La Dirección General de la Guardia Civil descarta a corto plazo incrementar el número de agentes destinados en la Agrupación de Tráfico, a pesar de que esta plantilla ha perdido un millar de efectivos en la última década y numerosos destacamentos están muy mermados por falta de personal. Con la dotación actual hay un funcionario por cada 3.722 vehículos asegurados en España.
En respuesta a una pregunta del grupo de Vox en el Congreso, fechada el pasado 21 de agosto y consultada por este diario, el Gobierno ha cifrado en 8.672 el número de guardias civiles que prestan hoy servicio en Tráfico, una agrupación creada en 1959 para la vigilancia y control de las vías interurbanas tras el inicio del boom automovilístico en el país.
El Cuerpo que dirige María Gámez asegura que mantiene "permanentemente actualizados los estudios necesarios para adecuar el grado de cobertura del catálogo de puestos de trabajo de las unidades", descartando un refuerzo en lo que queda de año. "No es previsible un aumento del catálogo en la misma en el presente ejercicio, ya que la Jefatura de la Agrupación de Tráfico, así como el resto de escalones de mando de la organización periférica del Cuerpo, reorientan y adaptan permanentemente los servicios en aras a conseguir un uso eficiente y de optimización de los recursos disponibles, tanto humanos como materiales", razona.
El número de agentes que la Guardia Civil destina a labores relacionadas con el control del tráfico, la investigación de accidentes y el auxilio y asistencia en carretera viene reduciéndose de forma progresiva al menos desde 2010 al no haberse cubierto con nuevos ingresos las vacantes que se han ido produciendo por jubilaciones, traslados y fallecimientos.
En 2008, la agrupación contaba con una plantilla superior a los 10.000 agentes. Dos años después, la cifra se situaba en 9.800 y no ha parado de bajar desde entonces, según los datos difundidos por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC): 9.673 (2011), 9.634 (2012), 9.356 (2013), 9.273 (2014), 9082 (2015), 8.962 (2016), 8.852 (2017)... hasta los 8.672 que ha reconocido ahora el Gobierno, 1.001 menos que hace justo diez años.
Tasa de reposición
El pasado mes de abril, el entonces general-jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Ramón Rueda Ratón, reclamó un refuerzo de la plantilla para poder "mantener un nivel mínimo adecuado en carretera". "En cinco años [2010-2014], en toda la Guardia Civil, no llegamos a 1.000 componentes de ingreso. Eso lo seguimos arrastrando todavía", señaló durante su intervención en la jornada titulada La reforma de la Ley de seguridad vial: Un futuro de movilidad más segura, organizada por el EY Mobility Center. No será Rueda Ratón quien vea en el futuro el hipotético incremento de efectivos desde el Mando de la Jefatura de Tráfico: en junio pasó a la situación de reserva.
Entre 2011 y 2014, debido a las restricciones presupuestarias provocadas por la crisis económica, la tasa de reposición para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se fijó en el 10 %, un umbral claramente insuficiente para cubrir las vacantes que se fueron generando durante esos ejercicios. En 2015 se elevó al 50 % y en 2016 al 100 %, situándose en los últimos años en el 115 %.
La falta de plazas convocadas no es la única razón que esgrimen las asociaciones profesionales de la Guardia Civil para justificar la paulatina pérdida de efectivos que viene registrando la agrupación, donde impera de forma mayoritaria el aspecto vocacional. También aseguran que la especialidad ha dejado de ser atractiva para muchos agentes al haberse ido reduciendo la diferencia salarial con otras unidades que existía antaño. "Cuando se fundó, estar en Tráfico significaba cobrar el doble que el guardia civil del puesto", indica un funcionario que lleva 22 años en la agrupación.
El anterior general jefe reclamó en abril un refuerzo de la plantilla para poder "mantener un nivel mínimo adecuado en la carretera"
Desde la AUGC llaman la atención sobre el hecho de que no sólo sigue sin revisarse desde hace "al menos 12 años" la productividad 'O3' -antiguo suplemento de seguridad vial y con una dotación mensual de 142,5 euros- sino que no se ha recuperado aún la cuantía que percibían hasta que se redujo el sueldo por la crisis a los funcionarios en 2010 (entonces estaba fijada en 150 euros). "Hemos solicitado que se aumente la productividad significativamente. No vale que te suban 50 euros, la gente necesita tener un incentivo todos los meses. Y, además, tendría que ser fijo y que el jefe no tenga la capacidad de decir si se da o no", reivindican.
En este contexto, la asociación APROGC demanda un "complemento de peligrosidad" para los integrantes de la agrupación, la especialidad de la Guardia Civil con más fallecidos en acto de servicio: más de 340 desde su fundación. El último agente perdió la vida el pasado 10 de agosto en una carretera del término municipal de Catoira (Pontevedra) cuando se dirigía a prestar auxilio en un accidente.
"Para facilitar la continuidad profesional de los componentes de la Agrupación creemos que se deberían crear nuevos puestos de trabajo en el catálogo para los empleos de capitán, comandante y brigada/subteniente. También consideramos que se debería acortar la edad de las motocicletas, renovando aquellas que tengan más de 10 años", defienden desde APROGC.
Conciliación familiar
La dificultad para conciliar la vida laboral y personal es otro de los motivos que esgrimen los guardias civiles consultados por este diario a la hora de explicar la pérdida de atractivo en el Cuerpo. "Dos o tres fines de semanas al mes los tienes hipotecados por controles de alcoholemia. Se vive mejor en un puesto rural de seguridad que en la agrupación", inciden desde la Asociación Escala Suboficiales de la Guardia Civil (ASESGC).
Esta organización no pasa por alto el hecho de que se hayan incremento los cometidos para las parejas de motoristas, convertidas en "patrullas polivalentes" que igual levantan atestados, ponen radares, hacen pruebas de alcoholemia o atienden accidentes frente a la especialización de años atrás. "El guardia civil sale saturado del servicio, se ve mal pagado y muchos prefieren la comodidad de una puerta, la garita de una cárcel o en una sala de pantallas ganando casi lo mismo", añaden.
Las críticas de los agentes de Tráfico alcanzan también al sistema actual de baremación de méritos para los concursos de traslados, al considerar "injusto" que la acreditación del nivel de inglés equivalga a nueve años en la especialidad. Ello, dicen, dificulta que guardias civiles puedan acercarse a destinos más próximos a sus localidades de origen.
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