Pedro Sánchez llega este miércoles a Barcelona para protagonizar un encuentro que debía ejemplificar el punto álgido de la alianza entre PSOE y Esquerra tras la concesión de los indultos a los condenados por el 1-O. Sin embargo, entrará en el Palau de la Generalitat con un ambiente enrarecido después de que Esquerra primero, y Junts después, hayan dinamitado en quince días los dos grandes acuerdos entre Gobierno e independentistas: la ampliación del aeropuerto de El Prat y la mesa de diálogo.

Al menos así lo entienden los socialistas, que responsabilizan a Esquerra de la suspensión de la ampliación de El Prat, y a Junts de la crisis de la mesa de diálogo antes incluso de haberse reunido. Un criterio que, paradójicamente, comparten los socios de Govern. JxCat no ha dejado de señalar a Pere Aragonés por la crisis del aeropuerto, y Esquerra acusa a JxCat de dinamitar la mesa de diálogo con su propuesta de delegación, en la que incluyeron a los condenados Jordi Sánchez, Jordi Turull.

En este contexto llegará el presidente del Gobierno al Palau de la Generalitat, donde será recibido en la Sala dels Diputats -la antesala del despacho del president- por Pere Aragonés. Tras el encuentro con el presidente catalán, ambos se trasladarán a la Sala Torres García para "encabezar la sesión de trabajo" de la mesa de diálogo, según la nota distribuida por la Generalitat.

El mismo modelo que se siguió hace un año y medio, en la única reunión formal celebrada por la mesa. Encuentro de los presidentes -entonces Sánchez y Quim Torra- que "se hacen la foto" con las dos delegaciones para que posteriormente sean éstas las que entren en el debate.

Reiniciar la negociación

De hecho, el Gobierno ha argumentado en los últimos días que en ese primer encuentro se acordó que ni presidentes ni vicepresidentes participarían de nuevo en la mesa hasta que hubiera algún pacto que ratificar. Pero desde Esquerra se respondía que, después de tanto tiempo y de un cambio de gobierno en la Generalitat, había que "reiniciar el proceso" de negociación. Un reinicio que servirá para que Aragonés consiga el mismo reconocimiento político obtenido en su día Torra gracias a los desvelos de Esquerra.

Estos son los precedentes que han llevado a la última crisis en el seno del independentismo, provocada esta vez por la decisión de Junts de proponer como representantes en la mesa a Jordi Sánchez y Jordi Turull, además de la portavoz en el Congreso Miriam Nogueras, pese a la insistencia de Aragonés por fijar una mesa de composición exclusivamente gubernamental.

El resultado es que Sánchez y Aragonés presidirán una mesa más que descompensada. El Gobierno estará representado por la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez y el de Cultura, Miquel Iceta, por parte socialista. Y la vicepresidenta Yolanda Díaz y el titular de Universidades. Frente a ellos, apenas dos consejeros republicanos, Laura Vilagrà y Roger Torrent.

Por eso se han caído de la convocatoria, en el último minuto, los ministros catalanes Raquel Sánchez y Manuel Castells, socialista y morado respectivamente.

Torrent ante el TSJC

Torrent, consejero de Empresa, habrá pasado previamente por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) donde este miércoles debe declarar en calidad de imputado por desobediencia. Se trata de la causa abierta contra la anterior Mesa del Parlament, que Torrent presidía, por haber tramitado propuestas de resolución sobre el proceso independentista.

La causa se abrió a raíz de una querella de la Fiscalía contra los miembros de la Mesa por presuntamente haber desobedecido al Tribunal Constitucional. La querella de la Fiscalía se refiere también a una resolución tramitada el mismo día y que "reiteraba la reprobación" al Rey después de que el TC ya había declarado inconstitucionales los apartados de otra resolución en el mismo sentido.