En Linares la ruta que enfila la calle Jaén lleva directa, sin pérdida, hasta el cementerio. “Coger el camino de la calle de Jaén” es una expresión local cargada de malos augurios. La ciudad de pasado minero, emplazada en las primeras estribaciones de Sierra Morena, digiere aún el amargo final que hace una década acalló Santana Motor mientras denuncia el olvido que alimenta el éxodo demográfico y el limbo que habitan todas las promesas. En sus arterias laten los agravios hacia la capital jienense que ha llevado a algunos de sus vecinos a apostar por erigirse en la novena provincia de Andalucía.
“Es una ciudad que tiene mucho potencial pero que se siente abandonada por las administraciones, una situación que ha sucedido durante años”, admite en declaraciones a El Independiente Raúl Caro-Accino, alcalde de la localidad. Situada a las puertas de Andalucía, Linares se asienta sobre un pequeño altiplano, entre Sierra Morena en el norte y la campiña y el valle del Guadalquivir en el sur. Corazón industrial en una provincia olivarera, lidera la clasificación nacional de localidades con mayor tasa de desempleo. Una realidad sombría que se cuenta por trenes perdidos.
“Acabamos de saber que van a suprimir una circulación ferroviaria. Es un ejemplo del olvido de las administraciones. Ésta es una ciudad dejada de la mano de la Junta de Andalucía y del Gobierno central”, lamenta Javier Bris, líder de Cilu, un partido local creado hace una década al abrigo de la Escuela Politécnica Superior del municipio, una de las instituciones que evocan el esplendor pretérito y hoy sirve esencialmente para crear y exportar talento. “Los jóvenes estamos agotados. A mí me cuesta mucho imaginarme mi futuro a medio plazo en Linares. La inmensa mayoría de los que estudiaron conmigo ya no vive aquí”, confiesa.
LA ESPAÑA CENTRÍFUGA
Con tres concejales, Bris llegó a ser teniente de alcalde en virtud del pacto alcanzado en 2019 para desbancar del consistorio al PSOE tras dos décadas ininterrumpidas. El acuerdo, que incluía al Partido Popular y Ciudadanos con 5 escaños respectivamente en un pleno de 25, saltó por los aires en enero tras una remodelación unilateral de Caro-Accino (Cs). Desde entonces Bris y su grupo ocupan las bancadas de la oposición. “Es una ciudad que ha sufrido mucho y que desde el cierre de Santana no termina de levantar el vuelo porque se han encadenado varias crisis, la propia con una destrucción de unos 2.400 puestos de trabajo, y las internacionales”, analiza.
"Los jóvenes estamos agotados. A mí me cuesta mucho imaginarme mi futuro a medio plazo en Linares"
JAVIER BRIS, LÍDER DEL PARTIDO CILU
De las minas de plomo a Santana
La minería fue, mucho antes de Santana, el motor de la ciudad. A finales del siglo XIX las minas de plomo de la comarca llegaron a contarse entre las primeras del mundo. “Estuvo muy vinculada a la minería desde el siglo XVI. Felipe II vio que el plomo era interesante para hacer balas y obras públicas”, rememora Ramón Soler, profesor de Derecho Financiero de la Universidad de Jaén. “Linares se independiza entonces de Baeza, la ciudad que era matriz. La minería tiene altibajos, momentos de esplendor y abatimiento, pero a mediados del XIX Linares eclosiona porque la tecnología hace que sus reservas de plomo sean rentables”.
La última mina de Linares cerró en 1991 y con ella uno de los períodos más pujantes de la ciudad
La geografía de pozos, chimeneas, escombreras o fundiciones dibujan el paisaje aún presente de una actividad ya extinta que durante décadas mereció fuertes inversiones británicas y francesas. Las minas de la Cruz fueron las últimas en echar el cierre, en 1991. Y con ellas, uno de los períodos más pujantes de la ciudad. En paralelo, en 1956 había nacido Metalúrgica de Santa Ana, rebautizada más tarde como Santana Motor, dedicada primero a la fabricación de maquinaria agrícola y un lustro después a los todoterrenos Land Rover Santana.
De las muchas empresas que se crean, Santana se convierte en el paradigma
RAMÓN SOLER, PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE JAÉN
“De las muchas empresas que se crean, Santana se convierte en el paradigma. Se organiza como una empresa de tipo fordista donde todo se hace dentro de la propia factoría, desde el tornillo hasta el producto final”, recuerda Soler. Los problemas comienzan a aflorar finales de la década de 1980. Land Rover abandona la aventura y la nipona Suzuki va adquiriendo capital hasta controlar más del 80 por ciento en 1993. Dos años después y en un ambiente marcado por las huelgas, los japoneses empacan y se marchan, vendiendo una empresa en caída libre a la Junta de Andalucía.
