Mohamed Akeik es un dirigente histórico del Frente Polisario. Fue primer ministro de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática y escribió las primeras acciones del movimiento contra las autoridades de la entonces provincia española del Sáhara Occidental. Una de sus hazañas fue atentar en octubre de 1974 contra la cinta transportadora de Fos Bucraa. Tres semanas después fue detenido en El Aaiún y permaneció en una cárcel de La Palma durante un año.
Akeik conoce bien los entresijos de la resistencia y las cicatrices de la guerra. Las lleva marcadas en el rostro. Durante el primer conflicto con Marruecos, antes del alto el fuego decretado en 1990, resultó herido de gravedad por la detonación de una mina. Ahora, curtido en mil batallas, ejerce como ministro de los territorios ocupados y de la diáspora, realidades ambas trastocadas por la reanudación de las escaramuzas bélicas. “La represión en el Sáhara ocupado se ha multiplicado más de un 200 por ciento desde el inicio de la guerra”, advierte Akeik en una entrevista con El Independiente.
La intención saharaui de crear un ambiente para que la cuestión fuera resuelta por vía pacífica dándole confianza a la ONU ha acabado en decepción
Pregunta.- ¿Cuál es la situación hoy en los territorios ocupados?
Respuesta.- Durante la primera guerra, que duró 16 años, Marruecos ejecutó en el Sáhara ocupado un plan de exterminio total del pueblo saharaui. Pero treinta años después del cese el fuego, la intención saharaui de crear un ambiente para que la cuestión fuera resuelta por vía pacífica dándole confianza a la ONU ha acabado en decepción. Durante estas tres décadas la lucha fue totalmente pacífica, proclamando lemas que exigían los derechos del pueblo saharaui. Ahora el régimen marroquí conoce nuestro mensaje en contra de su invasión y a favor de la independencia. Sigue aplicando la forma más dura de presión y control sobre los territorios contra los nacionalistas saharauis que residen en él. El plan es aterrorizar e impedir cualquier gesto o cualquier movimiento, por mínimo que sea, de rechazo a esa ocupación.
P.- ¿Cómo cambia el escenario la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea contra el acuerdo pesquero entre Bruselas y Rabat?
R.- La sentencia puede ser recurrida pero el tribunal ha demostrado que ha realizado un trabajo muy legal, muy justo y objetivo en sí mismo. Resulta difícil que cambie eso. Tanto el tribunal europeo como otros organismos de la ONU y la Unión Africana han adoptado resoluciones similares.
P.- ¿Hay en la actualidad grupos armados que estén actuando en nombre del Frente Polisario en los territorios ocupados?
R.- Hasta este momento, no.
P.- ¿Está contemplada su constitución?
R.- Es más que un plan, un objetivo. Es un derecho. La legalidad internacional reconoce al pueblo saharaui su derecho a luchar por su independencia.
P.- ¿Existe una estrategia para sabotear instalaciones e intereses marroquíes en los territorios ocupados?
R.- En los primeros años de la creación del Frente Polisario, en la lucha por la liberación, se llevaron a cabo acciones similares contra el colonialismo español en aquel entonces. España abandonó de forma muy vergonzosa el Sáhara. Firmamos muchas operaciones, tanto militares como de sabotajes y de prisioneros en los territorios ocupados.
P.- ¿Es ésa una posibilidad hoy?
R.- Es mucho más que una posibilidad.
El Sáhara Occidental, tanto el territorio como las demarcaciones marítimas y los espacios aéreos saharauis, son propiedad saharaui y es hoy una zona de guerra
P.- ¿En qué sentido?
R.- No voy a dar más detalles. Es algo interno. Lo hemos anunciado varias veces a la opinión pública internacional: el Sáhara Occidental, tanto el territorio como las demarcaciones marítimas y los espacios aéreos saharauis, son propiedad saharaui y es hoy una zona de guerra. Todo el mundo debería evitar meter mano o atravesar estos territorios porque resulta peligroso. Cualquier daño que pudiera sufrir es responsabilidad suya porque es una zona de conflicto, de guerra armada. Y la guerra.
P.- ¿Hablamos también de empresas multinacionales, incluidas españolas, que operen en los territorios ocupados?
R.- Hablamos de todos. Tanto empresas como consulados, empresas aéreas o de cualquier otro ámbito. Cualquier puede ser un objetivo porque la guerra se ha declarado y es contra Marruecos, no contra un muro. Algunas empresas españolas operan en temas pesqueros y yacimientos de minerales, así como en la energía eólica y solar.
P.- ¿Cómo se coordina con la resistencia interna?
R.- Eso son armas secretas.
P.- Se han producido recientemente ataques contra activistas saharauis en los territorios ocupados como Sultana Jaya…
R.- La situación es catastrófica. La amenaza que están llevando a cabo contra ellos y contra su familia constituye una violación de todos los derechos internacionales. La han violado, torturado, le han hecho pasar hambre, le han cortado la luz, el teléfono y el agua. Cualquier movimiento es abortado. Y la comunidad internacional no ha hecho nada.
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