El 20 de noviembre es un día señalado en el calendario. La extrema derecha más radical y nostálgica recuerda a Franco en el aniversario de su muerte. La izquierda nacionalista vasca más extrema, a sus militantes Santiago Brouard y Josu Muguruza, asesinados por el terrorismo de Estado otro 20-N, el primero en 1984 y el segundo en 1989. Hasta ahora la izquierda abertzale se había limitado a recordar a ambos con ofrendas florales y sencillos actos de memoria. Ahora, EH Bildu quiere aprovechar esa jornada para una reivindicación más ambiciosa: la soberanía de Euskadi.
Para ello ha convocado una gran manifestación “nacional” en Bilbao bajo el lema “Lortu arte!” (Hasta conseguirlo), en demanda de una nueva relación con España y en favor de pasos por una “Euskal Herria de libres e iguales”. La convocatoria irrumpió en el calendario de la izquierda abertzale coincidiendo con el décimo aniversario del final de las acciones terroristas de ETA y tras la polémica suscitada por las palabras de Arnaldo Otegi en las que abogó por seguir trabajando en favor de los 200 presos de la banda en la cárcel, incluso ofreciendo para ello la aprobación de los presupuestos a Pedro Sánchez.
El aniversario de la aprobación del Estatuto de Gernika, que ayer cumplió 42 años, sirvió a EH Bildu para reprochar al PNV su perfil moderado en la batalla soberanista en favor de un nuevo encaje del País Vasco en el Estado. La convocatoria del día 20 de noviembre para reclamar “un país libre y de iguales” esta dirigida a “quienes queremos mayores cotas de soberanía para este país, quienes aspiramos a tener un Estado vasco, los independentistas de izquierdas”.
La izquierda abertzale se adelanta así al PNV en querer liderar el debate anunciado para este otoño en torno al nuevo estatus vasco que quedó aplazado la pasada legislatura. El proceso parlamentario culminó con la presentación de hasta tres propuestas de articulado para un nuevo estatuto y que en el caso del PNV supuso una ruptura con la izquierda abertzale, que presentó su propio modelo.
"Trabajar sin demora"
Ahora, en uno de los momentos en el que la relación entre ambos atraviesa un mal momento, EH Bildu solicita que ambas formaciones recuperen el acuerdo de bases y principios firmado en julio de 2018 y en el que se planteaba el derecho a decidir como uno de los ejes para una Euskadi de igual a igual con España. La propuesta, que Otegi tildó de “histórico”, sin embargo finalmente fue arrinconada por la formación de Andoni Ortuzar que optó por buscar puntos de consenso con el PSE y con Elkarrekin Podemos para rubricar su borrador de articulado.
Ahora la izquierda abertzale vuelve a insistir en apelar al PNV a “trabajar sin demora” aquellos principios, a “poner en practica” aquellas bases: “El nuevo estatus no es un capricho nacionalista, es una necesidad que tenemos como país”. El PNV anunció hace meses que este otoño convocaría una ronda de contactos con las distintas formaciones políticas para liderar la recuperación de este debate en la Cámara. Sin embargo, es la izquierda abertzale la que ya ha comenzado a movilizar a sus bases con actos como la gran manifestación del 20-N en la que reiterará las llamadas a entenderse al PNV sabedora de que no serán escuchadas y dejarán a la formación jeltzale, ante sus bases, como la que impide ir más allá en la apuesta soberanistas de la nación vasca.
Las dos formaciones nacionalistas vascas, PNV y Bildu, acumulan enfrentamientos cada vez más agudizados. La ruptura del acuerdo de bases fue uno más y parece complicado que ahora los dos partidos puedan volver a entenderse. El último, la consideración de insuficiente y tardía de la declaración de Arnaldo Otegi de reconocimiento del daño causado a las víctimas del terrorismo. Además, en Sabin Etxea mantienen la tesis de que cualquier avance en clave de autogobierno que supere al actual Estatuto de Gernika debe basarse en un gran consenso del en el que el PSE debería estar presente.
El PSE, cerca del PNV
En la formación de Idoia Mendia ya han asegurado que “no hay que entretenerse” en debates identitarios y menos aún de participar de “soluciones nacionalistas”. La apuesta de renovación del marco estatutario del PSE pasa por una actualización en clave social más que identitaria.
El nacionalismo vasco insiste en que con el Gobierno actual, liderado por Pedro Sánchez, las opciones de dar un paso importante en términos de mayor autogobierno son mayores que con un futuro Ejecutivo del PP. Por ello, Bildu llama a exprimir los dos años de legislatura que aún restarían.
En el caso del PNV la situación es algo incómoda. Sabedor de que la tesis de mayor acogida con el gobierno actual es cierta, sin embargo, la sociedad vasca ha cambiado de modo importante sus prioridades tras la pandemia. Si bien el descenso en las demandas identitarias acumula ya años de retroceso los últimos datos revelan que los indicadores han caído a mínimos históricos. El Sociómetro del pasado es de junio situaba en el 21% el apoyo de la sociedad vasca a la independencia, la cifra más baja desde 1995.
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