“La administración se hace cargo de algo que no sabe gestionar, una empresa de automóviles”, subraya Soler. “Había varias salidas, entre ellas convertirse en una fábrica de componentes, pero se consultó a los trabajadores y se optó por las prejubilaciones y el cierre. A ellos les podía interesar aquella solución pero no era eso lo que interesaba socialmente”, añade. Las prejubilaciones, que suponen un desembolso mensual de unos dos millones y medio de euros, han sellado la paz social pero no han resuelto el drama para las generaciones más jóvenes.
Una década de promesas incumplidas
Durante los años previos a su agónico desenlace, los políticos socialistas de la época desfilaron por Santana para fotografiarse, sonrientes, en las cadenas de montaje. Desde Manuel Chaves o Gaspar Zarrías hasta José Bono, José Antonio Viera o Joan Clos. Algunos de ellos acabarían sentados en un banquillo, investigados por el escándalo de los ERE. En el caso de Santana, por el ERE que afectó a 663 trabajadores se hicieron pagos por valor de más de 98 millones entre los años 2001 y 2009. Durante la investigación del caso de corrupción se desveló la desaparición de un préstamo de 36 millones de euros concedido por la Junta y destinado al reflote de la compañía.
“Y de aquellos barros, estos lodos”, replica Bris. “Hay una situación de agravio comparativo con la capital, Jaén. Se han invertido allí millones de euros, por ejemplo, en un tranvía que sigue sin funcionar. Aquí, en cambio, no son capaces de arreglar la vía férrea o las naves del parque empresarial de Santana”, se queja el treintañero. Para hallar remedio a esta ausencia de inversiones, una plataforma ciudadana -bautizada como "Linares novena provincia"- reclama un cambio en el encaje territorial de la ciudad. “Podríamos ser populistas y asegurar que como provincia aparte nos iría mucho mejor y que, por tanto, ese es el remedio necesario. Pero no lo sabemos”, comentan a este diario miembros del movimiento, que exigen anonimato.
“Lo que sí sabemos es que dentro de la provincia de Jaén no podría habernos ido peor. Hemos pasado de ser motor industrial de Andalucía oriental a ser furgón de cola y líder de cualquier estadística negativa que podamos imaginar”, aducen. “Al menos en una provincia desligada no estaríamos bajo el desamparo de instituciones provinciales que se han propuesto alimentar a la ciudad de Jaén a costa de abusar y de expoliar todos los municipios de su provincia en un intento estéril y desesperado por asemejarla en algo a otras capitales del entorno como Córdoba y Granada”.
"Lo que sí sabemos es que dentro de la provincia de Jaén no podría habernos ido peor. Hemos pasado de ser motor industrial de Andalucía oriental a ser furgón de cola"
PLATAFORMA 'LINARES NOVENA PROVINCIA'
Ambiciones de provincia
Los caminos que transita la plataforma para justificar la mudanza administrativa conducen a Roma. “La conciencia provincial de los linarenses ha existido desde siempre, ya que incluso en época romana, Cástulo ya era capital de la provincia de Oretania que llegaba hasta Ciudad Real”, evocan. “El sentimiento provincialista más arraigado, firme y decidido en Linares surgió en la segunda década del siglo XX. Se creó incluso una comisión de políticos linarenses que viajaron hasta Madrid para solicitar a Miguel Primo de Rivera la creación de la Provincia de Linares”.
La demanda nunca prosperó. Hace una década, coincidiendo con el cierre de la única empresa de automoción del sur del país, la plataforma nació con linarenses desperdigados por el territorio nacional para “recuperar aquel espíritu provincialista tan necesario en estos tiempos amargos que vive nuestra ciudad”. Sus adalides invocan el artículo 141 de la Constitución. “Establece que bastaría con que las Cortes Generales elaborasen una ley orgánica que, a su vez, requeriría la modificación del Estatuto de Autonomía de Andalucía”.
