Mucha más carne que pescado, abundante precocinado y conservas, escasa presencia de verduras, legumbres, pasta y arroz y lácteos en el postre y bollería para el desayuno. Así es, en líneas generales, el menú penitenciario que ha preparado el Gobierno vasco para alimentar a la población reclusa de las tres prisiones de Euskadi cuya gestión asumirá en apenas dos semanas y media. Las prisiones de Basauri, Martutene y Zaballa cuentan actualmente con un total de internos que ronda los 1.300. Darles de desayunar, comer y cenar es una de las competencias y responsabilidades que también incorpora la asunción de esta competencia.
A partir de ahora las arcas públicas tendrán que desembolsar una cantidad significativa que hasta ahora asumía Instituciones Penitenciarias sólo en concepto de alimentación para los presos. La Administración vasca ya tiene planificado cómo será el plan de cocinado y el perfil de productos que se emplearán a lo largo de todo el año 2022. Los cálculos estimados sitúan el gasto medio diario por interno de alrededor de 5 euros en concepto de desayuno, comida y cena. En total, el gasto por este concepto supondrá a lo largo del próximo año algo más de 2,56 millones de euros.
Además de las políticas de reinserción, resocialización y gestión de las tres instituciones penitenciarias, los nuevos responsables de las cárceles, el Gobierno vasco, tiene que hacerse cargo de la contingencia diaria que supone alimentar a los presos y que hasta ahora asumía el Ente Público Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo, dependiente de Interior. Pese a que a partir del 1 de octubre próximo será a todos los efectos el Gobierno vasco el único responsable de gestionar las cárceles vascas, lo hará sin asumir por ahora la alimentación, sí la abonará pero no la gestionará hasta el 31 de diciembre. El acuerdo por el que se traspasó esta competencia ya estableció que el Ente público Trabajo Penitenciario continuaría haciéndose cargo de esta responsabilidad a lo largo de todo este año.
Talleres de 'cocina-alimentación'
De cara a 2022, el Gobierno Urkullu ya ha licitado el concurso para que las empresas que lo deseen presenten ofertas para proveer las materias primas necesarias que se requerirán en las tres cárceles durante todo el próximo año. El coste estimado en materias primas es de algo más de 7.000 euros diarios. Productos y alimentos que se cocinarán en las propias cárceles, tal y como se venía haciendo. La Administración vasca mantendrá los llamados “talleres de cocina-alimentación” en los que los internos serán los encargados de elaborar los menús previstos.
La compra de productos y materias primas que ha establecido Euskadi se acogen a lo previsto en el artículo 226 del reglamento penitenciarios que determina que se debe proporcionar a los internos una alimentación que responda a sus exigencias dietéticas “y a las especificidades de edad, salud, trabajo, clima, costumbres y, en la medida de lo posible, convicciones personales y religiosas”.
La licitación de materias primas hecha por el Ejecutivo vasco contempla hasta 25 lotes diferentes en función del tipo de producto a suministrar. Sin duda, lo que más comerán los internos que cumplen condena en las cárceles vascas será carne. Es la que absorbe dos de las partidas más elevadas, la referida a carne de ave y caz (270.000 euros) y la relativa a la carne fresca (329.000 euros). De este modo, casi uno de cada cuatro euros destinado a la alimentación de la población reclusa se dedicará a productos cárnicos.
Es prácticamente el doble que el pescado que está previsto proveer para la elaboración de menús el próximo año. Las cocinas penitenciarias recibirán pescado por un valor que rondará los 284.000 euros, en su inmensa mayoría en forma de pescado ultracongelado.
Codorniz y merluza
En la licitación se llega a detallar qué tipo de carnes y pescados se deben suministrar. Así, en el primer caso el menú cárnico de los internos abarcará desde codornices hasta conejo, gallina y pollo, además de solomillo de cerdo, carne picada, chuletas o costillas. En el caso del pescado, la merluza, el lenguado el chicharro o el salmón formarán parte de la dieta.
Las verduras y hortalizas, en cambio, apenas tienen peso en la oferta. La solicitud de las autoridades públicas a quien vayan a licitar es por un volumen de apenas 137.000 euros, de las que algo más de una tercera parte es producto congelado. El resto de productos abarcan un amplio abanico de materias primas: legumbres y arroz (51.852 euros), pastas y sopas (21.081 euros), embutidos (105.114 euros), conservas (148.304 euros). Leche (129.440 euros) o fruta (187.614 euros).
Se trata de uno de los primeros contratos que con motivo de la asunción de la competencia en la gestión de las prisiones lleva a cabo el Gobierno vasco. Una transferencia largamente reclamada y que el pasado 10 de mayo rubricó el Gobierno de Pedro Sánchez para que Euskadi se convierta junto a Cataluña en la segunda comunidad autónoma con gestión propia sobre los centros penitenciarios.
Ser titular de la gestión no supondrá ningún cambio en la política penitenciaria que deberá aplicar y que continuará siendo de competencia estatal. Sin embargo, sí permitirá a las autoridades vascas aplicar su propio modelo de gestión interna y progresión de los internos. El llamado ‘modelo vasco’ penitenciario apostará de modo especial por dar un impulso a las políticas de reinserción de los internos, facilitando procesos de reintegración social, minimizando los periodos de privación de libertad en favor de sistemas de semilibertad, así como reforzando los procesos de formación de los presos y de reparación a las víctimas.
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