha visto obligado a reconocer que ha incumplido la legalidad en la expulsión a Marruecos de 55 menores que llegaron a España en la entrada masiva de inmigrantes por Ceuta el pasado 16 de mayo.
Lo ha hecho después de que una jueza acordara paralizar todas las devoluciones al constatar que el ministerio del Interior no cumplió "ninguno de los preceptivos trámites" ni respetó las leyes nacionales e internacionales que protegen sus derechos al instar a la Delegación de Ceuta a que se les sacara de España.
Dicha resolución judicial llegó tras la denuncia de la organización Coordinadora de Barrios para el Seguimiento de Menores y Jóvenes, que pidió paralizar todas las expulsiones a Marruecos de manera urgente. El Independiente entrevista a su presidente, Javier Baeza Atienza (Madrid, 1967).
Pregunta: El Gobierno se ha comprometido a devolver a los menores "respetando la ley". ¿En qué consiste ese respeto?
Respuesta: Primero, en seguir el protocolo previsto que consiste primero en hablar con los niños y niñas, preguntarles cuál es su voluntad y por qué vinieron. En segundo lugar, en recabar toda la información posible respecto a sus condiciones familiares en Marruecos y ver si, como nos consta, hay indicios de que eran perseguidos por su condición sexual, por cuestiones de género o, como se ha visto en algunas niñas, huyeron de matrimonios forzados. Todo eso que nos horripila cuando los niños son de aquí pero que parece que hay problemas para constatarlo y drenarlo para ellos.
Nos indigna que el Gobierno diga que va a cumplir la ley, porque reconoce que había iniciado expulsiones de niños y niñas sin cumplirla, cosa que es muy grave
Como ya dijo el Tribunal Constitucional gracias al trabajo de los abogados de Coordinadora de Barrios y Fundación Raíces, se debe obligar a que se nombre a un defensor. No podemos creer que a los niños, por serlo, no les asisten los derechos de defensa y representación. Nos indigna que el Gobierno dijera este miércoles que va a cumplir la ley, porque reconoce que había iniciado expulsiones de niños y niñas sin cumplirla, cosa que es muy grave. Entendemos que los que han llegado a nuestro estado y manifiestan su derecho de quedarse no deben ser expulsados. A quienes tienen contacto diario con ellos en Ceuta, como Save The Children y las asociaciones Maakum y Elín, ningún niño les ha contado que vinieran a España por la fiesta de cruzar la frontera el 16 de mayo. Son los actores más vulnerables y por eso hay que escucharles.
Marlaska ha hecho méritos sobrados para que su responsabilidad decayese inmediatamente porque ha demostrado ser una persona absolutamente incompetente para tamaña responsabilidad
P: Denunciasteis que el Gobierno ordenó la devolución de 55 menores en un espacio de tiempo de tres días sin estudiar cada caso de manera individual. ¿Cómo definiríais el procedimiento seguido?
R: Han sido tramposos con el procedimiento de las expulsiones, pero les hemos pillado. No se llegó a hacer con nocturnidad, pero sí a la hora de la siesta y con alevosía. Comenzaron el viernes 13 de agosto a la 13.30 horas. Cada vez que el ministro del Interior abrió la boca esta semana incidió en sus propias mentiras. Primero dijo que hablaron con todos los niños, luego que les habían trasladado la información, luego que no era su competencia, sino de la Ciudad Autónoma, y finalmente el presidente del Gobierno tras la reunión con el presidente de Ceuta dice que van a cumplir la ley, señal de que no la estaban cumpliendo. La jueza dice que no se ha cumplido y para nosotros el problema no es sólo Fernando Grande Marlaska, que ha hecho méritos sobrados para que su responsabilidad decayese inmediatamente porque ha demostrado ser una persona absolutamente incompetente para tamaña responsabilidad, sino la política migratoria de PSOE y Unidas Podemos. Más allá de las buenas palabras -que el papel lo aguanta todo- se han aliado con los postulados más conservadores, retrógrados y criminalizadores de la política europea. Hay una política de rechazo y de que no les queremos con nosotros.
P: ¿Cuántos menores siguen en España a la espera de que se les expulse de los que llegaron el 16 de mayo ?
R: De los 800 niños y niñas que llegaron, no nos consta que haya habido más expulsiones que la cincuentena de la semana pasada. Pero nos apoyamos en los datos de este Gobierno que miente.
P: ¿En qué situación se encuentran los que siguen en Ceuta?
R: Las compañeras que les tratan nos hablan de mucha ansiedad, miedo y desconfianza para volver al centro. Algunos se fugaron la semana pasada y están en la calle. Son personas en construcción. En mayo, les decían que volvieran al centro de tutela y ahora ven que las autoridades les han engañado y no les han protegido, por lo que les cuesta confiar en la Administración que ha utilizado el tejido social para luego expulsarles.
La edad media de los jóvenes está entre los 14 y los 17 años y todos proceden de Marruecos
P: ¿Qué edad media tienen los jóvenes y de qué zonas de Marruecos o de otros países proceden?