Quizás lo que sí resulta necesario es dejar de pensar en provincias y apostar por un sistema territorial con unidades más operativas
JAVIER BRIS, LÍDER DEL PARTIDO CILU
Una reivindicación que, no obstante, cosecha escaso apoyo en la escena política. “Creo que la división territorial de Andalucía es la que es y, si caemos en eso, volveríamos a lo de siempre, a pedir cosas que son muy difíciles y casi imposibles de conseguir en lugar de trabajar todos juntos para el desarrollo de esta ciudad y esta comarca”, contesta el alcalde. “No tiene sentido compararnos con nadie. La capital es la capital y el resto tenemos que jugar nuestro papel”.
Para Bris, la creación de una nueva provincia significaría “seguir atomizando el mapa político de España”. “Quizás lo que sí resulta necesario es dejar de pensar en provincias y apostar por un sistema territorial con unidades más operativas que la provincia, como pueden ser grandes comarcas y autonomías. Las competencias de la diputaciones pueden recaer perfectamente en los consejos comarcales o bien en las delegaciones o subdelegaciones de los respectivos gobiernos central y autonómico”, detalla.
A principios de este año Linares ocupó titulares tras la detención de dos policías nacionales fuera de servicio por agredir a un hombre y a su hija de 14 años en la terraza de un céntrico bar, lo que desencadenó graves disturbios en las calles que se saldaron con 13 detenciones -entre ellas las de varios menores- y 19 agentes heridos. “El ambiente es hoy justo el que se pretendía cuando se disparó con fuego real contra la población linarense. El ambiente ha muerto, por miedo a los tiros, vaciado de su espíritu reivindicativo hasta dentro de otros 15 o 20 años, cuando volverán a callarnos con disparos y porras en las costillas. Es cíclico y ha sido siempre así”, indican desde la plataforma.
“Esto no es una balsa de aceite pero aún así ese clima de tensión que se vivió a raíz de una agresión son hechos muy puntuales”, advierte Bris. “Una ciudad como ésta se halla tan presionada por el desempleo, la falta de inversión pública y la dejación de los gobiernos que cuando hay algún chispazo, prende”, recalca. Caro-Accino reconoce que las promesas que nunca llegaron, entre ellas, la estrella del plan de industrialización bautizado ‘Linares Futuro’ que buscaba atraer a nuevas empresas. “Somos una ciudad industrial en un enclave totalmente agrícola y tenemos que seguir con ese desarrollo industrial. Aquí sigue habiendo mucha industria y no es cierto que se haya desindustrializado”, matiza el regidor.
"Lo que se conocen como los pueblos de la Nacional IV, desde que se entra por Despeñaperros, han tenido una falta de inversiones tremendas. Para que los proyectos cuajen se necesitan inversiones reales"
RAÚL CARO-ACCINO, ALCALDE DE LINARES
El abandono que durante una década ha campado a sus anchas por la antigua factoría de Santana Motor, un recinto de 300.000 metros cuadrados, es la instantánea de las horas bajas de Linares, que se ha dejado alrededor de 5.000 habitantes desde 2011. “Estamos consiguiendo un cambio de modelo”, murmura el alcalde. Su corporación se halla a la espera de la luz verde autonómica para iniciar la intervención en el parque empresarial. “Estamos recibiendo ya empresas, desde un enorme centro comercial de Mercadona hasta un centro de competencias digitales de Renfe o una sede de Evolutio, la antigua British Telecom”, enumera satisfecho.
A juicio de Bris, su otrora socio de coalición, “es mentira que el parque haya sido transferido al municipio”. “Sigue siendo propiedad de la agencia Idea de la Junta. Al ayuntamiento lo han puesto poco más o menos que de comerciales”, zanja. El alcalde lamenta que el abandono afecta a “toda la comarca norte de Jaén". "Lo que se conocen como los pueblos de la Nacional IV, desde que se entra por Despeñaperros, han tenido una falta de inversiones tremendas. Para que los proyectos cuajen se necesitan inversiones reales”, alega.
Las voces que participan en este reportaje describen una “ciudad agradable, donde se vive bien”. “Una ciudad con una posición estratégica, viva y con mucho potencial”, dice su alcalde. “Cerraron El Corte Inglés e Inditex pero se está reactivando el comercio alternativo. Hay gente que se atreve a intentarlo. Es una ciudad valiente que vivía hasta ahora de una falsa esperanza”, opina Soler.
En el vocabulario local, a la vergüenza se la prefiere llamar “lache”. “Lache”, en este caso, por una década ominosa de la que sus vecinos, curtidos en años de luchas obreras, quieren sacudirse. “Linares siempre ha vuelto. De los propios linarenses depende que el actual declive perdure por 30 o 300 años. Futuro hay”, aseguran desde la plataforma que sueña con ser provincia.
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