Pedro Sánchez liderará la delegación del Gobierno en la mesa de diálogo con Cataluña, que se celebrará este miércoles 15 de septiembre en Barcelona. Así lo ha confirmado él mismo en una entrevista en TVE, en la que ha justificado su presencia en el foro para "avanzar en la línea de diálogo y reencuentro" con la Generalitat.

Sin embargo, ha marcado una serie de líneas rojas a las peticiones que el independentismo catalán llevará a la cita con la delegación presidida por Sánchez, y ha descartado hablar de referéndum porque "no es lo que necesita Cataluña en este momento". "Lo que sea España lo tenemos que decidir entre todos los españoles", ha zanjado el presidente del Gobierno, que ha pedido al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, hablar "de las cuestiones en las que nos podemos entender".

En todo caso, Sánchez ha defendido la posibilidad de llegar a un "acuerdo" a partir del próximo miércoles para solucionar el conflicto catalán que, sin embargo, deberá estar dentro de los márgenes constitucionales. Y ha enarbolado su papel al frente de un Gobierno que, ha asegurado, trabajará para "reducir la distancia entre los catalanes".

Las reacciones no han tardado en llegar. Pese a la negativa de Sánchez de hablar de referéndum y autodeterminación como exige la bancada independentista, el jefe de la oposición, Pablo Casado, ha advertido de la "gravedad" de que Sánchez pueda aceptar un referéndum para Cataluña si llega a un "acuerdo" el miércoles con el Gobierno de la Generalitat. "Se está llegando demasiado lejos por un puñado de votos y una investidura", ha afirmado, en una entrevista en COPE.

En la entrevista, Sánchez ha rectificado la posición del Gobierno respecto a la presencia del Rey Felipe VI en el acto de entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona, después de que el año pasado el Ejecutivo alegase motivos de «convivencia» para vetar la presencia del jefe del Estado. «Siempre he defendido que tiene que estar presente en Cataluña», ha añadido.