R: Nos consta que todos son de Marruecos y de pueblos muy diversos. Muchos son de la región de Tetuán. La edad media está entre los 14 y los 17 años. Aquello que nosotros desterramos de que la letra con sangre entra sigue en su país. Hasta un 25% de los niños que entraron nos han referido malos tratos. Se intenta acompañar a esos niños y niñas en el descubrimiento de su orientación sexual, en la canalización de los afectos, de la compatibilidad de su físico con su sentimiento sexual, pues muchos nos hablan de acoso y persecución por encuadrarse en lo que aquí sería el colectivo LGTBI.
P: ¿Qué esperan de España?
R: Un lugar tranquilo donde vivir sin miedo. Como anécdota significativa, en Ceuta hay unos espacios alrededor del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) a los que ellos llaman 'sitios tranquilos', lugares donde buscan la serenidad, el no sentirse perseguidos. Nosotros negamos que haya un efecto llamada, lo que hay es un efecto huida del lugar donde se les persigue.
P: ¿Buscan tener un futuro, un trabajo, como el de cualquier joven nacido en Europa?
R: Después de 25 años compartiendo la vida y la casa con estos chicos veo que lo primero que buscan ni siquiera es un techo en condiciones sino formarse para tener un futuro mejor. En el caso de Madrid, muchos de los jóvenes que fueron tutelados siguen en la oscuridad de la sociedad, trabajan 11 y 12 horas al día cobrando 30 euros no con el fin de gastárselo en zapatillas, irse a una discoteca o comprarse una PlayStation, sino mandar dinero a sus familias. Son chavales que nos dan mil vueltas respecto a imaginar otro futuro.
Nos alarman las declaraciones de ministros en sus visitas mega fotografiadas a la base de Torrejón donde han llegado los afganos cuando dicen que Europa necesita mano de obra
P: ¿Se ven encajados en una serie de futuros trabajos?
R: Si, porque lo que prima al final no son los méritos, sino tus orígenes familiares y nacionales. Seguimos siendo una sociedad con riqueza solidaria y de acogida pero también muy utilitaria. Nos alarman las declaraciones de algunos ministros en sus visitas mega fotografiadas a la base de Torrejón donde han llegado los afganos que huyen de la realidad de su país cuando dicen que Europa necesita mano de obra. Eso es una lectura, pero no puede ser ni la primera ni la única que hagamos de las personas migrantes.
P: Algunos partidos políticos asocian la delincuencia con los menores no acompañados. Después de tantos años haciéndoles seguimiento, ¿constatáis esa delincuencia?
R: Ni nuestra experiencia ni los datos que nos ofrecen entidades nada sospechosas como el Consejo General del Poder Judicial nos hace hablar de mayor existencia de delitos entre los menores inmigrantes. Hay críos que efectivamente desarrollan conductas hasta cierto punto entendibles por su situación. Imagino que los que llevan días escapados en Ceuta no están en huelga de hambre. A mí me gustaría preguntar a mucha gente dónde cree que estaría en una situación vital similar. Es falsa la relación que se establece entre delincuencia y menores inmigrantes, pero hay mucha gente que no está dispuesta más allá de las palabras a compartir un pelín de su mesa.
P: ¿En qué consiste vuestro trabajo con los menores no acompañados?
R: En ofrecer algo más que un techo y un bocadillo tipo albergue. Brindarles un hogar que puedan hacer suyo. Hay varias casas de la organización y luego estamos algunos que hemos abierto la nuestra, como una familia que tiene sus dos hijos y ya han acogido a cuatro muchachos o un soltero a otros dos. Nos gusta más hablar de efecto manta que de red de acogida. La red nos enreda, pero la manta nos cobija y da seguridad. En mi casa ahora mismo hay un chico saharaui, dos marroquíes, uno sirio y otro senegalés más nosotros dos, españoles. Lo que a bote pronto puede parecer estrambótico o difícil, pero funciona. Algunos chicos llevan seis o siete años sin ver a sus padres y debe ser horroroso. Se trata de situaciones que no salen en los titulares pero es una ayuda subterránea que nos constituye como personas y ciudadanos. Al final es como cuando antes se acogía al primo de un vecino del pueblo que llegaba a Madrid para que no fuera a vivir a una pensión. Aquellas cosas que vemos en las películas en blanco y negro nos parecen bonitas se pueden potenciar.
No entiendo el silencio clamoroso de Podemos
P: ¿Qué esperáis del Gobierno a partir de ahora?
R: Esperaba mucho hasta la reunión de los dos presidentes del Gobierno y de Ceuta. Ahora espero poco. Vuelven a reiterarse en las expulsiones y no entiendo el silencio clamoroso del partido que cogobierna, Podemos. Espero que la sociedad reaccione no sólo respecto a la hospitalidad de estas criaturas sino también para exigir consecuencias a estos atropellos. Desearía que el Gobierno cambiase su orientación política respecto a las personas migrantes pero tengo la sensación de que en España y Europa no estamos en esas lindes más allá de la publicidad que se ha hecho con la situación de los afganos. Nuestra experiencia es que el poder no sólo no considera el trabajo del tejido social sino que lo denuesta. Tanto al Ministerio del Interior como al Gobierno les ha salido una china y no están dispuestos a hablar con nosotros. Vamos a seguir priorizando que a los niños y niñas se les trate como tal y entendemos que tienen que ser acogidos por el Estado y tutelados. España es bien grande, nos consta que hay plazas vacías en comunidades autónomas para ofrecerles un lugar donde poder soñar un futuro mejor.
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