Formalmente el Gobierno no tenía inconveniente en que sus barones autonómicos "tendieran puentes" en la defensa de intereses comunes, pero la realidad es que Moncloa y Ferraz han tocado a rebato para desmontar la cita del 2 de noviembre en Galicia. El objetivo, tal y como anunció este miércoles Alberto Núñez Feijóo, era consensuar un documento en torno a un nuevo modelo de financiación autonómica entre dos presidentes populares, cinco socialistas y el cántabro Revilla. Pero Moncloa se lo ha debido pensar mejor y ha desbaratado la cita con un goteo de bajas que ha empezado el extremeño Guillermo Fernández Vara, pero a las que no se ha apuntado el castellanomanchego Emiliano García Page.
El extremeño, que será próximo miembro de pleno derecho de la ejecutiva federal socialista, escribió en su cuenta de Twitter que le había trasladado al presidente Feijóo que "no me gustan los frentismos. Deberá aclarar si la reunión de presidentes en Galicia es para atacar a otras CCAA y al gobierno". Tampoco le gusta que "me utilicen y más división no es buena para los que creemos en el diálogo pero no en los frentes".
A él le siguió el asturiano Adrián Barbón, que por la misma red social se sumó a la crítica a Feijóo al afirmar que "coincido con Guillermo. No participaremos de ningún frente contra el Gobierno u otras CCAA. La postura de Asturias siempre ha sido buscar posiciones comunes con otras Comunidades en materia de financiación, no la confrontación, para afrontar el reto demográfico".
Suma y sigue. Porque otra de las convocadas el día 2 a la cumbre de Santiago de Compostela, la presidenta del ejecutivo riojano, Concha Andreu, también ha optado por declinar la invitación al entender que su objetivo "no tiene que ver con el origen de esa reunión de presidentes", nacida en el año 2018.
En el entorno de Page aseguran saber "para qué es este grupo y no vamos a alimentar polémicas estériles"
Tras el toque de atención de Moncloa y a las puertas del 40 congreso federal socialista, que arranca este viernes, rechaza la participación en una cita destinada a "tratar temas tan importantes como la financiación o el reto demográfico", cuando el Gobierno tiene "foros en los que llegar a acuerdos en temas tan importantes". Ante la complejidad de negociar un nuevo modelo de financiación autonómica -dado que el actual no sólo está caducado desde hace años sino que, además, no satisface a nadie- arguye que el Ejecutivo "está por la labor de intentar acercar las posiciones y llegar a un acuerdo y a un consenso generalizado". También el aragonés Javier Lambán mostró sus reticencias a una cita "frentista".
Quien hasta el momento ha decidido continuar adelante es el castellano-manchego Emiliano García Page. Aunque es cierto que al decisión final no la tomará hasta hablar con todos sus compañeros de filas, fuentes de su entorno aseguran tener claro "para qué es este grupo y no vamos alimentar polémicas estériles".
Destacan que "no es Cataluña el mayor riesgo ni el único" sino que el grupo se activó "a raíz de los movimientos de Valencia y de Andalucía", en referencia a la reunión que mantuvieron recientemente Ximo Puig y Juan Manuel Moreno para hablar, precisamente, de financiación autonómica. De modo que si hay comunidades que "se empeñan en plantearlo como un frente anti Cataluña se equivocan".
El grupo se activó tras la reunión de Ximo Puig y Juan Manuel Moreno
De hecho, Page viene defendiendo desde hace meses la necesidad de acercar posiciones sobre financiación a través de una ronda con presidentes autonómicos de distinto signo político.
Además existe una declaración de septiembre de 2018 firmada entonces por los populares Feijóo, José Ignacio Ceniceros y Juan Vicente Herrera (ex presidentes de la Rioja y de Castilla y León, respectivamente) y los socialistas Page, Javier Lambán y el ex presidente asturiano Javier Lambán, sobre la reforma del sistema de financiación autonómica en la que se apela al principio de igualdad de todos los españoles. A este grupo, que se constituyó gobernando Mariano Rajoy, se pretendía sumar a Extremadura y a Cantabria.
Con estos antecedentes, la voluntad de Feijóo es mantener la cita del día 2 en Santiago. El presidente de la Xunta defendió ayer frente a las deserciones que "aquí no hay ningún frente contra nada y no se hace reunión contra nadie", sino que se trata de un encuentro que ya se mantuvo en el pasado con seis presidentes autonómicos, al que se incorporan dos más, con el objetivo de firmar un documento en el que estén "todos de acuerdo" para aportar a la reforma del sistema de financiación "desde el sosiego y la tranquilidad" y constituir un "buen servicio a la gobernabilidad de la nación".
Es más, aseguró no constarle ninguna baja para pasar a insistir que no tiene ningún interés más que hablar de "demografía, despoblación, de la España vaciada y de financiación", informa Efe. Por eso sería bueno "que se les dejase hablar".
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