El proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2022 continúa su camino hacia la aprobación definitiva. Este jueves, el Congreso ha tumbado las siete enmiendas a la totalidad a las cuentas públicas que han presentado y defendido PP, Vox, Ciudadanos, JxCat, la CUP, Foro Asturias y Coalición Canaria, un trámite clave para la viabilidad de los Presupuestos de Sánchez que, tal y como advirtió el jefe de la oposición, Pablo Casado, pueden "ser los últimos" de la legislatura. En febrero de 2019, la admisión a trámite de los vetos totales presentados por diferentes fuerzas forzó la devolución del proyecto y la convocatoria de elecciones por parte de Sánchez.

El presidente del Gobierno no respiró tranquilo hasta el pasado viernes. Entonces, los socios de investidura del Gobierno -ERC, Bildu y PNV- mantuvieron en vilo al Ejecutivo de coalición con la amenaza de presentar sus propias enmiendas a la totalidad a los Presupuestos. Nacionalistas vascos y catalanes llegaron a un acuerdo in extremis con el Gobierno que, entre otras cuestiones, se saldó con compromisos como el de blindar la cuota de contenidos en catalán en plataformas de streaming o la cesión de la gestión íntegra del Ingreso Mínimo Vital para el gobierno vasco.

Pero Sánchez aún tendrá que "sudar", como sugirió el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, hasta la aprobación definitiva de las cuentas, cuyo debate se celebrará en vísperas de Navidad, el 22 y 23 de diciembre. Antes deberá sortear y negociar las enmiendas parciales de las cuentas públicas, con las que ERC, Bildu y PNV esperan obtener más contraprestaciones por parte del Gobierno central. Los socios de investidura asumen que éstas pueden ser los últimos Presupuestos de un Gobierno liderado por PSOE y Podemos antes de la celebración de elecciones que, salvo sorpresa, se celebrarán en 2023, por lo que han pisado el acelerador en sus exigencias al Ejecutivo.

En particular, los 13 votos de ERC en el Congreso resultan claves para que Sánchez pueda agotar la legislatura, y así lo ha dejado caer el portavoz de la formación en la Cámara Baja durante la sesión de este jueves, que ha finalizado tras casi trece horas de debate parlamentario. "No sé si les queda gasolina para tanto viaje", cuestionaba Rufián, que advertía que su negociación con el Gobierno para atar el 'sí' a la legislatura aún no ha terminado, poniendo el acento en el compromiso de pactar con ellos los contenidos de la nueva Ley del Audiovisual para incluir una cuota mínima de producción no sólo en catalán, sino también en gallego y euskera. "Un Gobierno progresista no puede legislar en contra de las lenguas de su país, sino a favor de la cultura", añadía.