No hay medias tintas. Isabel Díaz Ayuso está decidida a presidir el PP de Madrid pese a los obstáculos que parece poner Pablo Casado a la consecución de ese objetivo. Y este martes, festivo en la capital por el día de la Almudena, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha querido terminar el día dándose un baño de popularidad en El Hormiguero, desde donde ha lanzado una advertencia velada al jefe de filas del PP reafirmando su intención de tomar las riendas de la organización madrileña. "Esta es mi casa. Soy leal a mi partido y a los que han confiado en mí. Pero soy una persona con criterio propio, y me va a acompañar toda la vida (...). Soy una mujer libre e independiente y nunca voy a dejar de dar batallas por comodidad". La partida de ajedrez en el PP continúa.
La crisis interna del PP ha copado gran parte de una entrevista en que la presidenta de la Comunidad de Madrid ha desplegado un abanico de argumentos contra el criterio de Génova de obstaculizar su camino hacia la presidencia del PP de Madrid. "Otros presidentes autonómicos lo son también del partido porque da coherencia a la organización", ha esgrimido. Pero pese a la intensa pugna que ha fracturado al Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso ha insistido en el mensaje que envió a Casado hace poco más de un mes, durante la Convención del partido: no le moverá la silla a nivel nacional. "Mi carrera política empieza y acaba aquí en Madrid", ha insistido.
Sobre su relación actual con Pablo Casado, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha reiterado que es "buena" pese a estar atravesando por una "situación complicada" en el marco del conflicto de intereses por el control del partido en Madrid. "Si tuviera miedo de mí no me hubiera elegido a mí como candidata", ha remarcado, cuando el conductor del programa, Pablo Motos, ha cuestionado si la proyección política de la presidenta madrileña puede suponer un quebradero de cabeza para Pablo Casado.
Ayuso no ha escatimado en halagos hacia el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, cuya relación se ha tensado en las últimas semanas por la posibilidad de que Génova impulse finalmente su candidatura a unas primarias contra Ayuso para tratar de frenar a la presidenta. De hecho, tras fundirse en un abrazo durante la tradicional misa de la Almudena en Madrid, ha deslizado que le gustaría contar con el también portavoz nacional del partido para una eventual ejecutiva en el PP de Madrid. "En mi equipo siempre estaría él", ha insistido.
Isabel Díaz Ayuso ha pisado por primera vez el plató de El Hormiguero en plena guerra con Pablo Casado y con la dirección nacional del partido por el control orgánico del PP de Madrid. Las posiciones se enconaron hace semanas, cuando la presidenta madrileña presentó oficialmente su candidatura al órgano del partido en contra del criterio de Génova, que se resiste a cortar de raíz su influencia y ceder todo el poder orgánico del partido en Madrid a Ayuso. Tanto que en la dirección nacional no se cierra la puerta a impulsar al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a unas primarias contra la dirigente, si bien la opción predilecta que Casado trata de negociar es la de una 'tercera vía', es decir, mantener la bicefalia actual y que el presidente del PP de Madrid no tenga las riendas ni de la Comunidad ni del Ayuntamiento.
El conflicto se ha producido también a cuenta de los tiempos. Así, mientras la baronesa del PP exige que el congreso de Madrid se celebre "cuanto antes" al entender su equipo que la gestora que actualmente lleva las riendas del PP de Madrid ha excedido el tiempo que marcan los estatutos al frente de la dirección provisional, el equipo de Casado sostiene que no se moverá de la posición fijada por la Junta Directiva Nacional, que aprobó que el gran cónclave madrileño se celebraría en el primer semestre de 2022, si bien Génova se inclina por celebrar el congreso que puede enfrentar a Ayuso y Almeida en último lugar, en mayo o junio del próximo año.
Pero a la guerra que "ha abierto al partido en canal", según lamentan diversos dirigentes del partido, aún le quedan algunas batallas. Ayuso y Casado firmaron aparentemente la paz durante la Convención Nacional del PP del pasado mes de octubre. Pero la tregua duró poco, y ahora los populares se lamen las heridas de un conflicto que amenaza con perjudicar a las propias aspiraciones electorales del PP, tanto en autonomías como a nivel nacional.
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