En la partida de ajedrez que se disputa ahora en el seno del PP, Isabel Díaz Ayuso no quiere ser un peón. Pase lo que pase, la presidenta de la Comunidad de Madrid irá a por todas en la pugna que mantiene con Pablo Casado y Teodoro García Egea. Fue el mensaje que reiteró Ayuso en su primera entrevista en El Hormiguero, una invitación que aceptó cuando el partido a punto está de implosionar por el desafío que ha planteado la dirigente a la dirección nacional y que ha derivado en una ristra de reproches, filtraciones e "intoxicaciones" mutuas que ha abierto al PP en canal. "Durante un año y medio se ha hablado de terceras vías y de bicefalias, pero hora me toca a mí ser transparente (...). Voy a dar un paso adelante". Alto y claro.
En directo, Isabel Díaz Ayuso pronunció un discurso que a no pocos habrá recordado a las intervenciones que protagonizaba Cayetana Álvarez de Toledo, a la que Pablo Casado defenestró por cuestionar el criterio y la estrategia de la dirección hace más de un año. En El Hormiguero, la dirigente acompañó casi cada mensaje de apoyo al presidente del PP con un 'pero' detrás. "Soy leal a mi partido y a las personas que han confiado en mí. También a Pablo Casado. Pero soy una persona con criterio propio, y eso me va a acompañar toda la vida. Nunca haría nada en contra de las personas que me han puesto aquí, pero soy una mujer libre e independiente. Nunca voy a dejar de dar las batallas por comodidad", reiteró. Entre líneas: si Génova quiere obstaculizar una aspiración que considera "legítima", la de presidir el partido en Madrid "como el resto de presidentes autonómicos", peleará por conseguirlo. E insistió. "Las urnas me dan más libertad que los despachos".
Isabel Díaz Ayuso puso fin a la jornada festiva en la capital con un baño de popularidad en la televisión privada. Era la primera vez que la presidenta de la Comunidad de Madrid pisaba el conocido programa conducido por Pablo Motos, a sabiendas de que el momento no podía ser más delicado, tanto para ella como para el Partido Popular en general. Así lo reconoció abiertamente en varias ocasiones, aunque reiteró que confiaba en que de este conflicto "saldremos fortalecidos". Siempre y cuando, claro, Génova desista más pronto que tarde en dejar a Ayuso hacer y deshacer a su antojo en el PP de Madrid, la organización del partido con mayor influencia de la formación que Pablo Casado se resiste a ceder. De ella depende, por ejemplo, la confección de las listas electorales, el poner o quitar sueldos públicos en función, por ejemplo, de la afinidad con el presidente de turno. "Es importante que me responsabilice de las personas que están conmigo. Ahora las listas se hacen entre muchos, y mi lista actual es excepcional, pero no me puedo responsabilizar de ella", justificó.
Las urnas me dan más libertad que los despachos"
isabel díaz ayuso
En el plató y durante poco más de una hora de entrevista, la presidenta de la Comunidad de Madrid cumplió con su habitual papel de oposición a Pedro Sánchez, pero también a Pablo Casado. Allí volvió a lanzar, por ejemplo, el órdago de los tiempos en la celebración del congreso madrileño. "Cuando hay un conflicto así, prolongarlo no sirve de nada (...). La gente tiene ganas de pasar a otras etapas y lo del congreso es una confusión constante", insistió la dirigente, que volvió a presionar para adelantar la fecha de un cónclave que, en principio, está fijada para finales de la primavera de 2022.
El equipo de Ayuso se ha levantado en más de una ocasión contra este criterio, al entender que la gestora que opera en el PP de Madrid desde la abrupta salida de Cristina Cifuentes en 2018 actúa de forma "irregular", pues los estatutos marcan que debería haber sido sustituida a los seis meses de su constitución. En Génova, no obstante, se aferran al supuesto que también plantean las normas internas, y es que la dirección provisional, encabezada por Pío García Escudero y Ana Camins, ha estado al mando por las "circunstancias excepcionales" en las que se ha visto envuelta la política autonómica y nacional en los últimos años, con adelanto electoral y varios comicios generales incluidos. Insisten en la dirección en que Casado no aceptará "presiones de nadie" y mantendrá la fecha prevista frente al desafío de Ayuso.
Un recordatorio a Casado: "Me quedo en Madrid"
Aunque veladamente, en El Hormiguero la presidenta de la Comunidad de Madrid volvió a desplegar la estrategia que ya trazó durante la Convención Nacional del PP, de la que el partido salió aparentemente unido para volver a fracturarse a las pocas semanas por el mismo motivo: la lucha de poder entre Ayuso y Casado. Ella, emocionada, reiteró ante miles de personas y ante la plana mayor del PP -incluido el propio presidente y su mujer- que "mi proyecto es tu proyecto" y que no disputaría a Pablo Casado el liderazgo nacional del partido, reconociendo explícitamente su autoridad al frente del partido. Pero como publicó El Independiente, Ayuso buscaba una contraprestación a ese alegato que no recibió: que Génova dejase de obstaculizar su carrera hacia el PP de Madrid con la bendición de Casado.
Ayuso, sobre Almeida: "En mi equipo siempre estaría él"
Y este martes ha ahondado en aquel mensaje reiterando que su proyecto vital no trasciende las lindes de la política autonómica y de la Comunidad de Madrid. "Mi carrera política empieza y acaba aquí, en Madrid", se comprometió por segunda vez, un mensaje al que siguió un rosario de argumentos por los que le gustaría capitanear el PP de Madrid sin sentir el aliento de Génova en la nuca. Negó en todo caso estar convirtiéndose en un contrapeso interno a la dirección nacional, como lo fue Esperanza Aguirre para Mariano Rajoy en su día, y rechazó que Casado pudiese "tener miedo" de uno de los perfiles políticos más cotizados incluso de la esfera nacional. "Si tuviese miedo no me hubiera puesto a mí de candidata", suscribía.
Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado siguen manteniendo una "buena relación" tras 17 años de amistad pese a una de las peores crisis internas del PP de los últimos años, como ambos se empeñan en resaltar en cada intervención pública. Pero la relación con Martínez-Almeida, a tenor del tono y de las palabras con las que se dirige la presidenta al regidor, aguanta mucho mejor los envites internos. La dirigente se deshizo en halagos hacia el alcalde de Madrid en El Hormiguero, a cuyo plató asistió poco después de sellar aparentemente la paz con su "partner" mediante un abrazo durante la tradicional misa de La Almudena. La tensión también se ha incrementado entre ambos dirigentes ante una puerta que Génova se resiste a cerrar: la de presentar a Almeida como contrincante de Ayuso en unas hipotéticas primarias, el único capaz de tener posibilidades ante reales ante la baronesa madrileña.
Pero en mitad de una guerra política, no hay mensaje sin significado. Y anoche, Ayuso no sólo defendió la gestión del alcalde y la "química" que, a su juicio, ambos comparten, sino que tendió la mano a Almeida para que se subiese a su equipo en una eventual ejecutiva del partido en Madrid capitaneada por ella. "En mi equipo siempre estaría él", suscribió. Pero el regidor, al menos de momento y pese a la "complicidad" con Ayuso, responde por Génova, donde hace las veces de portavoz nacional del partido. Y, como presumen en su entorno, si Casado pide a su escudero que vaya a la 'guerra' con Ayuso, lo hará. Ambas partes, no obstante, esperan que el acuerdo llegue antes de meter al partido en una olla a presión con unas generales a la vuelta de la esquina.
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